El ensayista que construyó el mundo desde la escasez

El escritor Vicente Verdú cierra las jornadas 'Lecciones y maestros' celebradas en Santillana del Mar

Desde una torre medieval se ha oteado el mundo contemporáneo y avistado las rutas que ha seguido en los últimos 30 años. Con este presente analizado por Vicente Verdú llegaron ayer a su fin las V jornadas Lecciones y maestros, organizadas por la Fundación Santillana y la Universidad Menéndez Pelayo, en Santillana del Mar. Ello después de haber viajado el lunes al mundo clásico con su embajador Carlos García Gual y el martes a la historia de España en los siglos XX y XXI en compañía de Santos Juliá.

Desde esa torre de piedra de Don Borja, Verdú (Elche, 1942) echó un vistazo atrás ...

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Desde una torre medieval se ha oteado el mundo contemporáneo y avistado las rutas que ha seguido en los últimos 30 años. Con este presente analizado por Vicente Verdú llegaron ayer a su fin las V jornadas Lecciones y maestros, organizadas por la Fundación Santillana y la Universidad Menéndez Pelayo, en Santillana del Mar. Ello después de haber viajado el lunes al mundo clásico con su embajador Carlos García Gual y el martes a la historia de España en los siglos XX y XXI en compañía de Santos Juliá.

Desde esa torre de piedra de Don Borja, Verdú (Elche, 1942) echó un vistazo atrás a su vida para ir trenzando sus sueños, frustraciones y realidades con el mundo que se ponía ante él y que luchaba por comprender y desvelar. "Empecé a construir a partir de la escasez", fueron las palabras con las que abrió esta sesión el periodista y escritor. Y es ahí donde anida parte del secreto de uno de los ensayistas españoles que ha sabido contar el mundo desde el análisis y la explicación de la cotidianidad y los llamados, o supuestos, aspectos triviales de la vida.

Calibra el presente con frases como: "La cultura de hoy es de superficies"
Reconoce el columnista que todos sus libros son autobiográficos

Una mirada que le permite calibrar el presente con frases como: "La cultura de hoy es de superficies", "el ensayista tiene que ser cautivador", "la pareja es mala porque es represora y condiciona", "vaya mierda de libro el que no puedes dejar de leer o no te deja dormir" o "he tratado el acercamiento de lo trascendente y lo trivial".

Titulares de un periodista y ensayista que en medio de un halo de nostalgia ha esparcido de anécdotas y risas su biografía personal y literaria. La de un hombre que siempre quiso escribir y cuya vida está marcada por dos temas malogrados: ser poeta y arquitecto. Al final, la vocación de lo primero y la estructura de lo segundo le facilitaron las herramientas para cumplir su sueño de escribir, primero desde el periodismo y después a través del ensayo sociológico. Tanto en libros como a través de artículos de prensa en diarios como EL PAÍS, donde es columnista.

Y eso que cuando recién empezaba en los sesenta, después de enredarse en tratar de cumplir sus otros sueños, su jefe en el diario falangista SP, al ver que tardaba mucho escribiendo, le soltó un: "Escribir es escribir bien, pero no bien despacio sino deprisa". Una frase que hurgó en la herida que le llevó a pensar que definitivamente no servía para escribir. Más de 30 años después, reconoce que todos sus libros son autobiográficos: "Como lozas petrificadas de mi vida que muestran etapas que ya se han cerrado".

Familia, fútbol, parejas, pasiones, China, Estados Unidos y los diversos factores que moldean el mundo actual le han servido para tratar de explicar o encontrar una respuesta de lo que sucede y lo que puede avecinarse. Y, claro, no faltó en este diálogo, su queja por la sobrevaloración de la novela en estos tiempos. Y con su ánimo provocador y de invitar a la reflexión señaló que la novela ya ha cumplido una función, y no entiende que alguien diga que no puede dejar de leer un libro hasta que no lo acabe. "¡Vaya mierda de libro el que no te deja dormir! ¿Qué invento es ese?".

Reflexiones de un ensayista poliédrico doctorado en Ciencias Sociales por la Sorbona, cuya versatilidad, según el investigador Fernando Bañuls, que le presentó ante los 40 participantes, se debe a que la curiosidad intelectual de Verdú le llevó a interesarse por disciplinas como la economía, la sociología, la semiología, la psicología social o la antropología.

Una preocupación por comprender y compartir sus investigaciones en cuyos títulos se autorretrata: Noviazgo y matrimonio en la burguesía española; El fútbol, mitos, ritos y símbolos; El éxito y el fracaso; China superestar; Señoras y señores (premio Espasa de Ensayo 1998); Héroes y vecinos; Días sin fumar (finalista del Anagrama de Ensayo en 1998), El planeta americano; El estilo del mundo; La vida en el capitalismo de ficción; Yo y tú, objetos de lujo y No ficción.

Las jornadas de Lecciones y maestros se clausuraron ayer por la tarde en el Paraninfo de La Magdalena, en la UIMP de Santander, con el diálogo abierto al público que sostuvieron los tres maestros invitados este año: Carlos García Gual, Santos Juliá y Vicente Verdú.

Vicente Verdú, en Santillana del Mar.PABLO HOJAS
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