Cómo 100 gramos pulverizados se convierten en una comida por 1,2 euros

Satislent comercializa un sustituto alimenticio que incluye entre sus ingredientes gofio y aceite de oliva

Carlos Ucha, fundador Satislent.Alfredo Flórez

Satislent nace en 2017 con el ingeniero industrial Carlos Ucha recién independizado y compaginando unas prácticas con la culminación de su segundo máster. Sin mucho tiempo para cocinar, se interesó por los sustitutos alimentarios. En particular, por los similares a Soylent, el popular producto a base de soja que cuatro años antes había desarrollado el informático de Silicon Valley Rob Rhinehart. “Adquirí varias referencias, las incluí en mi día a día y constaté que eran una vía de obtención d...

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Satislent nace en 2017 con el ingeniero industrial Carlos Ucha recién independizado y compaginando unas prácticas con la culminación de su segundo máster. Sin mucho tiempo para cocinar, se interesó por los sustitutos alimentarios. En particular, por los similares a Soylent, el popular producto a base de soja que cuatro años antes había desarrollado el informático de Silicon Valley Rob Rhinehart. “Adquirí varias referencias, las incluí en mi día a día y constaté que eran una vía de obtención de nutrientes segura y práctica”, cuenta por videollamada. A los pocos meses, sin embargo, empezó a darle vueltas a cómo obtener una solución de alto valor. “Me preocupaba que estos concentrados incluyen a veces componentes cuyo consumo continuado puede ser desaconsejable”.

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A partir de ahí se dedicó a afinar una fórmula que, además de ser vegana e incluir proteína de guisantes, soja y avena, habituales ingredientes de este tipo de sucedáneos, contiene otros como el aceite de oliva y el gofio, una harina muy consumida en Canarias que procede de cereales tostados y que aporta distinción al sabor. Disponible en barritas y en concentrados en polvo a partir de los que elaborar batidos, Satislent facturó con su compuesto 140.000 euros en 2020, año en el que obtuvo unas ganancias de 20.000 euros.

Para Ucha, cofundador junto a su hermano Alfonso y un tercer familiar, la clave del negocio está en “delegar solo lo imprescindible”. “En un mercado en el que se compite vía precios bajos es muy importante no perder con intermediarios la ventaja competitiva que ganas al optar por ingredientes locales”. La empresa, que cuenta con seis empleados, realiza en un pequeño espacio en Leganés (Madrid) todos los procesos hasta el etiquetado final y solo vende a través de su página web. Con esta estructura pueden ofrecer los 100 gramos de pulverizado que se consideran equivalentes a una comida completa por 1,2 euros, situándose entre los más económicos del mercado, pero con un margen de ganancia superior. Además, el cambio de hábitos ocasionado por la pandemia les ha beneficiado. “El confinamiento en casa estimuló la recurrencia de aquellos clientes que, ante la ausencia de una alternativa, reconocieron como un bien de primera necesidad nuestro producto”, afirma el emprendedor madrileño.

Los próximos objetivos de Satislent son abrir una vía de ingresos a través de contratos con distribuidores en aquellos países europeos en los que los costes logísticos encarecen en exceso los pedidos y decidir si, para potenciar su marketing digital y lograr mayor penetración en el mercado español, piden un préstamo de 150.000 euros al organismo público Enisa —para el que tendrían que presentar idéntica cantidad en inversión privada—.

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