El ascenso de Laura, el experimento de Gastón y otras razones para estudiar un máster de FP
Los cursos de especialización para titulados en formación profesional, prometidos desde hace más de una década, arrancan su tercer año de vida con algo más de 6.000 alumnos
En la empresa donde trabaja Laura García, de 27 años, está a punto de jubilarse un compañero que ocupa un puesto mejor. Y será para ella, le han prometido sus jefes, si completa el curso de especialización de formación profesional de grado superior en Ciberseguridad que está cursando en el instituto público Arcipreste de Hita de Azuqueca de Henares (Guadalajara). Junto a ella, durante una clase de ese mismo curso, Gastón Angulo (34 años) cuenta este martes cómo dejó hace unos meses el trabajo que tenía como instalador de redes —”No le veía posibilidad de progresar”— para seguir formándose siet...
En la empresa donde trabaja Laura García, de 27 años, está a punto de jubilarse un compañero que ocupa un puesto mejor. Y será para ella, le han prometido sus jefes, si completa el curso de especialización de formación profesional de grado superior en Ciberseguridad que está cursando en el instituto público Arcipreste de Hita de Azuqueca de Henares (Guadalajara). Junto a ella, durante una clase de ese mismo curso, Gastón Angulo (34 años) cuenta este martes cómo dejó hace unos meses el trabajo que tenía como instalador de redes —”No le veía posibilidad de progresar”— para seguir formándose siete años después de sacarse un ciclo superior de Telecomunicaciones y Sistemas Informáticos. Es un experimento, explica; la idea es abrirse nuevas y mejores oportunidades de empleo, pero, tras dos semanas de clases, Angulo está todavía valorando si realmente le merece la pena toda la intendencia que requiere su plan, incluidas las dos horas que le cuesta llegar a Azuqueca en transporte público desde el centro de Madrid.
Aunque en general tienen que ver con unas jugosas expectativas de trabajo en un campo en plena efervescencia, cada uno de los 20 alumnos de este curso de especialista en Ciberseguridad tiene sus propias historias y razones para estudiar uno de estos másteres pensados para la formación profesional que se van implantando poco a poco en toda España después de años anunciando su llegada inminente; ya se abría la puerta para crearlos en los desarrollos de la LOE ―la norma educativa aprobada en 2006― y se incluyeron explícitamente en la ley de FP en 2011. Ahora, en su tercer curso de vida, tendrán 6.316 alumnos en toda España en este 2022-2023 (algo más del doble que un año antes), según las previsiones del Ministerio de Educación.
La mayoría de ellos son para titulados en FP superior, pero también los hay para los de grado medio. La idea es que les sirvan para ampliar y actualizar conocimientos en los ámbitos más novedosos para estar al día en un mercado laboral con necesidades cambiantes, pero sin tener que hacer de nuevo un ciclo completo de FP dos años; estas especializaciones tienen entre 300 y 900 horas de formación. De momento, el Ministerio de Educación ha aprobado los planes de estudios de 19 de estos cursos; 12 de ellos de grado superior, según la página del ministerio TodoFP. Entre ellos, los hay dedicados a los Materiales compuestos en la industria aeroespacial, Audiodescripción y Subtitulación, Cultivos celulares o Mantenimiento y seguridad en sistemas de vehículos híbridos y eléctricos.
Sin cifras oficiales por comunidades para este año (más allá de la estimación global del ministerio), Castilla-La Mancha era el curso pasado, dentro de lo exiguo de las cifras, la cuarta autonomía con más alumnos en estos cursos: 204. Por delante estaban Comunidad Valenciana (358), Galicia (359) y, a bastante distancia, Andalucía, con 765. Aunque para este 2022-2023 el Gobierno andaluz prevé que serán más del doble: 1.700 alumnos repartidos en 102 cursos (40 más que en 2021) y en 18 modalidades diferentes.
“La empleabilidad ronda el 95% y nos llueven las ofertas”, resume Nelly Oliveras, directora del instituto Punta del Verde de Sevilla. Ante la explosión generalizada de la FP, Oliveras hace un ruego: “La Administración debería abrir más la pública a la formación profesional, por eso surgen centros privados. La gente te llora y he tenido cursos con 600 solicitudes y 25 plazas”. En su centro imparten tres másteres de FP ―así se llaman oficialmente los destinados al grado superior, según la Ley de Formación Profesional aprobada el pasado abril― para 60 alumnos: Desarrollo de videojuegos y realidad virtual, Ciberseguridad en entornos de las tecnologías de la información e Inteligencia artificial y big data.
En el Arcipreste de Hita de Azuqueca ofrecen los dos últimos, pues toda su oferta de FP (que va del grado básico al superior) se concentra en la rama de Informática y comunicaciones. El director del instituto, César San Juan, y el jefe de estudios, José Antonio Cifo, explican que los dos másteres han tenido bastante demanda desde el principio sin que el centro hiciera publicidad alguna, y que este año han llegado el doble de peticiones de las plazas que ofertan. Ya han tenido alumnos llegados de Zamora e, incluso, de Canarias, para poder cursarlos. “Es una formación muy buena y es gratuita”, destaca Cifo, que cuenta que un graduado universitario en Criminología ha decidido matricularse este año en un ciclo superior de informática para poder estudiar, cuando lo termine, el máster de FP en Ciberseguridad (cada curso de especialización es accesible solo para los titulados en ciclos de su misma rama de conocimiento).
Para facilitarles la vida a los alumnos que estén trabajando, San Juan y Cifo explican que han adaptado el curso de Ciberseguridad para ofrecerlo de lunes a jueves solo en horario de tarde. Efectivamente, hay varios alumnos que compaginan estudios y empleo, como Laura, que lleva haciéndolo desde los 17 años, cuenta. Ella se desplaza a clase desde Torrejón de Ardoz, pero los hay que llegan desde otros municipios madrileños como Meco, Alcalá de Henares, Velilla de San Antonio la misma capital, como Angulo.
Algunos han hecho el camino profesional completo (de la FP de grado medio a la superior), pero otros estudiaron el bachillerato antes de pasar a un grado superior. Algunos están completando su formación en este curso antes de tener ningún contacto con el trabajo, y alguno ha acabado aquí como alternativa a la carrera universitaria, porque no le daba la nota (los titulados en FP compiten con su nota con los bachilleres por los mismos puestos en la universidad). Pablo Abad, de 20 años, por ejemplo, no estaba seguro de si quería hacer una carrera de cuatro años en este campo de la ciberseguridad, así que decidió probar antes la vía del máster de FP. “Si al terminar me sale trabajo, pues seguramente acabe trabajando y, si no, pues haciendo la carrera”.
El caso de Stefan Dumitrescu, de 32 años, es un poco distinto. Él se sacó un título de grado medio en Explotación de Sistemas Informáticos y desde entonces ha estado trabajando, incluyendo dos años dedicado a la resolución de incidencias en una empresa de videojuegos en Bulgaria ―”Mi exnovia es de allí”, explica―. A la vuelta, su proyecto para montar su propia empresa no salió bien, así decidió seguir formándose ―esta vez en un ciclo superior de Administración de sistemas informáticos en red― a la vez que trabajaba. Como “era muy difícil compaginarlo”, decidió pedir una excedencia para terminarlo y empezar este máster en ciberseguridad. En él, le enseñarán normativa, a gestionar incidentes y a hacer análisis forense informático, entre otros asuntos.
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