Gracias, Majestad
Ante la proliferación de críticas a don Juan Carlos, aunque alguna motivada, sin duda desproporcionadas e injustas, quisiera hacer unas puntualizaciones.
Sin su impulso y apoyo permanente a la democracia no hubiéramos disfrutado de este largo periodo de vida democrática. Renunció al poder que Franco le había dejado para impulsar la creación de un sistema democrático; volvió a demostrar sus convicciones democráticas oponiéndose al golpe del 23 de febrero.
Sé de la sinceridad de sus sentimientos democráticos, porque coincidí con el entonces Príncipe en los años universitarios y tuv...
Ante la proliferación de críticas a don Juan Carlos, aunque alguna motivada, sin duda desproporcionadas e injustas, quisiera hacer unas puntualizaciones.
Sin su impulso y apoyo permanente a la democracia no hubiéramos disfrutado de este largo periodo de vida democrática. Renunció al poder que Franco le había dejado para impulsar la creación de un sistema democrático; volvió a demostrar sus convicciones democráticas oponiéndose al golpe del 23 de febrero.
Sé de la sinceridad de sus sentimientos democráticos, porque coincidí con el entonces Príncipe en los años universitarios y tuve oportunidad de charlar con él en muchas ocasiones, charlas que continuaron a lo largo de los años. Recuerdo con claridad su voluntad de ser Rey, pero el Rey democrático de todos los españoles.
En su trabajo diario ha contribuido a resolver situaciones políticas comprometidas y en el ámbito internacional ha facilitado nuestra actividad diplomática y abierto puertas importantes a las empresas españolas sin otra ambición que el servicio a España.
Ha puesto siempre al servicio de España y de sus Gobiernos su fácil acceso a los líderes del mundo. Así en momentos difíciles ha contribuido a resolver crisis con Marruecos, conseguir acuerdos de Estado para el suministro de petróleo o gas, reencauzar la relación con Estados Unidos después de nuestra desafortunada (en la forma) salida de la guerra de Irak o conseguir proyectos para empresas españolas. Son testigos privilegiados de ello todos nuestros presidentes de Gobierno.
Sin duda, él y la institución que representa podrán seguir prestando servicios a España. En estos momentos de problemas más graves y acuciantes no parece oportuno llevar a cabo actuaciones que puedan debilitar nuestras instituciones en lugar de reforzarlas.— Antonio Álvarez-Couceiro.