La competitividad regional repunta un 5% y recupera los niveles precrisis

La distancia que separa el PIB per cápita de España de la media europea se ha ensanchado en las dos últimas décadas, alerta el Consejo General de Economistas

Cadena de montaje de la fábrica de Volkswagen en Navarra.

La economía española se ha beneficiado en 2022 de un segundo año de fuerte recuperación poscovid, que ha tenido como otra cara de la moneda una mejora de la competitividad territorial: en su conjunto ha crecido un 4,9% —algo por debajo del PIB— y ha recuperado los niveles prepandemia, con la Comunidad de Madrid tirando del resto, según el Informe de la Competitividad Regional en España 2023 publicado este miércoles por el Conse...

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La economía española se ha beneficiado en 2022 de un segundo año de fuerte recuperación poscovid, que ha tenido como otra cara de la moneda una mejora de la competitividad territorial: en su conjunto ha crecido un 4,9% —algo por debajo del PIB— y ha recuperado los niveles prepandemia, con la Comunidad de Madrid tirando del resto, según el Informe de la Competitividad Regional en España 2023 publicado este miércoles por el Consejo General de Economistas (CGE). El crecimiento, sin embargo, no ha sido homogéneo, ni ha permitido cerrar la brecha que persiste entre las autonomías más vigorosas y las menos dinámicas. Tampoco ha recortado la distancia que separa el PIB per cápita de España de la media europea, que se ha ensanchado en las dos últimas décadas.

Si en 2007 la renta media española era un 4,4% superior a la de la Unión, tras un periodo de fuerte crecimiento en los años noventa y dopada por la burbuja inmobiliaria, en 2021 suponía un 85,6% de la misma, han destacado los Economistas a partir de datos de Eurostat. “Hay un problema de productividad”, ha subrayado el presidente del organismo, Valentín Pich, durante la presentación del informe. “El crecimiento ha sido inferior al de la UE, por lo que la brecha se ha ido ampliando, y queríamos dejar patente ese problema que está enquistado”, ha desglosado José Carlos Sánchez de la Vega, director técnico del informe. “En el ámbito de las comunidades también se observa esa pérdida de posiciones. No hemos tenido un patrón convergente”.

Más allá de la brecha con la media europea, existe una división interna tanto en términos de PIB como en competitividad. Las regiones del norte, junto a la de la capital, son las más dinámicas, según el informe de los Economistas: reciben más inversiones, tienen más industria y servicios de elevado valor añadido, cuentan con una mayor concentración de grandes empresas y compañías innovadoras.

El organismo lleva siete años publicando su informe, basado en un índice de competitividad regional (ICREG) que se elabora a partir de decenas de variables agrupadas en torno a siete ejes: entorno económico, mercado de trabajo, capital humano, entorno institucional, infraestructuras básicas, eficiencia empresarial e innovación. Esta edición se complementa con un análisis descriptivo de eficiencia empresarial desde una óptica territorial, la cual concluye que a mayor tamaño de las empresas y mayor vocación exportadoras, más competividad.

Del grupo más competitivo forman parte Madrid, País Vasco —que escala una posición en la clasificación del organismo— y Navarra —que pasa del segundo al tercer puesto—; un paso por detrás está Cataluña, con un índice medio-alto. Del otro lado, partiendo en dos el mapa de España de manera diagonal, están los territorios de la España rural y aquellos que dependen más del turismo. Galicia, Castilla y León, Cantabria, La Rioja y Aragón tienen competitividad medio-baja y medio-baja, mientras que un índice bajo se atribuye a Asturias, Comunidad Valenciana, Murcia, Castilla-La Mancha, Baleares, Extremadura, Andalucía y Canarias —con estos tres últimos territorios a la cola del ranking—.

Esta foto calca en cierta medida la estadística de contabilidad regional que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística (INE) relativa al ejercicio 2022. Madrid, País Vasco y Navarra son, en este orden, las autonomías con las mayores rentas per cápita del país, con 38.435, 35.832 y 33.798 euros, respectivamente. En la cola se sitúan Andalucía (21.091) y Extremadura (21.343), aunque la última posición la ocupa la ciudad autónoma de Melilla (20.698). En términos de volumen, sin embargo, los grandes motores de la economía española son Madrid y Cataluña, que concentran cerca del 38% del PIB nacional.

Si Cataluña era antes la gran locomotora del país, el procés le ha pasado factura. El tamaño de la economía madrileña superó a la catalana en 2018 y desde entonces la brecha no se ha cerrado. Según los últimos datos del INE, el año pasado la distancia hasta se amplió. La región de la capital creció un 7,2%, frente al 5,8% promedio nacional, mientras que Cataluña avanzó un 6%. Aun así, ambos territorios están entre los más dinámicos del país.

Desigualdad

El indicador publicado este miércoles se refiere al año 2022, un ejercicio marcado por la invasión rusa de Ucrania, una inflación disparada alimentada por la crisis energética, las consecuentes subidas de los tipos de interés para mitigar la subida de precios y una elevada incertidumbre. “Ha habido una mejora sustancial de la competitividad, aunque con diferencias entre comunidades”, ha matizado Patricio Rosas, coordinador del estudio. Las regiones con menos dinamismo, paradójicamente, son las que más han mejorado su dinamismo: Andalucía, Baleares y Canarias. Asturias, en cambio, es la única que no ha registrado cambios significativos.

“Hay una consolidación de dos grandes boques”, ha recalcado Sánchez de la Vega. Aunque las comunidades más rezagadas crezcan más que la media y mejores sus niveles relativos, no logran hacerlo de manera suficiente para reducir la dispersión. “Ese punto de partida tan bajo dificulta el proceso de convergencia en términos competitivos”.

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