Isabel Celaá: “Los beneficios de la escuela son muy superiores a los riesgos”

La ministra de Educación y Formación Profesional asegura que “el profesorado puede posibilitar un descanso de la mascarilla”

Entrevista a la ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá.Vídeo: INMA FLORES / CARLOS MARTÍNEZ

Es viernes por la mañana y la ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, nacida hace 71 años en Bilbao, ha cerrado 24 horas antes un acuerdo con las comunidades autónomas para aumentar la seguridad de los centros escolares en el curso que está a punto de empezar. Celaá parece aliviada por el pacto y a la vez tensa por el enorme reto que se avecina. La entrevista tiene lugar en la sede del ministerio, ante u...

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Es viernes por la mañana y la ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, nacida hace 71 años en Bilbao, ha cerrado 24 horas antes un acuerdo con las comunidades autónomas para aumentar la seguridad de los centros escolares en el curso que está a punto de empezar. Celaá parece aliviada por el pacto y a la vez tensa por el enorme reto que se avecina. La entrevista tiene lugar en la sede del ministerio, ante una larguísima mesa de madera que facilita mantener la distancia.

Pregunta. ¿Serán suficientes la mascarilla obligatoria y las demás medidas aprobadas para controlar los contagios en las escuelas?

Respuesta. No hay riesgo cero en esta pandemia, en ningún ámbito social. Pero estamos construyendo un entorno seguro para garantizar el curso y el aprendizaje de todos los alumnos, que es lo esencial. Y tenemos que contar con la responsabilidad colectiva. Si controlamos la estanqueidad de un grupo de convivencia, pero a la salida del colegio los niños se juntan con los de otros grupos, el efecto será muy limitado, aunque ahora sabemos que los niños de infantil y primaria no son los superdiseminadores del virus. En Alemania ha habido brotes, han cerrado algunos grupos, incluso algún centro, pero son magnitudes insignificantes. Hoy se afirma desde el ámbito científico que el cierre de los centros escolares no proporciona ningún beneficio en la evolución de la pandemia en término de reducción de contagios. Y los beneficios de la escuela son muy superiores a los riesgos que puedan encontrarse en el camino.

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P. Desde los seis años, los niños llevarán en los centros la mascarilla hasta siete horas al día. ¿No es mucho tiempo?

R. Lo que dice el protocolo es que es recomendable el uso generalizado de la mascarilla, además de mantener la distancia. Estas medidas serán aplicadas en todos los centros que hay en España, que tienen distintos espacios. Y entra dentro de la sensatez del profesorado, que son profesionales, posibilitar que en un momento determinado de apertura de ventanas se pueda descansar. Pero es importante mantener las normas. Con ellas podemos decir que el ambiente en la escuela será seguro.

P. ¿No hubiese sido mejor que las comunidades hubieran limitado a 15 o 20 los alumnos por aula, como planteó en junio su ministerio y el de Sanidad?

R. 15 o 20 alumnos era un tamaño manejable. Pero esto viene a depender de las características de cada centro. Y vuelvo a reiterar que no hay riesgo cero.

“La conciliación no es una medida específica de la escuela”

P. Algunas autonomías prevén clases con 30 alumnos sin distancia de un metro y medio entre ellos. ¿No es un riesgo, aunque lleven mascarilla? ¿No deberían haber habilitado otros espacios y contratado a más profesores?

R. Siempre es mejor contratar profesores. Para eso y para adaptar los centros hemos puesto a disposición de las comunidades 2.000 millones del fondo de 16.000 millones [de ayudas contra la covid-19]. Esas contrataciones, que hemos computado en 30.000 y acabarán siendo más, rebajarán las ratios por la vía de los hechos.

P. Está previsto que esos 2.000 millones de euros se entreguen en septiembre. ¿No debería haberse hecho antes para que las comunidades pudieran utilizarlos en la preparación del curso?

R. Esa cuestión corresponde al Ministerio de Hacienda y a las consejerías de Hacienda. Me voy a quedar ahí. Pero es importante destacar que este Gobierno está respondiendo a la crisis con medidas que están en las antípodas de la respuesta dada en la crisis de 2008. Entonces se recortó en educación y en sanidad para afrontar la crisis, y ahora hemos aumentado la inversión en educación en algo más de 3.000 millones a través de distintos planes.

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P. ¿Cómo podrán conciliar los padres que tengan que cuidar de un hijo en cuarentena cuando un compañero de clase dé positivo? Usted habló de un permiso retribuido o de una baja laboral, pero las clases están a punto de empezar y no hay nada claro.

R. Creo que tenemos tiempo. Está en función de las conversaciones que pueda tener el Ministerio de Trabajo en la Mesa de Diálogo Social. Y también del Ministerio de Inclusión y Seguridad Social, y del Ministerio de Sanidad, si se trata de una baja médica. Hay muchas propuestas sobre la mesa. Lo que no va a hacer este Gobierno es abandonar a las familias a su suerte, como ya ha demostrado desde el principio de la crisis.

P. ¿Ha sentido que sus compañeros de Gobierno la dejaban sola en esto?

R. La función estricta del sistema educativo es dar educación. Si algo ha demostrado la pandemia es que la escuela es insustituible y la presencialidad también. Pero también ha puesto de manifiesto que las familias necesitan a la escuela para la conciliación. No es una función propiamente específica de la escuela, pero la sociedad, tal y como está organizada, se la atribuye, y por tanto, también ejerce esta función. Evidentemente, se necesita que otros ministerios, que el resto del Gobierno, atienda también, como está haciendo, esta cuestión.

La ministra de Educación, durante la entrevistaINMA FLORES (EL PAIS)

P. Asegura que su relación personal con los consejeros de Educación es cordial y de colaboración, pero en público se observa tensión, especialmente con la Comunidad de Madrid.

R. Vivimos en un Estado autonómico, donde hay cosas que tiene que hacer el Gobierno y hay competencias que son estrictamente de las comunidades autónomas. El Gobierno, por ejemplo, no puede entrar en la organización de los centros escolares porque sería una injerencia. Pero sí tiene capacidad de iniciativa y de coordinación, que viene ejerciendo de manera amplia y profunda, además de poner recursos sobre la mesa. Yo mantengo una interlocución habitual y cordial con los 17 consejeros. Con el consejero de Educación de Madrid [Enrique Ossorio] he hablado dos o tres veces en agosto. Y lamento mucho que la educación sirva de soporte para la discrepancia política.

“He de recordar a las familias que la educación es un derecho del alumno, no de los padres”

P. Ha recibido críticas por falta de liderazgo desde diversos frentes. ¿Cómo encajó las de Podemos, su socio de Gobierno?

R. He leído las críticas de la derecha, que a estas alturas de mi vida política leo con cierta serenidad. Las de Podemos debo decir que no me constan. Me extrañaría mucho que Podemos vaya a coincidir con las críticas de la derecha. Yo me llevo bien con Pablo Iglesias, trabajamos codo a codo en un consejo de ministros configurado por dos fuerzas políticas que tienen muy distintos acentos en muchas cosas, pero hemos demostrado hasta la fecha que somos capaces de llegar a síntesis útiles para la ciudadanía en función de políticas progresistas.

P. ¿Cómo van a recuperar los alumnos los contenidos que no aprendieron el curso pasado?

R. Tenemos un currículum muy profuso, lleno de contenidos y detalles, del que salen las programaciones de las materias que imparte el profesorado. Esas programaciones deben ser conducidas a los aprendizajes esenciales. En primer lugar, la escuela tiene que recibir a los alumnos con un acompañamiento emocional que es muy importante, porque cada alumno viene con una vivencia diferente que le ha hecho madurar como nunca en tan poco tiempo. Y, además, hay que recuperar competencias cognitivas, que se han perdido sobre todo entre los más pequeños. Los de Formación Profesional y Bachillerato, como han demostrado las pruebas de julio, han podido aprender y han estudiado mucho online. Para apoyar a los alumnos más vulnerables habrá grupos de refuerzo y el programa PROA [Programa de Refuerzo, Orientación y Apoyo] en el que invertiremos 40 millones.

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P. Si hay otro confinamiento, ¿estarán esta vez todos los alumnos conectados?

R. Queremos presencialidad para todos los grupos y niveles. Y si hay que priorizarla, los alumnos de hasta 14 años tienen que permanecer en los centros, porque son los que más dificultades tienen para trabajar en casa. Para los que no puedan, hemos previsto el plan Educa en Digital que prevé entregar 500.000 dispositivos con una inversión de 200 millones.

P. ¿Cuándo se concretará?

R. Las comunidades ya han firmado los convenios con la empresa pública Red.es. Estamos listos para empezar la licitación, no sé si queda algún detalle con alguna comunidad autónoma. Hay problemas de stock, ajenos al trabajo de los ministerios de Educación y Economía, que colaboramos en este plan, pero los equipos estarán disponibles el primer trimestre del curso.

P. Hay familias con hijos en la escuela pública que piensan que los alumnos de la concertada estuvieron mejor atendidos educativamente durante el confinamiento. ¿Qué les diría?

R. Que vamos a continuar trabajando para que eso no ocurra. Hubo recortes importantes en la crisis anterior. Y ahora, a pesar de que hay rebrotes y de que hemos pasado un agosto muy negativo, no estamos en la misma situación que en marzo. Sabemos más de la pandemia y tenemos más evidencias científicas. Pero es importante que los centros educativos sean conscientes de que hay que atender al alumnado que está en el centro y al que pueda estar en casa.

P. La legislación prevé consecuencias en materia de patria potestad y sanciones penales para los padres que no llevan a sus hijos a la escuela. ¿Se va a seguir ese camino con quienes no los lleven por temor a la covid-19?

R. Hemos pedido un informe jurídico, pero pensamos que no van a ser necesarias las medidas coercitivas. Creo que la sociedad española no es en este sentido como una determinada parcela de la sociedad americana. Somos más europeos. Pero he de recordar a las familias que la educación es un derecho del alumno, no de los padres. Y es una obligación de los poderes públicos que ese derecho se satisfaga de los 6 a los 16 años.

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