Los ingresos por impuestos reducen el déficit público al 2% del PIB hasta agosto
La recaudación tributaria aumenta en 28.000 millones entre enero y septiembre
El desfase entre ingresos y gastos públicos se va corrigiendo tras el golpe de la pandemia, que elevó el déficit por encima del 10% del PIB. Hasta agosto, los números rojos del conjunto de Administraciones —excluidas las corporaciones locales— alcanzaron los 25.898 millones de euros, menos de la mitad de lo acumulado en el mismo periodo del año anterior, según ...
El desfase entre ingresos y gastos públicos se va corrigiendo tras el golpe de la pandemia, que elevó el déficit por encima del 10% del PIB. Hasta agosto, los números rojos del conjunto de Administraciones —excluidas las corporaciones locales— alcanzaron los 25.898 millones de euros, menos de la mitad de lo acumulado en el mismo periodo del año anterior, según los últimos datos de ejecución presupuestaria publicados este lunes. Esta cifra, que se corresponde con unos dos puntos de PIB, se explica sobre todo por el crecimiento de los ingresos por impuestos, que avanzaron un 18% empujados por la reactivación de la actividad tras la crisis sanitaria, y la ola inflacionista. La previsión oficial del Gobierno para el cierre de año, contenida en el proyecto de Presupuestos, es que el agujero alcance el 5% del PIB, aunque Hacienda confía en acabar por debajo de su misma estimación gracias al tirón que están teniendo los ingresos.
El Estado, por el que se dispone de información hasta septiembre, acumula el déficit más grande, del 1,2% del PIB. Este porcentaje es un 70% inferior al del año anterior. La disminución se explica por un intenso aumento de los ingresos no financieros, del 27%, con los impuestos a la cabeza —suponen el 80% del total—, frente a una ligera reducción del gasto, del 0,4%. Los mayores desembolsos se deben a las transferencias entre Administraciones públicas, con 128.171 millones. Este importe incluye la devolución a las comunidades de una mensualidad del IVA de 2017, de unos 3.000 millones, y la compensación por las liquidaciones negativas de 2020, de 4.404 millones, que se reflejan en el ejercicio de este año. También crece la remuneración de asalariados y aumentan las aportaciones del Estado a la Seguridad Social, como la destinada a cubrir el coste de la pensión anticipada involuntaria en edades inferiores a la edad ordinaria de jubilación.
Las comunidades, por su parte, registraron un déficit del 0,3% hasta agosto, frente al superávit del 0,1% del año pasado, debido a un crecimiento de los gastos por encima de los ingresos. Hasta 10 autonomías acumulaban números rojos en los primeros ocho meses del año: Comunidad Valenciana, Navarra, Murcia, Madrid, Galicia, Extremadura, Cataluña, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Cantabria. El déficit de la Seguridad Social, en cambio, bajó al 0,03% del PIB, equivalente a 353 millones, frente a los 6.111 millones de 2021.
La inflación impulsa los ingresos
Los ingresos tributarios llevan meses creciendo a un ritmo sostenido: de enero a septiembre aumentaron en 28.000 millones en comparación con 2021, un 18,1% más hasta los 181.830 millones. Y esto pese a la incertidumbre y a las sucesivas rebajas fiscales que el Gobierno ha introducido para mitigar el impacto del fuerte encarecimiento de gas y la electricidad tras empezar la guerra en Ucrania. De acuerdo con la Agencia Tributaria, que también publica este lunes su informe de recaudación mensual, este escudo social ha supuesto una pérdida de ingresos de 5.725 millones en los primeros nueve meses del año, y de 7.330 millones desde que entraron en vigor las primeras medidas de alivio el año pasado.
El organismo explica que el incremento de la recaudación a lo largo de este ejercicio se debe, principalmente, a tres factores: la inflación y la mejora del consumo, la subida salariales y las cuotas diferenciales en el impuesto sobre la renta y en sociedades. La Agencia Tributaria estima que la subida de los precios ha sido responsable solo de un cuarto del aumento de los ingresos fiscales hasta agosto. Otros organismos, como la Airef, calculan un impacto superior, de hasta el 50%.
El IVA creció un 20,4%, arrastrado por el aumento del gasto y un IPC en máximos, de un 8,2% de media entre noviembre de 2021 y julio de 2022 ―el periodo que comprende la recaudación del impuesto hasta septiembre—. Los ingresos por IRPF aumentaron un 16,7%, gracias al buen comportamiento de las retenciones del trabajo, sobre todo de las grandes empresas, pero también en pymes y en el sector público. Esta mejora se debe a la creación de empleo y a la subida de sueldos y pensiones, que a su vez han causado un incremento del tipo mínimo efectivo pagado. El impuesto sobre sociedades, por su parte, ha avanzado un 24,7% hasta septiembre, por las menores devoluciones realizadas y la cuota de la declaración anual del ejercicio de 2021, que ha superado los niveles prepandemia.