Así invierte Amancio Ortega: renovables, telecos y edificios emblemáticos
El fundador de Inditex y hombre más rico de España cuenta con participaciones en media docena de empresas y es dueño de edificios repartidos en tres continentes
Un vistazo a los movimientos de 2022 es revelador sobre los intereses de Amancio Ortega cuando actúa como inversor. El fundador de Inditex, mayor grupo textil del mundo y fuente de su riqueza, ha adquirido esta misma semana un 5% de Enagás Renovable, filial del grupo gasístico español centrada en el desarrollo del hidrógeno verde, y el 49% de un parque fotovoltaico de Repsol en Castilla-La Mancha. El monto de ambas operaciones, 3,5 y 27 millones de euros, palidece ante la ...
Un vistazo a los movimientos de 2022 es revelador sobre los intereses de Amancio Ortega cuando actúa como inversor. El fundador de Inditex, mayor grupo textil del mundo y fuente de su riqueza, ha adquirido esta misma semana un 5% de Enagás Renovable, filial del grupo gasístico español centrada en el desarrollo del hidrógeno verde, y el 49% de un parque fotovoltaico de Repsol en Castilla-La Mancha. El monto de ambas operaciones, 3,5 y 27 millones de euros, palidece ante la inversión que Pontegadea, el grupo de empresas con las que Ortega gestiona su fortuna, está cerrando en EE UU. Según trascendió hace dos semanas, será el próximo propietario de un rascacielos de 234 metros con cerca de 500 pisos de lujo y un precio estimado de cerca de 500 millones.
Otras dos actuaciones completan la foto de las inversiones del empresario en lo que va de año. En abril se hizo con un edificio de oficinas de 30.000 metros cuadrados en la ciudad escocesa de Glasgow. Los medios escoceses la caracterizaron como la mayor operación inmobiliaria de oficinas en la historia del país por los 237 millones de euros en que se cifró. Y dos meses antes, en febrero, se anunciaba un aumento de participación en Telxius. Pontegadea ya tenía, a través de una sociedad conjunta con Telefónica, un 10% en la firma de infraestructuras de telecomunicaciones. Tras la ampliación pasó a controlar un 30%.
Las cuatro operaciones se resumen en tres parcelas en las que Ortega parece moverse como pez en el agua: inmobiliario, energía y telecomunicaciones. Ninguna era ajena a Pontegadea antes de 2022. El grupo, que obtuvo de manera consolidada un beneficio de 1.606 millones el año pasado, se divide operativamente en dos grandes negocios: las participaciones industriales del hombre más rico de España y los inmuebles que posee como inversión (no los que tienen un uso personal). De los primeros obtiene dividendos; de los segundos, rentas de alquiler.
Ortega no solo es el hombre más rico de España. Con una fortuna estimada actualmente en más de 58 millones de euros, está entre los 20 más ricos del planeta, según la lista Forbes. El 59,29% de acciones que tiene en Inditex (la matriz de Zara, Bershka, Massimo Dutti, Pull&Bear, Oysho y Stradivarius) es, de largo, su posesión más preciada y su mayor fuente de ingresos: solo el año pasado le reportó 1.294 millones. Pero tiene otra peculiaridad, y es que no se trata de una inversión en sentido estricto, sino de la plasmación de un negocio que él mismo fundó en Galicia hace ya más de medio siglo. Un lucrativo negocio que le llevó con los años a diversificar su patrimonio.
Al margen de lo que recibió de Inditex, Pontegadea ingresó el año pasado otros 29 millones en dividendos. Además de la ya citada participación en Telxius, desde 2019 posee un 5% de Enagás (distinto del 5% que acaba de comprar en su filial de renovables), y el año pasado se hizo con un 5% de Red Eléctrica (actual Redeia), el máximo que un accionista distinto de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) puede ostentar en el transportista único del sistema eléctrico español. Un día después de que se hiciera pública esa inversión, se anunciaba otra en la empresa homóloga portuguesa: Redes Energéticas Nacionais (REN). Con un 12%, Ortega se convirtió, también ahí, en el segundo máximo accionista.
Poca desinversión
En contraste con esa vibrante actividad inversora, son pocas las desinversiones que han trascendido en los últimos años, a pesar a que Inditex y el propio Ortega (que en 2020 vio recortados a la mitad los dividendos) también han notado el embate de la pandemia. La más conocida, a principios de 2021, fue la venta de las torres de telecomunicaciones que tenía Telxius en España, Alemania, Brasil, Perú, Chile y Argentina. Una decisión en la que Ortega tenía poca influencia, pero que le reportó unos 770 millones gracias a la participación del 10% que tenía entonces en la firma.
Más difícil es seguir el rastro completo de la inversión inmobiliaria. Los edificios que posee Pontegadea suman un valor de más de 15.200 millones, según las cuentas del año pasado. Se reparten por tres continentes y nueve países (EE UU, Reino Unido, España, Canadá, Francia, Italia, Portugal, Corea del Sur y México). Los tres primeros copan más de la mitad de la cartera e incluyen lo que en al argot inmobiliario se denomina edificios trofeo. Se trata de inmuebles emblemáticos por su arquitectura, su ubicación o los inquilinos que tienen, lo que los convierte en inversiones consideradas muy seguras.
Ortega es casero de grandes tecnológicas como Facebook, cuyas oficinas en Seattle (oeste de EE UU) compró en 2019, o Google, al que alquila varias plantas de la Torre Picasso de Madrid. En Londres, y también en 2019, gastó más de 700 millones para hacerse con The Post Building, un céntrico inmueble que alberga a la consultora McKinsey. Pero aunque las oficinas son su principal preferencia a la hora de comprar edificios, también posee activos comerciales y hoteles.
Por tener, tiene hasta molinos de viento. A finales de 2021, Pontegadea adquirió un 49% de Delta, un parque eólico propiedad de Repsol en la provincia de Zaragoza, una operación similar a la acordada este jueves con la petrolera española por el parque fotovoltaico Kappa, en Manzanares (Ciudad Real). Se trata quizás de su inversión más inclasificable, a medio camino entre lo industrial y lo inmobiliario. Pero, en el fondo, no es ajena a su trayectoria. Se trató de un avance más en el mercado energético. El primero, tal y como se destacó cuando se dio a conocer el desembolso de 245 millones, centrado en las fuentes renovables.