El Consejo General de Economistas eleva al 7,1% su previsión de inflación para 2022
El organismo mantiene en el 3,9% su estimación de crecimiento del PIB
El conflicto en Ucrania y la presión inflacionista añaden incógnitas sobre el panorama económico. El Consejo General de Economistas (CGE) estima que la tasa media anual del índice de precios al consumo (IPC) se sitúe en el 7,1% en 2022, una previsión que ha empeorado en casi dos puntos con respecto a su anterior análisis. “No somos demasiado positivos”, ha señalado este jueves Antonio Pedraza, presidente de la Comisión Financiera del CGE. El organismo mantiene sin embargo en el 3,9% su previsión de crecimiento del PIB ―...
El conflicto en Ucrania y la presión inflacionista añaden incógnitas sobre el panorama económico. El Consejo General de Economistas (CGE) estima que la tasa media anual del índice de precios al consumo (IPC) se sitúe en el 7,1% en 2022, una previsión que ha empeorado en casi dos puntos con respecto a su anterior análisis. “No somos demasiado positivos”, ha señalado este jueves Antonio Pedraza, presidente de la Comisión Financiera del CGE. El organismo mantiene sin embargo en el 3,9% su previsión de crecimiento del PIB ―que ya había recortado en un contexto de desaceleración generalizada―, según su último informe Observatorio Financiero y Claves Económicas, presentado este jueves y relativo al primer cuatrimestre del año.
La guerra ha agravado el alza de precios de los productos energéticos y alimentarios, propiciando el contagio a otros sectores. En este sentido, Pedraza ha recordado que la inflación subyacente, que no contabiliza energía y alimentos frescos ―muy volátiles―, se situó en España en el 4,4% en abril frente a una variación IPC del 8,3%, demostrando que el alza de precios afecta a cada vez más sectores.
“Ya veníamos avisando del peligro de que se desencadenase una espiral inflacionista, a la vista de la evolución de la inflación subyacente, afectando al consumo y a la inversión”, ha subrayado Pedraza. “La inflación va a descender lentamente, dependiendo de la coyuntura internacional, y es posible que se controle alrededor del 4% a finales del año, pero en media anual va a ser superior”.
Sacrificios
El organismo confía en que el verano dé algo de brío a la actividad económica, gracias el empuje del turismo. “Pero hay incertidumbre. Todos tenemos que ser flexibles, para prepararnos para una situación que va a ser bastante hostil”, ha matizado el presidente del CGE, Valentín Pich, quien ha pedido sacrificios y ha insistido en que se impulse un pacto de rentas. “Entrar en una derivada de inflación de segundo nivel es peligrosísimo. Hasta hace poco nos convencimos de que esta inflación era transitoria, pero no es así”.
El repunte de los precios ha impulsado cambios de rumbo en las políticas monetarias. El Banco Central Europeo ha anunciado que pondrá fin a las compras de activos este verano y, más adelante, a la era de tipos ultrabajos que se prolonga desde hace más casi una década. “Este cambio en la política del BCE tendrá como consecuencia el encarecimiento de la financiación, con su efecto inmediato en el déficit”, señala el informe de los economistas.
El organismo ha señalado que el déficit estructural, del 4%, “aporta mayor vulnerabilidad” a la economía. “El déficit estructural que tenemos del 4% hace necesario un control eficiente del gasto, que actualmente crece por encima del PIB. Esto contrasta con las medidas adoptadas esta semana en relación a la oferta de empleo público”, ha añadido Pedraza. La previsión del organismo es que el saldo entre ingresos y gastos de las Administraciones cierre el año en el 5,3%, algo por encima del 5% estimado por el Gobierno. La tasa de paro, según el organismo, se situará en el 13,2% y la deuda en el 116,5% del PIB.
Con estos mimbres, el CGE ha propuesto adecuar los Presupuestos Generales del Estado a la situación actual; limitar el crecimiento de los salarios, públicos y privados, a tasas menores a la inflación general; y adoptar cambios en el área fiscal. Entre ellos, bajar el IVA sobre los consumos especialmente afectados, como los energéticos, o subvencionar a los sectores más golpeados para compensarles el incremento de costes ―autónomos, pymes y familias con menos recursos―. Asimismo, apoyan deflactar las tarifas del IRPF ―una medida que ha anunciado el Gobierno de Madrid para la parte que es de su competencia―, tanto estatal como autonómica.