Cuestión de porcentajes

¿Juez cien por cien o solo en parte? El sentido común dice que un magistrado lo debe ser sin adulteraciones, pero luego llegan los colegas y aceptan pulpo como animal de compañía.

PABLO HOJAS

Una de las cosas más raras del sentido común es que, perteneciendo a todos, cada uno tenga el suyo. Incluso en los países en los que el cepillo de dientes está socializado, el sentido común funciona a modo de propiedad privada. No agobiarse es una de las contradicciones más bellas del sistema. Fíjense en el señor de la foto. Personas como él logran que el cien por cien de su sentido común sea completamente propio, que es como recaudar impuestos públicos para el calcetín particular. De acuerdo con el sentido común de usted y el mío, que somos gente del montón, el presidente del Constitucional d...

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Una de las cosas más raras del sentido común es que, perteneciendo a todos, cada uno tenga el suyo. Incluso en los países en los que el cepillo de dientes está socializado, el sentido común funciona a modo de propiedad privada. No agobiarse es una de las contradicciones más bellas del sistema. Fíjense en el señor de la foto. Personas como él logran que el cien por cien de su sentido común sea completamente propio, que es como recaudar impuestos públicos para el calcetín particular. De acuerdo con el sentido común de usted y el mío, que somos gente del montón, el presidente del Constitucional debería ser cien por cien juez. Cien por cien aceite de oliva, que dicen los envases. Pues eso, cien por cien juez.

–¿Y por qué no ponerle un diez por ciento de parte?

El sentido común de la generalidad, valga la redundancia, diría que no, que un juez no puede ser juez y parte, por pequeña que sea la parte, a la manera en que un zumo de naranja cien por cien natural no puede llevar colorantes.

Creo que nos estamos liando. Lo que queríamos decir es que el presidente del Constitucional está más adulterado que una hamburguesa con melamina. Lo sabemos por su currículo, pero también por su aspecto. En esa mirada resbalosa, en ese rictus de desprecio labial, hay cantidades de parte incompatibles con la judicatura. Pero llegan sus compas, sus colegas, sacan el sentido común corporativo, que es una variedad del sentido común de clase alta, y dicen que vale, que aceptan pulpo como animal de compañía. Y usted y yo, a callar. No haber adquirido el 80% de resignación.

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