Elemental, querido Wason

No, no hay una errata en el título; a pesar de su holmesiano aspecto, el de la foto es el psicólogo Peter Wason, pues esta semana nos ocuparemos de un famoso acertijo lógico planteado por él; y que, por cierto, no es tan elemental como parece...

Peter Wason.Armorer Wason

La semana pasada nos ocupamos de la paradoja de Hempel, cuyo aspecto más paradójico, como han señalado algunos lectores, es que al comprobar que las cosas no negras son no cuervos podemos reforzar una afirmación y, a la vez, su contraria. Mi mesa de trabajo es marrón -y por tanto no negra- y no es un cuervo, lo que refuerza la afirmación “Todos los cuervos son negros”. Pero mi mesa también es no blanca, por lo que también refuerza la afirmación “Todos los cuervos son blancos” (obsérvese la semejanz...

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La semana pasada nos ocupamos de la paradoja de Hempel, cuyo aspecto más paradójico, como han señalado algunos lectores, es que al comprobar que las cosas no negras son no cuervos podemos reforzar una afirmación y, a la vez, su contraria. Mi mesa de trabajo es marrón -y por tanto no negra- y no es un cuervo, lo que refuerza la afirmación “Todos los cuervos son negros”. Pero mi mesa también es no blanca, por lo que también refuerza la afirmación “Todos los cuervos son blancos” (obsérvese la semejanza con la paradoja de Newcomb -que vimos hace tres semanas- si la interpretamos, jocosamente, como un test mediante el cual un taimado diosecillo quiere distinguir a los creyentes de los escépticos, pues en ese caso tanto los unos como los otros resultan reafirmados en sus convicciones al realizar la prueba).

La paradoja del cuervo se inscribe en un amplio debate sobre la validez y los límites del método inductivo, en el que, además del propio Hempel, han participado en las últimas décadas filósofos como Willard Quine, lógicos como Nelson Gooman y epistemólogos como Karl Popper. No es, por tanto, un acertijo a resolver, sino algo sobre lo que reflexionar, y espero que las referencias aportadas ayuden a quienes lo deseen a profundizar en esta fascinante cuestión.

La tarea de selección de Wason

Tanto la paradoja del cuervo como el “divino” método de Holmes, del que nos ocupamos hace un par de semanas, se relacionan de alguna manera con la prueba conocida como “tarea de selección de Wason”. A mediados de los años sesenta del siglo pasado, el psicólogo Peter Wason planteó un acertijo lógico que ha dado mucho que hablar a pesar de su sencillez (o precisamente por ella) y que se puede resumir así:

Sobre una mesa hay cuatro cartas. Cada una tiene un número en el anverso y un color en el reverso. Las caras visibles de las cartas muestran un 3, un 8, un dorso rojo y un dorso marrón. ¿A cuántas y cuáles cartas hay que dar la vuelta, como mínimo, para comprobar que siempre que una carta lleva un número par en el anverso, el reverso es de un color primario? Y lo que es más importante, ¿qué nos puede revelar este acertijo sobre nuestra forma de razonar?

Carlo Frabetti

Escritor y matemático, miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York, ha publicado más de 50 obras de divulgación científica para adultos, niños y jóvenes, entre ellos ‘Maldita física’, ‘Malditas matemáticas’ o ‘El gran juego’. Fue guionista de ‘La bola de cristal’

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