La brecha que divide el norte y el sur de Italia es cada vez mayor
La región de Trentino-Alto Adigio tiene 40.904 euros de PIB ‘per capita’, frente a los 16.168 de Calabria
Italia es un país que funciona a dos velocidades. Un rasgo significativo de la economía italiana es la enorme y persistente brecha que existe entre el norte y el sur del país. La renta per cápita del norte casi duplica a la del sur, según el último informe del Instituto nacional de estadística italiano (Istat). El ingreso per cápita de las regiones meridionales corresponde en torno al 55-58% a la de las regiones del centro-norte del país. ...
Italia es un país que funciona a dos velocidades. Un rasgo significativo de la economía italiana es la enorme y persistente brecha que existe entre el norte y el sur del país. La renta per cápita del norte casi duplica a la del sur, según el último informe del Instituto nacional de estadística italiano (Istat). El ingreso per cápita de las regiones meridionales corresponde en torno al 55-58% a la de las regiones del centro-norte del país. La región más rica es la norteña Trentino-Alto Adigio, con 40.904 euros de PIB per cápita, mientras que la sureña Calabria ocupa el último lugar, con 16.168 euros.
Acabar con las diferencias tan pronunciadas entre el norte y el sur es una de las cuestiones más complejas que enfrenta el país desde la unificación de 1871. Ya en las primeras décadas de vida de la Italia unida, las instituciones y los expertos comenzaron a analizar este fenómeno y a buscar posibles remedios, sin demasiado éxito, porque los datos más recientes siguen revelando una brecha cada vez más marcada. “Los análisis de las brechas entre el sur y el centro-norte del país que se han sucedido a lo largo del tiempo han documentado sistemáticamente, por un lado, la debilidad del sistema productivo sureño y, por otro, las carencias en infraestructuras y servicios públicos que, junto con la presencia de fenómenos delictivos, contribuyen a lastrar el desarrollo económico de la zona”, señala el Banco de Italia en su último informe de 2022. Y alerta de que sus análisis muestran un panorama cada vez más preocupante, ya que “las diferencias se han ampliado y la cuestión del sur se ha convertido aún más claramente en parte de un problema nacional más amplio”.
El sur de Italia tradicionalmente se ha visto en apuros para seguir el ritmo del resto del país, y ha contemplado cómo su peso económico ha ido disminuyendo progresivamente. Algunos de sus mayores lastres son la creciente dificultad para emplear la mano de obra disponible, una reducción de la acumulación de capital o un menor crecimiento demográfico en comparación con las zonas más avanzadas del país, donde se concentran los flujos migratorios internos. “El sur de Italia es el territorio atrasado más amplio de la zona euro, que ha sufrido la gran crisis de 2008 y, más recientemente, el impacto de la pandemia”, lo resume el Instituto nacional de estadística. Las previsiones dicen que la Italia meridional crecerá este año tres veces menos que la Italia septentrional.
El declive demográfico y la despoblación del sur, donde viven en torno a 20 millones de personas, un tercio de la población total del país, preocupa particularmente. Los expertos calculan que en 2023 la población italiana será casi un millón de personas menos que en 2019, más de la mitad de ellas sólo en las regiones meridionales.
Las cifras del mercado del trabajo no son más favorables. Mientras que en casi todas las provincias del norte, la tasa de ocupación alcanza o supera el 70%, en el sur el número de personas ocupadas apenas ronda el 40%. Las desigualdades también alcanzan al empleo juvenil. En 2021, en el norte 8 de cada 10 jóvenes tenían empleo, frente a los cerca de 5 de cada 10 del sur que estaban ocupados.
En el sur de Italia, donde también la red de infraestructuras es inferior al norte en calidad y cantidad, se registra un retraso notable en el nivel de educación respecto a la zona septentrional del país. Aunque esta problemática está mejorando en las generaciones más jóvenes, la desventaja sigue siendo muy amplia. En 2022, el 42,7% de los estudiantes de secundaria del sur tenían competencias “muy débiles” en matemáticas, frente al 15% del norte y solo el 6,7% de los estudiantes meridionales tenían un nivel “muy bueno” en esta materia, frente al 22,6% de los alumnos del norte.
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