Así se hizo

Ben Kingsley: “Vuelvo a ver el filme ‘Gandhi’ y no me parece antiguo”

El actor británico rememora el papel que le dio su único Oscar

Fotograma de la película 'Gandhi'.Album (Getty)

“Cada vez que la vuelvo a ver, tengo la impresión de que no es una película antigua. Hay una escena al principio en la que Gandhi, aún un joven abogado en Sudáfrica, lidera una huelga de mineros. Y la policía montada a caballo carga contra ellos. ¿La recuerda? Fue bastante difícil de organizar. Era maravillosa, con una muchedumbre. Teníamos caballos, extras y jinetes que tenían que juntarse frente a la cámara en el momento exacto. Además había que grabar la escena con luz natural, y la tarde pasaba y se iba oscure...

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“Cada vez que la vuelvo a ver, tengo la impresión de que no es una película antigua. Hay una escena al principio en la que Gandhi, aún un joven abogado en Sudáfrica, lidera una huelga de mineros. Y la policía montada a caballo carga contra ellos. ¿La recuerda? Fue bastante difícil de organizar. Era maravillosa, con una muchedumbre. Teníamos caballos, extras y jinetes que tenían que juntarse frente a la cámara en el momento exacto. Además había que grabar la escena con luz natural, y la tarde pasaba y se iba oscureciendo".

Ben Kingsley

Hijo de una actriz británica y un médico indio, Krishna Pandit Bhanji (Reino Unido, 1943) se cambió de nombre a principios de su carrera. Ganó el Oscar a mejor actor por ‘Gandhi’ en 1983, película que se llevó otros cinco premios. Este verano estrenó ‘Aprendiendo a conducir’, comedia romántica de Isabel Coixet.

"Hicimos un último primer plano con una lámpara. Richard [Attenborough, el director] estaba preocupado. Yo también, por si no nos daba tiempo. Estaba tirado en el suelo, en la tierra, con todo el polvo arremolinándose a mi alrededor, y le dije: ‘Lo siento mucho, creo que vamos a tener que repetirla’. Me contestó: ‘Querido, querido, tienes todo el tiempo del mundo’. Y cuando se alejó, algo dentro de mí se relajó. Los caballos lo sintieron, los hombres a mi alrededor lo sintieron, repetimos la toma y lo logramos. Fue un gesto precioso por su parte. Inspiraba una tenacidad y una cortesía enormes. Fue el director perfecto para Gandhi. Me contrató para el papel porque su hijo Michael me había visto interpretando a Hamlet con la Royal Shakespeare Company. Le dijo a su padre: ‘Si algún día necesitas un actor para Gandhi, lo he encontrado’. Cinco o seis años más tarde, cuando consiguió el presupuesto para la película, me llamó: ‘¿Puedes venir a mi casa mañana?’. Y nos caímos terriblemente bien”.

elpaissemanal@elpais.es

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