El desafío de la vuelta a clase en las zonas más afectadas por la dana: “Después de los buldóceres, queremos buses escolares en las calles”
24 municipios han comunicado que esta semana los colegios permanecerán cerrados por “razones de fuerza mayor”. Las ONG piden máxima celeridad a las administraciones para el diseño de espacios seguros para los 40.000 escolares afectados
Hay un colegio en Quart de Poblet (25.590 habitantes) desde el que se ve el río Turia. Tres kilómetros hacia abajo, a ocho minutos en coche, se sitúa Aldaia (31.000 habitantes), una de las poblaciones ...
Hay un colegio en Quart de Poblet (25.590 habitantes) desde el que se ve el río Turia. Tres kilómetros hacia abajo, a ocho minutos en coche, se sitúa Aldaia (31.000 habitantes), una de las poblaciones anegadas por la dana, donde el desbordamiento del barranco de la Saleta (allí lo llaman el barranquet) se ha cobrado la vida de, al menos, seis personas. Un profesor de ese colegio de Quart de Poblet, Francesc Nogales, cree que ellos se han salvado precisamente por su cercanía al Turia —que pese a las lluvias no se salió de su caudal— y la suficiente lejanía del barranco. “Ha habido daños materiales, el agua llegó a arrastrar algunos coches, y por las calles hay mucho barro y lodo, pero no ha habido víctimas”, cuenta el docente, que agrega que todos los colegios están bien y solo requieren labores de limpieza. Aunque a su pueblo no ha llegado la muerte, muchos de sus alumnos, de tercero de primaria, conocen a personas de pueblos devastados, han visto imágenes por la tele e incluso comparten aula con una niña de Aldaia, cuya familia está bien. Son niños que han vivido una situación dramática y que este martes vuelven a clase una semana después del cierre de los centros educativos.
“Desde el departamento de orientación han diseñado una guía para esta primera semana, cuando lleguen tendremos unos minutos de silencio, luego dedicaremos la primera hora a dialogar, para que puedan contar cómo lo han vivido, y luego propondremos una actividad individual, como un dibujo o una redacción, para que puedan expresarse”, explica Nogales, que da clases en el colegio concertado San Enrique. Dedicarán toda la semana, dice, a “validar sus emociones”, y ya tienen proyectos en marcha como la recepción de cartas de apoyo que les han escrito alumnos de un colegio de Alcalá de Henares (Madrid). “Ese sentimiento de comunidad y de apoyo es muy importante para ellos”, señala. De momento, cuatro docentes han comunicado que no podrán acudir al centro porque han perdido sus coches o sus casas, y profesores de diferentes etapas se han ofrecido a cubrir esas horas.
Lo más preocupante, indica Nogales, son los niños de los pueblos que han quedado incomunicados, porque aunque ya hay centros educativos que se han ofrecido a acogerles temporalmente, como El Armelar de Paterna, “la gente no consigue salir de sus municipios y no hay transporte público”, lamenta el docente.
Este domingo, 24 municipios valencianos comunicaron a la Conselleria de Educación que esta semana sus centros educativos permanecerán cerrados por “razones de fuerza mayor”, de forma que cerca de 40.000 niños de hasta 16 años —según los cálculos de la ONG Save The Children— van a permanecer sin clase. Según la conselleria, los servicios técnicos de la dirección general de Infraestructuras Educativas y la inspección ya están visitando los centros de las zonas afectadas para “comprobar la disponibilidad de impartir clases en los próximos días y semanas”, y, en caso de que no sea posible la apertura, “se organizará su traslado provisional a otros centros” o “cualesquiera otras medidas que sean necesarias”, señala la Administración autonómica en un comunicado. Para ello, están recopilando información de la disponibilidad de espacios en otros centros que no han sido dañados y que puedan acoger a alumnos.
Esta semana los alumnos de los centros educativos de Albal, Alfafar, Algemesí, Alginet, Benetússer, Beniparrell, Catarroja, Cheste, Chiva, Dos Aguas, Godelleta, l’Alcudia, Massanassa, Paiporta, Picanya, Se-daví, Siete Aguas, Torrent, Utiel, Yátova y las pedanías de Valencia Castellar-Oliveral, La Torre y Horno de Alcedo y Aldaia (que solo abrirá los centros ubicados en Aldaia-Barrio del Cristo) no tendrán clase. Esas familias solo cuentan, por el momento, con un permiso que ha habilitado la conselleria para que los niños puedan acudir a otros centros públicos que hayan aprobado la recepción de menores esta semana, pero ese acogimiento deberá ser solicitado en el centro de acogida por los padres, madres o representantes legales conforme a un formulario y comunicado a la Inspección Educativa.
El problema, según varios expertos consultados, además de la falta de tiempo de las familias para realizar ese trámite en mitad del caos de limpieza y el quiebro emocional que están sufriendo, es el traslado, ya que muchas carreteras continúan cortadas y no está funcionando el transporte público. Fuentes de Educación confirman a este periódico que en la provincia de Valencia han quedado inutilizados 100 autobuses de transporte escolar que tenían las cocheras en zonas inundadas. Por ello, la administración autonómica está estudiando cuántos autobuses se necesitarían para dar cobertura a los afectados, así como rutas alternativas de transporte.
Respecto al alumnado de la ESO, Bachillerato y Formación Profesional con imposibilidad de desplazarse a su centro educativo, Educación señala que “recibirán las adaptaciones académicas y formativas necesarias, los recursos y la flexibilización en las evaluaciones que se precisen para garantizar la continuidad del proceso de enseñanza y aprendizaje”.
Mientras, en la ciudad de Valencia, según anunció este lunes la alcaldesa María José Catalá, las clases se reanudarán este martes después de varios días sin actividad lectiva. “Sabemos que puede haber mermas de profesorado, pero vamos a intentar prestar el servicio con normalidad, siempre y cuando no haya una alerta meteorológica”, lanzó la regidora. El domingo suspendieron las clases de este lunes porque hubo una alerta roja a final de la tarde. En las tres pedanías afectadas por la dana, La Torre, Castella-Olivertal y el Horno de Alcedo, no podrán reanudarse salvo en un único centro.
Urgencia de buscar alternativas
Ante la cancelación de las clases debido a los destrozos materiales ocasionados por la dana, la ONG Save the Children ha alertado de la urgencia de buscar alternativas que garanticen el acceso a la educación de los casi 40.000 menores afectados, además de la matriculación temporal en otros centros, la habilitación de espacios temporales para asegurar el aprendizaje. “Hablamos de espacios seguros en los que los niños puedan socializar, jugar, relacionarse, estudiar y huir temporalmente de la situación de emergencia que viven en sus hogares y buscar en la medida de lo posible la normalidad y la estabilidad dentro de la catástrofe”, ha asegurado Rodrigo Hernández, director de la ONG en la Comunidad Valenciana, medidas que, además, permitirían mejorar la conciliación de las familias que han visto sus casas y sus pertenencias destruidas, ofreciéndoles disponibilidad para tareas de recuperación. “Nos preocupa que los menores estén ahora mismo en espacios que sean peligrosos o que estén viendo de primera mano cosas que no deberían”.
Para Hernández, además de la necesaria socialización con iguales, otro de los puntos preocupantes es la salud mental de los menores, y el hecho de habilitar espacios donde psicólogos especializados en situaciones de pérdida o en duelo puedan atenderlos. “Muchos de ellos han tenido una experiencia directa con la catástrofe, la muerte y el horror... has visto coches flotando, gente atrapada, y eso tiene un impacto emocional que hay que abordar desde ya”. A eso se suma, dice, el “descanso emocional” que necesitan los progenitores después de ocho días de infierno, con la certeza de que sus hijos están en un espacio seguro.
Ayuntamientos como el de Picanya abordaron este lunes en la Junta de Gobierno local la habilitación de escuelas móviles, iniciativas para montar espacios seguros en bibliotecas o instalaciones municipales que no se hayan visto afectadas. “El tema del transporte es esencial, se tienen que poner de acuerdo los ayuntamientos con la conselleria, después de los buldóceres, queremos ver autobuses escolares en las calles, eso no puede demorarse más”, exige Hernández.
La guía cómo hablar con los niños sobre desastres naturales para los docentes
En su guía Cómo hablar con niños y niñas sobre desastres naturales para docentes, la ONG Save the Children incluye cuatro consejos.
1. Tomarse el tiempo necesario y escuchar respetando los tiempos y necesidades de los niños. Es importante darles el espacio que necesitan, escuchar la información que conocen y saber cómo se sienten. No obligarles a hablar es fundamental. Tienen que saber que pueden hablar cuando quieran. Es posible que mientras un profesor esté dando sus clases, algún alumno pregunte específicamente sobre este tema, por lo que es importante valorar el impacto en el resto de niños. Puede utilizar frases como: “Qué importante esto que estás compartiendo, pero puede que haya personas que no quieran hablar de ello en este momento”, y, en caso de que haya algún menor que no quiera, proceder de la siguiente manera: “¿Te parece que busquemos otro espacio para poder comentarlo?
2. Adaptar la conversación. Dependiendo de la edad, los alumnos necesitarán mayor o menor detalle. Es importante informarles y no dar información no contrastada, debe ser clara y concisa. Dar muchos detalles puede ser abrumador y causar ansiedad. Es importante trasmitir que la información a la que acceden o les llega puede no ser del todo fiable y oficial, porque la desinformación o los bulos que pueden circular por Internet o las redes sociales pueden llegar a generar sentimientos de ansiedad en lugar de dar respuesta a sus preguntas.
3. Validar sus sentimientos. Cuando un niño se siente escuchado, puede llegar a sentir un verdadero alivio. Frases como “entiendo que te sientas así, ha venido sin avisar esta situación” o “siento que esto te afectó mucho. ¿Quieres hablarlo o estar en silencio un rato?”, pueden resultar de gran utilidad.
4. Primeros auxilios psicológicos en situación de emergencia o crisis. Es importante detectar señales físicas de angustia (está temblando, llorando, respirando rápido o se muestra rígido); observar el comportamiento del menor (si evita el contacto visual, si se aísla de otros o se muestra inusualmente quieto o, al contrario, demasiado inquieto); escucharle (darle tiempo para hablar sin interrumpirlo), y conectar (sentarse a su altura para no intimidarlo y mantener un tono de voz tranquilo y calmado).