Repetir asignatura es de ricos: el precio de una tercera matrícula se multiplica hasta por cinco
Las tarifas universitarias se han bajado en las primeras inscripciones tras un acuerdo político, pero no las de las materias suspensas que no cubren las becas
La intención del Gobierno es ir hacia el coste cero de las tasas universitarias y en 2020 comenzó un recorrido en esa dirección, forzando a las comunidades a...
La intención del Gobierno es ir hacia el coste cero de las tasas universitarias y en 2020 comenzó un recorrido en esa dirección, forzando a las comunidades a volver a los precios de 2012, antes del tasazo del ministro de Educación del PP José Ignacio Wert. Pero este pacto de reducción de tarifas afecta solo a las primeras matrículas, las únicas que los alumnos que estudian becados no pagan. De forma que repetir una asignatura ―habitual en carreras de dificultad extra, como los primeros cursos de una ingeniería― se convierte en cosa de ricos. El informe Precios públicos de matrícula: ¿Ya está?, del Observatorio del Sistema Universitario (OSU) ―conformado por profesores de las cuatro universidades públicas de Barcelona―, pone de manifiesto esta desigualdad. En Baleares, una tercera matrícula llega a costar casi 5 veces (4,96) más: por una materia anual de 12 créditos se abonan entre 134 y 241 euros la primera vez y entre 671 y 1.202 en la tercera.
“Este castigo económico a la repetición de asignaturas es totalmente atípico en el conjunto del Espacio Europeo de Enseñanza Superior”, se advierte en el análisis de la OSU, y “configura un panorama poco o nada consistente, en el que el estudiantado con pocos recursos puede verse atrapado en situaciones económicamente complicadas según el nivel de estudios y la comunidad autónoma y resulta un condicionante disuasorio a la hora de elegir los estudios a cursar”.
Vera Sacristán, presidenta del observatorio, ha recordado en la rueda de prensa celebrada este miércoles que la diferencia de precios en las repeticiones “se disparó con el decreto Wert [de 2012, que forzó a las autonomías a subir los precios]”. Observando los datos europeos, Sacristán distingue dos tipos de matrículas: en unos países hay una limitación en el número de convocatorias para hacer un buen uso del dinero público, pero cuestan como el resto; y en otros Estados, donde no cuesta estudiar, hay una penalización para los que tarden más en titularse.
Tras el recorte de precios de la primera matrícula en los últimos tres años, Cataluña y Madrid siguen siendo las más caras ―una carrera de Humanidades cuesta más del doble en Barcelona que en Santiago―, pero se ha menguado la diferencia de tarifas con las más baratas, que no han tenido que modificarlas. Las siguientes convocatorias son otro cantar. Todas las comunidades suben las tasas, pero con criterios distintos: por el grado de convocatoria, el nivel de experimentalidad (prácticas en laboratorios, por ejemplo), o distinguen entre grado y máster (profesionalizante o no).
Guillem Calvo, de 20 años, estudia Matemáticas ―la carrera de moda por su empleabilidad asegurada― en la Universidad Autónoma de Barcelona. Un perfil que se aleja mucho del estudiante fiestero que se duerme en los laureles que algunos políticos describen. Reconoce que hasta la carrera le bastaba con llevar la tarea al día y repasar dos o tres días antes para lograr las mejores puntuaciones. Con un 12,7 sobre 14 ingresó en Matemáticas y empezó la masacre de suspensos a unos alumnos acostumbrados a la matrícula de honor. Calvo explica que coger el ritmo de estudio diario le ha costado, pero ya está en tercero con alguna asignatura de segundo. Se le atravesó Análisis Matemático, que suspenden entre 15 y 20 personas de 80 matriculados. Por la segunda inscripción, sus padres abonaron casi 600 euros. Ambos trabajan y, aunque viven sin grandes lujos, al futuro matemático le deniegan la beca.
Calvo no entiende por qué cursar Matemáticas resulta tan caro, cuando no hay experimentalidad: apenas tizas, pizarras, gastos de mantenimiento y el sueldo de la plantilla. Análisis Matemático en segunda convocatoria, cuenta, le ha costado 3,5 veces más que la primera. Por suerte, ha aprobado y se acabó la pesadilla.
Solo Cataluña y la Comunidad Valenciana han reducido de forma sistemática todos sus precios. De esta forma, una asignatura de grado en segunda matrícula puede costar desde un 36% más (Aragón) hasta bastante más del doble (Madrid, 2,34 veces). En todas las autonomías, las terceras matrículas de grado cuestan más del doble que las primeras (el factor multiplicador más pequeño es 2,24 y se da en Galicia, y el mayor, 5, en Baleares). Las cuartas y sucesivas matrículas cuestan entre 2,86 veces el precio de las primeras (Galicia) y 6,91 veces (Baleares).
Silvia Delgado, de 21 años, estudia Veterinaria en la Universidad de Extremadura y, como en el caso de Calvo, necesitó una nota muy alta para entrar en la carrera. Ningún compañero entró con menos de un 11 sobre 14. Sin embargo, hay materias hueso que algunos alumnos dejan para el final por su extrema dificultad. A ella se le atascó, como a muchos otros, Farmacología, que obliga a memorizar el nombre y la dosis de muchos fármacos. La segunda matrícula le costó 222 euros y rezó por aprobar porque el tercer asalto cuesta 444 euros. Ha sacado un seis, pero muchos se han quedado por el camino. “Esta vez la tasa de aprobados ha sido alta: 28 de casi 90 alumnos”, cuenta.
Extremadura tiene las cuartas tasas más bajas de España en primera matrícula y el estudiante que logra un 8 de media no paga la inscripción del curso siguiente. Delgado alaba esta medida, pero cree que las Administraciones deberían velar más por quienes suspenden pese al esfuerzo y cambiar el sistema de evaluación, que no sea tan memorístico. “A veces suspenden con un 4,8. ¿Qué diferencia hay en 0,2 puntos más y qué consecuencias tiene? Falta empatía”, reflexiona. La futura veterinaria tiene amigas que tardarán más en terminar la carrera que ella, porque no se pueden permitir no aprobar el 80% de los créditos para mantener la beca y son más conservadoras a la hora de apuntarse a asignaturas.
En el caso de los másteres habilitantes ―obligatorios para ejercer como abogado, profesor de secundaria, psicólogo sanitario o en algunas ingenierías, el 10% de los posgrados oficiales―, la situación es más dispar todavía, aunque no es habitual que los graduados repitan materias. Repetir puede costar desde un 38% más (Galicia) la primera vez, hasta bastante más del triple en Castilla y León (3,62 veces). Y en los posgrados no habilitantes (solo cursados para aprender, el 90% del total de los oficiales), más de lo mismo. “No parece justificado —ni tampoco acorde con la ley vigente— que los precios de los másteres dependan de si habilitan o no para el ejercicio de una profesión regulada en España, pues ello nada tiene que ver con el ‘coste del servicio”, se denuncia en el estudio de la OSU.
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