El español que ha patentado un gimnasio portátil de un kilo de peso con tecnología de la NASA
Manuel Montes y su equipo han diseñado Handy Gym, un versátil producto para entrenar que permite hacer 200 ejercicios diferentes
Más de 6.000 horas y un millón de euros llegados a través de fondos propios, créditos bancarios y la plataforma de financiación Kickstarter han sido el tiempo y el dinero que Manuel Montes y su equipo han necesitado para crear una máquina para entrenar. Un aparato que se ha convertido en objeto de deseo tanto de profesionales como de amantes del deporte.
Todo empezó en 2016 cuando este vigués quiso dar un paso más en su b...
Más de 6.000 horas y un millón de euros llegados a través de fondos propios, créditos bancarios y la plataforma de financiación Kickstarter han sido el tiempo y el dinero que Manuel Montes y su equipo han necesitado para crear una máquina para entrenar. Un aparato que se ha convertido en objeto de deseo tanto de profesionales como de amantes del deporte.
Todo empezó en 2016 cuando este vigués quiso dar un paso más en su batalla contra la enfermedad de Parkinson que padece y empezó a desarrollar un aparato que le permitiera hacer deporte en cualquier sitio y en cualquier momento. Su primer prototipo tuvo como base los cinturones de seguridad de antiguos Seat Ibiza que compraba en desguaces. “Sustituía la cinta por una banda elástica y los reconvertía en una máquina básica para hacer ejercicios”, cuenta Montes. Una idea que acabó desechando por poco segura y de la que pasó a la tecnología inercial, desarrollada por la NASA para que sus astronautas hicieran deporte en gravedad cero, que consiste en un entrenamiento de fuerza de resistencia, más segura y eficaz. El resultado fue una pequeña máquina de solo un kilo de peso, que permite hacer más de 200 ejercicios diferentes. “Lo que pretendía ser una herramienta, se convirtió en una forma de entrenar. El concepto final fue conseguir una máquina que valiera para todo el mundo”, explica Montes.
Fabricada en Ourense, en una compañía de inyección de plásticos para automoción, se lanzó al mercado en julio de 2020. Los 12 empleados de Handy Gym han vendido hasta el momento más de 1.400 unidades a través de su web y de distribuidores, con un precio medio de 1.000 euros, según el modelo. Pese a su corta edad y a los problemas que ha planteado el coronavirus, “que ha impedido comercializarla de forma normal”, está presente en más de 60 países, con Estados Unidos como su mercado principal. Fisioterapeutas, entrenadores personales o deportistas, algunos de élite como Sandra Sánchez, campeona del mundo de kárate; Teresa Perales, medallista paralímpica de natación, o la selección española de rugby son algunos de sus clientes. “También nos ha hecho un pedido la Armada norteamericana para que los soldados entrenen durante su estancia en los submarinos”, apunta el fundador de Handy Gym.
Hasta ahora han sido, sobre todo, profesionales del deporte los que se han decidido a comprar esta máquina, “por su precio”, apunta Montes. Por eso, recientemente han lanzado otra, de características parecidas, pero destinada a los deportistas más “domésticos”, con un precio que roza los 400 euros. Una apuesta que tiene su propia app y pronto completará con una máquina de remo. El recorrido que le ha valido llegar a unos ingresos de 600.000 euros en poco más de seis meses, con un beneficio de unos 40.000.