Garamendi asegura que la CEOE solo negocia la reforma laboral “con un Gobierno” y pide “discreción”

El presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, ha señalado este miércoles que la patronal negocia la reforma laboral con “un solo Gobierno”, en referencia a...

El presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, ha señalado este miércoles que la patronal negocia la reforma laboral con “un solo Gobierno”, en referencia al pulso interno que mantienen las vicepresidentas Nadia Calviño y Yolanda Díaz por liderar los encuentros, y ha reclamado “discreción” a todas las partes. “El Gobierno solo es uno y nosotros negociamos con él. Si algo es importante es la discreción, intentar llevar al debate público cada vez que hay una coma creo que es la mejor manera de que las cosas no salgan”, ha apuntado antes de intervenir en un desayuno informativo celebrado en Madrid.

A lo largo de la mañana de este miércoles se celebra un nuevo encuentro de la mesa de negociación sobre la modernización del mercado de trabajo en el que se dirime la reforma laboral, días después de que Unidas Podemos denunciase “injerencias” por parte del Ministerio de Economía que comanda Nadia Calviño. “Hoy el problema son las diferencias entre dos vicepresidentas, pero dentro de 20 días será que la patronal ha impuesto un derecho a veto. Esto es mucho más complejo que hablar de la guerra entre dos ministras”, ha indicado el presidente de los empresarios. En cuanto a esta circunstancia, que deriva de la voluntad de Europa de que el nuevo marco laboral en España se diseñe con el beneplácito de las tres partes (Gobierno, sindicatos y patronales), Garamendi ha negado que desde la CEOE vayan a hacer uso de su poder para bloquear la reforma. “Somos libres e independientes para decir que no estamos de acuerdo. Pero no tenemos ese derecho, ojalá”, ha señalado, recordando que la última subida del salario mínimo (hasta 965 euros mensuales en 14 pagas) se hizo sin su aprobación.

Sin líneas rojas

En cuanto a estas reclamaciones que llegan desde Europa, Garamendi, que ha reconocido no haber establecido líneas rojas dentro de la negociación, se ha posicionado junto al reclamo de reducir la temporalidad. “Estamos donde está Europa, tenemos que ver cómo mejorar la temporalidad y ahí nos van a encontrar”, ha comentado. Sin embargo, sí que ha mostrado su rechazo a la propuesta presentada por Gobierno y sindicatos acerca de delimitar en un 15% el número máximo de contratos eventuales dentro de una empresa. Además, ha recordado que el problema de la temporalidad está más asentado en el sector público (30%) que en el privado (22%). “Nosotros estamos avanzando en muchos temas. Aprobamos la ley de los riders, de la dependencia, del teletrabajo... El sector privado ha hecho los deberes”, ha indicado.

En cuanto a la situación económica del país, el líder de la CEOE ha trasladado un mensaje de moderación sobre las previsiones futuras y de rechazo “a la radicalidad”. “No podemos decir que esto va como un cohete, ni que va fatal. Estamos creciendo a un buen ritmo, se está recuperando empleo, pero lo que nos preocupa es que a la hora de trabajar lo hagamos con rigor y ortodoxia económica. Si lo hacemos bien ahora iremos para arriba, pero si no, tendremos un problema en 2023″, ha advertido. “Hay que ser optimistas, pero alertando de que no nos lo creamos”, ha añadido.

Respecto a los fondos europeos que recibirá España, Garamendi ha recordado que tan importante es su correcta implementación, como la regulación de un marco de actuación claro para su ejecución: “Los fondos van acompañados de reformas, y son tan importantes o más. Nos llaman fondos internacionales, que son los ahorros del mundo y muchos de ellos además son accionistas de muchas empresas españolas, y les preocupa más la reforma laboral que los fondos”.

En cuanto a su valoración acerca del proyecto de Presupuestos para 2022, el jefe de la patronal ha considerado que en su elaboración “se ha sido muy optimista”, y ha afeado que algunos de los cálculos internos (como el del precio del petróleo, por ejemplo) no son acordes con la realidad.