Perú busca pasar la página de su ‘annus horribilis’

La economía peruana cayó 0,6% en 2023, su segunda peor contracción desde 1990 después de la ocasionada por la pandemia. La recuperación se verá hasta 2025, estiman analistas

El dato era ampliamente esperado por los analistas, pero no por eso dejó de ser impactante. Este jueves, el instituto de estadística de Perú informó que la variación del Producto Interno Bruto (PIB) en 2023 fue de -0,6%. Esto representa la segunda peor contracción económica en 33 años, después de la ocasionada por la pandemia de la covid-19. El país, acostumbrado a crecer por encima del promedio de la región latinoamericana, se vio afectada por cuatro fuert...

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El dato era ampliamente esperado por los analistas, pero no por eso dejó de ser impactante. Este jueves, el instituto de estadística de Perú informó que la variación del Producto Interno Bruto (PIB) en 2023 fue de -0,6%. Esto representa la segunda peor contracción económica en 33 años, después de la ocasionada por la pandemia de la covid-19. El país, acostumbrado a crecer por encima del promedio de la región latinoamericana, se vio afectada por cuatro fuertes golpes en 2023. Fue su anus horribilis y las autoridades quieren dejarlo atrás.

Datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) muestran que el PIB cayó 0,4% en el último trimestre del año pasado en comparación con el mismo trimestre del 2022, confirmando el estimado para el PIB anual. “Este resultado se dio en un contexto de condiciones climatológicas adversas que afectaron la producción agrícola, pesquera y del sector transformación”, dice el comunicado del INEI. Pero esto es solo parte del panorama de lo que la economía sudamericana experimentó en 2023.

“No hay economía que aguante lo que nos pasó”, dice Hugo Perea, economista jefe para Perú de BBVA. “Fueron cuatro choques de magnitud importante”, señaló. Una sequía en el sur andino que impactó al sector agrícola, una convulsión social que paralizó la producción y las vías de transporte durante enero del año pasado, un ciclón en la costa norte que dejó pérdidas de casi 350 millones de dólares y, finalmente, el fenómeno global de El Niño que calentó el Pacífico Central y causó lluvias que afectaron la pesca y la agricultura. Tanto el ciclón como El Niño dejaron decenas de muertos y miles de damnificados.

A estos cuatro eventos extraordinarios hay que agregarle las apretadas condiciones financieras que vive Perú como gran parte del mundo. El Banco Central de Reserva de Perú, como muchos otros, ha tenido que mantener alta la tasa de interés referencia como medida para contener la inflación, la cual se encuentra actualmente en 3%. “La inflación relativamente alta erosionó poder adquisitivo de la gente”, asegura Perea, “pero cuento esto porque lo que quiero que se entienda es que no ha habido un cambio en lo fundamental. Es decir, esta contracción económica no es estructural”.

Este mensaje es similar al que promueve desde el Gobierno el ministro de Economía y Finanzas, Alex Contreras. En una conferencia a finales del año pasado, Contreras dijo al micrófono que a pesar de las dificultades del 2023 “ha habido avances importantes. Los fundamentos no han cambiado”, Y luego añadió: “El contexto político no ha ayudado, ha sido algo que ha restado. Pero seguimos siendo una plaza atractiva para la inversión”.

La convulsión social tuvo su raíz en un intento de golpe de Estado del ex presidente Pedro Castillo, quien hoy se encuentra preso. El Gobierno interino de la presidenta Dina Boularte ha dicho que las elecciones presidenciales serán hasta 2026. Esta incertidumbre se vio reflejada en la inversión privada. De acuerdo con el INEI, al cierre del año 2023, la inversión bruta fija cayó 5,7%. mayoritariamente por la disminución de la inversión privada que fue de 7,5%. “En ese entorno nadie quiere invertir”, explicó Perea.

Si bien los ejes fundamentales de la economía no son problemáticos, tampoco son lo que eran antes. “Hace buen tiempo que Perú dejó de ser esa economía que crecía a 6,5% y ahora es una economía que crecerá, en promedio, alrededor de 2,5%. Decepcionante para un país que antes crecía por encima del promedio de la región”, opina Perea. BBVA estima que la economía peruana crezca 2% este año y 3,5% en 2025, año en que se recuperará por fin de lo perdido en los últimos años. La tasa de interés referencia bajará de 6,75% a 5% al final de 2024.

A los inversionistas, que conforman los mercados globales, los motivan las narrativas. Es decir, la historia que se cuenta sobre un país en determinado momento. “La narrativa de Perú ahora mismo es la de un país de retos por la debilidad institucional, pero también de oportunidades, de metas factibles”, dice Perea y “todavía hay interés por parte de inversionistas extranjeros de invertir en el país y comprar bonos del país”.

Su alta producción de cobre, por ejemplo, resulta atractiva para los grandes capitales en un momento en que se quiere migrar a energías eléctricas en reemplazo de los hidrocarburos. Su bono demográfico, con una edad promedio de 29 años, lo hace un mercado laboral atractivo. Y, finalmente, su disciplina fiscal, con fuertes barandillas al sobre endeudamiento, también es un atractivo.

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