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Expulsados de sus tierras

El 75% de los indígenas de Paraguay vive en situación de extrema pobreza. El monocultivo de soja y las explotaciones ganaderas les han forzado a abandonar sus territorios ancestrales

Una niña avá guaraní indígena camina por la comunidad de Cerro Poty, situada situada junto al vertedero de Asunción. Allí decenas de familias indígenas expulsadas de sus tierras sobreviven desde hace años. En el muro del fondo puede verse un mural sobre los pueblos indígenas.OLMO CALVO
Vista del arroyo y del cerro Lambaré. La comunidad indígena de Cerro Poty se encuentra en ese lugar de Asunción, muy cercano al vertedero de la ciudad.OLMO CALVO
Faustino Vera, de 20 años, su mujer Silvia, de 19 años y su hijo Charlie de tres, indígenas avá guaraní, a las puertas de su casa en la comunidad de Cerro Poty. Faustino trabaja reciclando con un motocarro unas seis horas al día por unos 70.000 guaraníes (12 euros).OLMO CALVO
Petrona Ruíz, representante de la comunidad avá guaraní de Cerro Poty, asomada a la ventana de su casa.OLMO CALVO
Una niña indígena en la comunidad de Cerro Poty junto a un montón de botellas para reciclar y a los archivadores de la escuela que se inundó hace meses y continúa inutilizada.OLMO CALVO
Martín Arce es avá guaraní, tiene 42 años y, junto a sus hijas, acampa frente al Instituto Paraguayo del Indígena (INDI).OLMO CALVO
Menores indígenas que estaban en situación de calle, juegan al fútbol en el Centro Pedagógico y de aprendizaje Nemity en San Lorenzo. La Secretaría Nacional de la Niñez y la Adolescencia los internó en este centro infantil.OLMO CALVO
Máximo, un trabajador indígena enxet de la empresa agropecuaria San Antonio SA, toma tereré en la estancia donde viven. El administrador de la empresa contrata trabajadores indígenas del lugar. Muchos de ellos reclaman que se reconozca su comunidad, que está dentro de las tierras de la empresa.OLMO CALVO
Un indígena Mbyá Guaraní se asoma por un agujero del plástico que lo protege de la lluvia que cae sobre la acampada que permanece enfrente del Instituto Paraguayo del Indígena para reclamar tierras para poder vivir.OLMO CALVO
Una niña de la etnia Mbyá Guaraní camina para refugiarse de lluvia. Ella y su familia viven desde hace semanas enfrente del Instituto Paraguayo del Indígena pidiendo tierras para poder vivir. En la mano lleva un vaso para poder beber en el lugar donde se protejan mientras esperan a que deje de llover.OLMO CALVO
Niños indígenas de la etnia mbyá guaraní miran una película en Centro Pedagógico y de aprendizaje Nemity. Hasta hace pocas semanas todos ellos vivían en las calles de Asunción.OLMO CALVO
Tres niños limpian la ropa aprovechando la lluvia en el lugar donde viven hace semanas junto a su familia, frente al Instituto Paraguayo del Indígena reclamando tierras para poder vivir.OLMO CALVO