Digitalización y desarrollo sostenible
Las tendencias hacia un nuevo orden basado en bloques comerciales regionales genera importantes incentivos para cerrar la brecha digital, al menos entre Estados próximos
En la urgencia de transformar el mundo en un lugar más sostenible, el proceso de digitalización de la economía debe establecerse de forma sólida y homogénea. Los vehículos eléctricos, las empresas basadas en la computación en la nube y una administración pública electrónica son ejemplos de cómo las tecnologías digitales contribuyen a la transformación hacia un modelo económico global más verde.
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En la urgencia de transformar el mundo en un lugar más sostenible, el proceso de digitalización de la economía debe establecerse de forma sólida y homogénea. Los vehículos eléctricos, las empresas basadas en la computación en la nube y una administración pública electrónica son ejemplos de cómo las tecnologías digitales contribuyen a la transformación hacia un modelo económico global más verde.
El índice DiGiX de BBVA Research representa las fronteras digitales definidas por los niveles de digitalización de 99 países y están asociadas al aprovechamiento de la capacidad tecnológica digital en cada momento. En los últimos tres años, dichas fronteras describen la existencia de una cota de saturación en los niveles ocupados por los países desarrollados, que se colocan en los primeros puestos de la clasificación. Sin embargo, continúa existiendo una amplia brecha digital entre países desarrollados y los emergentes. Si bien para estos últimos la desigualdad digital se ha reducido en los últimos tres años, apuntando hacia una dinámica de convergencia, todavía existe un enorme potencial de digitalización y desplazamiento hacia los niveles más altos de la frontera. En términos de progreso entre 2020 y 2021, los dos países que más avanzaron digitalmente, en comparación con los demás, fueron Rusia (10 puestos) y Sudáfrica (9). En el extremo opuesto, Luxemburgo (retrocedió 11 posiciones) y Filipinas (-8) son los que mostraron mayor deterioro.
Por regiones, los más digitalizados se encuentran en Europa Occidental (España en la 37ª posición), América del Norte, el sudeste asiático y Oceanía. El norte de África y Asia Occidental presentan la mayor dispersión, con Emiratos Árabes Unidos en la octava posición y Líbano en la 86ª. América Latina y el Caribe y África subsahariana se sitúan en la mitad más baja de la clasificación (puestos del 50 al 99), siendo Chile la única excepción (41). El grupo de Asia Central y del Sur es heterogéneo, y los países se reparten entre posiciones altas y bajas del ranking.
Las nuevas tendencias en el plano económico, consecuencia de la crisis pandémica, apuntan a un nuevo orden basado en bloques comerciales regionales. Esto genera importantes incentivos para cerrar la brecha digital, al menos entre países de la misma región, dado que un nivel de digitalización homogéneo resulta esencial para que todos se beneficien de las economías de escala resultado de unos menores costes de transacción y de las mayores interacciones sociales y comerciales. Todo ello, en un contexto de beneficio mutuo a cuenta del desarrollo digital.
Políticas encaminadas a avanzar de forma igualitaria en los procesos de transformación digital son prioritarias para la reorganización de las cadenas de producción en busca de un crecimiento más sostenible y una mayor resiliencia de los países.