El aumento de plazas no da un respiro al estresante acceso a la carrera de Medicina

La nota de acceso ha bajado unas centésimas en Madrid y Barcelona, pero no es la tónica general en las universidades públicas

Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona en el Campus Universitario del Hospital de Bellvitge.Massimiliano Minocri

No hay respiro en el angustioso ingreso al grado de Medicina en las 36 universidades públicas que lo ofertan, pese a que de cara al pasado curso (2023-2024), los ministerios de Sanidad y Universidades (hoy Ciencia, Innovación y Universidades) acordaron con los rectorados públicos ampliar en 706 las plazas ―un 8,6% más de las que estaban autorizadas, que no todas se ofertaban― a cambio de financiarles con 56 millones de euros extra e...

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No hay respiro en el angustioso ingreso al grado de Medicina en las 36 universidades públicas que lo ofertan, pese a que de cara al pasado curso (2023-2024), los ministerios de Sanidad y Universidades (hoy Ciencia, Innovación y Universidades) acordaron con los rectorados públicos ampliar en 706 las plazas ―un 8,6% más de las que estaban autorizadas, que no todas se ofertaban― a cambio de financiarles con 56 millones de euros extra esos puestos. De facto, las preinscripciones en otras autonomías (primera opción de carrera en la solicitud) cayeron entre 2022 y 2023 un 10,2% (de 77.100 a 70.000), según los datos oficiales, después de haber subido un 16% desde que se desató la pandemia en 2020, pero este aumento de oferta no ha derrumbado las notas de corte, que rondan el 13 sobre 14, aunque en las cuatro universidades públicas de Madrid, tres de Barcelona y la de Zaragoza han bajado algunas centésimas.

Descendieron en 2023 las preinscripciones de Medicina y también de Enfermería (de 47.200 a 43.800, un 7,8%%), mientras se mantuvieron en Odontología y Fisioterapia, pese a estar saturado el mercado laboral, y subieron en óptica y e ingeniería biomédica en un 16%.

La covid mostró la mejor cara del sistema sanitario y terminó de disparar las vocaciones por ciencias de la salud. Hay unas 13 solicitudes por plaza de Medicina (no alumnos, porque se postulan en distintos campus públicos). Desde la enseñanza secundaria, el escolar que quiere ingresar en Medicina hace un enorme esfuerzo para lograr la mejor nota en la ahora llamada PAU (Prueba de Acceso a la Universidad); muchos lo intentan en las 16 comunidades autónomas que lo ofrecen en la pública (cada una tiene su propio registro y fechas) y, quien se lo permite el bolsillo, opta también a una plaza en uno de los 15 campus privados. Este septiembre, por primera vez, impartirán el grado la Universidad Nebrija de Madrid (privada) y la de Universidad de Huelva (pública), que se inaugura con un 13,323 de nota de corte, la más alta de la historia de la institución.

Ya no queda ninguna provincia en Andalucía sin su propio grado de Medicina ―la nota de corte ha subido algo―, el más ansiado por prestigio ―te garantiza unos excelentes estudiantes― y porque atrae grandes fondos de investigación, capitales para la supervivencia científica de la institución. Impartir la carrera resulta muy costoso por su vertiente práctica, pero la facultad tiene garantizado que hay demanda suficiente, lo que no ocurre en otros grados de humanidades o ciencias. En la Universidad de Sevilla el corte ha subido hasta el 13,520 (en 2023 el último alumno entró con un 13,253) y eso a que desde el pasado curso la privada Loyola, de los jesuitas, oferta Medicina.

En Madrid, de seguir esta progresión, habrá más graduados en Medicina en la privada (más de 20.000 euros al año en muchos casos) en unos años. En la Comunidad Valenciana el 33% de los alumnos y en Murcia el 44% están matriculados en la privada.

En un documento, la Conferencia de decanos de Medicina criticó en 2022 este auge de plazas: “El número de estudiantes que desearían iniciar los estudios de Medicina cada curso supera los 20.000. ¿Es esa demanda un motivo suficiente para seguir aumentando las plazas de acceso sin justificación adecuada? Este incremento de facultades de Medicina se ha producido sin un incremento del profesorado necesario, más bien al contrario”. Aunque al final claudicaron con el aumento de 706 por la lluvia de millones que les ha permitido mejorar instalaciones y contratar a personal.

España es, tras Corea del Sur, el país con más facultades de Medicina por población, pero la fiebre de abrir más centros no se detiene. Las universidades de León y Burgos, públicas, se disputan acoger la titulación en Castilla y León, mientras que la de Vigo aspira a que no solo Santiago ―que sigue subiendo la nota de corte― la tenga en su catálogo y en Zaragoza, la San Jorge (privada) pretende inaugurar la carrera en el curso 2025-2026. En paralelo La Rioja, la única comunidad que no imparte la titulación, pretende ofrecerla

La Selectividad sirve en cualquier rincón de España, pero los plazos de inscripción no lo son y los decanos plantean desde 2014 “un sistema de acceso único consensuado por las universidades y las comunidades autónomas para que no quede en ningún caso plazas vacantes”. Porque el baile de plazas es tal ―los inscritos renuncian si logran otra que les interesa más― que llega un momento en otoño en el que las facultades no dejan inscribirse a nadie más, aunque sobre alguna plaza. Demasiadas clases perdidas.

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