La economía española sufrió una contracción histórica en el primer trimestre: cayó un 5,2%
El consumo de los hogares se hunde un 6,6% en el trimestre, el gasto público sube a su mayor ritmo en 12 años y la inversión se desploma
La historia también se escribe con cifras. La del crecimiento económico del primer trimestre del año tiene todas las papeletas para pasar a los libros de economía como la mayor caída de la actividad productiva de España desde que hay registros. El producto interior bruto, el principal indicador para medir la evolución de la riqueza de un país, cayó entre el pasado enero y marzo un 5,2% como consecuencia de las medidas de confinamiento adoptadas para tratar de frenar la pandemia del coronavirus, según los datos publicados este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que confirman...
La historia también se escribe con cifras. La del crecimiento económico del primer trimestre del año tiene todas las papeletas para pasar a los libros de economía como la mayor caída de la actividad productiva de España desde que hay registros. El producto interior bruto, el principal indicador para medir la evolución de la riqueza de un país, cayó entre el pasado enero y marzo un 5,2% como consecuencia de las medidas de confinamiento adoptadas para tratar de frenar la pandemia del coronavirus, según los datos publicados este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que confirman la cifra adelantada el pasado 30 de abril.
La serie estadística del INE arranca en 1970 y en el Excel no consta ningún otro desplome similar. El que más se acerca fue el primer trimestre del año 2009, en la anterior crisis financiera, cuando la economía se desplomó un 2,6%, la mitad que en esta ocasión.
La abrupta caída de la actividad económica en el primer tramo del año no tiene parangón con ninguna otra crisis en tiempos de paz. Habría que remontarse a los años posteriores a la Guerra Civil del siglo pasado para encontrar un dato similar, según las series estadísticas que han construido algunos historiadores especializados.
Si el dato del primer trimestre es desalentador habrá que esperar unas semanas para conocer la primera cifra oficial sobre el desempeño del segundo trimestre, cuando la reclusión fue más estricta: la economía paró en seco durante dos semanas y estuvo dos meses al ralentí hasta empezar a acelerar. Esa cifra dejará a los historiadores económicos boquiabiertos y marcará el inicio oficial de la recesión. Los académicos exigen dos periodos de tres meses en números rojos para certificar la crisis. Hasta ahora, el augurio más fiable de lo que ha podido pasar entre abril y junio lo ha ofrecido el Banco de España, que calcula que la economía caerá en el segundo trimestre un 20%. Pero para analizar esas cifras aún habrá que esperar.
El INE actúa como notario de la evolución económica. Sus datos son los más fiables para analizar la evolución económica y social del país. Y las cifras del primer trimestre muestran cómo todos los grandes componentes del PIB retrocedieron entre enero y marzo. El consumo de los hogares se contrajo un 6,6%, la inversión un 5,1% y el sector exterior sufrió un golpe histórico por el cierre de fronteras en casi todo el mundo. Únicamente el gasto de las Administraciones públicas, que abrieron la caja de caudales para lanzar salvavidas a los sectores más golpeados por la pandemia registró un aumento, del 1,8%.
Por ramas de actividad, la agricultura y la sanidad (por motivos obvios) fueron los únicos sectores que no mostraron grandes caídas. El más damnificado fue el comercio, transporte y hostelería, que registró una caída del 11,1%. La construcción también encajó el mordisco del virus con un retroceso del 6,8% durante el primer trimestre.
La caída en el primer trimestre es más sorprendente porque en los tres trimestres precedentes (segundo, tercero y cuarto trimestre de 2019) la economía española venía creciendo al 0,4%.
En tasa interanual, el PIB del primer trimestre se contrajo un 4,1%, frente al repunte del 1,8% del trimestre anterior. Se trata del mayor retroceso desde el segundo trimestre de 2009, cuando la economía española se contrajo un 4,4% interanual. No se registraban datos negativos de PIB desde finales de 2013.
La demanda nacional restó 3,7 puntos a la variación interanual del PIB en el primer trimestre, 5 puntos inferior a la del cuarto trimestre. Por su parte, la demanda externa restó 0,4 puntos, nueve décimas menos que en el trimestre pasado.
Los datos trimestrales muestran un hundimiento del consumo de los hogares del 6,6%, frente al crecimiento del 0,1% del trimestre anterior. Por el contrario, el gasto público pisó el acelerador entre enero y marzo y creció un 1,8%, su mayor alza en 12 años, concretamente desde el primer trimestre de 2008. Por su parte, el gasto en consumo de las instituciones sin fines de lucro y al servicio de los hogares avanzó un 0,8%, cinco décimas más que en el trimestre precedente.
La inversión, por su lado, registró en el primer trimestre su mayor caída en 11 años (desde el segundo trimestre de 2009), al retroceder entre enero y marzo un 5,7%.
El INE señala que la situación provocada por el coronavirus hace que ciertas variables, como las horas efectivamente trabajadas, sean más relevantes en los momentos actuales a la hora de medir la evolución del empleo. “Se considera que esta variable, frente a los puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, es la que refleja de manera más clara los efectos inducidos en el empleo por el brote de covid-19 y las sucesivas medidas adoptadas”, apunta.
El empleo de la economía, en términos de horas trabajadas, cayó en el primer trimestre un 5% respecto al trimestre anterior. Esta tasa es de menor magnitud que la de los puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo (del -1,9%, lo que supone 2,8 puntos menos que en el cuarto trimestre) debido a la reducción que se observa en las jornadas medias a tiempo completo (-3,1%).
En términos interanuales, las horas trabajadas decrecen un 4,2%, tasa 5,6 puntos inferior a la del cuarto trimestre de 2019. Por su parte, los puestos equivalentes a tiempo completo retroceden un 0,6%, 2,6 puntos menos que en el cuarto trimestre, lo que supone que en un año se han destruido 102.000 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo.
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