Presión sobre ETA en Venezuela

"Cubillas ponía un salvoconducto y resolvía los problemas"

Principales pasajes de la confesión de los etarras a la Guardia Civil

"Cada vez que pasábamos por un control policial, Cubillas colocaba un salvoconducto en el salpicadero del coche y pasábamos. Una vez fuimos identificados los dos; llevábamos demasiado dinero y teníamos que dejar allí una parte, pero Cubillas intercedió, habló con la policía y lo arregló. Daba la sensación de que mandaba sobre la policía, porque resolvía los problemas". La declaración es del etarra Xabier Atristain, presunto miembro del comando Imanol, que junto a su compañero Juan Carlos Besance ha revelado a la Guardia Civil y al juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno el curso de ...

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"Cada vez que pasábamos por un control policial, Cubillas colocaba un salvoconducto en el salpicadero del coche y pasábamos. Una vez fuimos identificados los dos; llevábamos demasiado dinero y teníamos que dejar allí una parte, pero Cubillas intercedió, habló con la policía y lo arregló. Daba la sensación de que mandaba sobre la policía, porque resolvía los problemas". La declaración es del etarra Xabier Atristain, presunto miembro del comando Imanol, que junto a su compañero Juan Carlos Besance ha revelado a la Guardia Civil y al juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno el curso de armas que recibieron en Venezuela en el verano de 2008 de la mano de Cubillas, funcionario de seguridad del Gobierno de Hugo Chávez.

"Daba la sensación de que mandaba sobre la policía venezolana"
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El instructor de los terroristas en la selva venezolana se quejó de tener que gastar y "compartir" el "poco material que tenía" en entrenar también a unos chilenos conducidos por Cubillas al mismo campo de entrenamiento, según la declaración de Atristain a la que ha tenido acceso EL PAÍS. La fiscalía, que ya interpuso una querella contra Cubillas en 2008, cree que organizaba cursos no solo de ETA, sino también de las FARC colombianas y de terroristas de otros países como Chile.

Atristain y Besance declararon a la Guardia Civil cuando permanecían incomunicados. Lo hicieron por separado, en momentos diferentes y permanecieron en distintos calabozos, pero sus manifestaciones son similares. La de Atristain es más locuaz y ofrece detalles sobre su viaje y formación terrorista en Venezuela.

El etarra describe el cursillo que recibieron en Francia con Mikel Kabikoitz Karrera, Ata, entonces número uno de la banda, sobre encriptación, sistemas operativos y tiro. "Dimos dos disparos en el monte, pero nos dijeron que debíamos ir a hacer el curso a Venezuela porque en Francia era prácticamente imposible. Viajamos a Caracas en avión, en agosto de 2008, por separado y con 2.000 euros que nos dio Ata".

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Los terroristas se juntaron en la capital venezolana y acudieron a una cita en el centro comercial El Recreo. Atristain lo cuenta así: "Aparecieron dos personas en un todoterreno, una de ellas vasco y gordo que trabaja para el Gobierno de Venezuela y se llama Arturo Cubillas. Y otra persona mayor con bigote, que fue detenida hace un año en Francia [José Lorenzo Ayestarán Legorburu, veterano refugiado en Venezuela, de 52 años, pescadero en Sucre y reclamado por seis asesinatos]".

"Cubillas nos llevó a una vivienda con los ojos vendados y allí dormimos, tardamos poco en llegar. Al día siguiente El Bigotes [Ayestarán] y otro nos dieron un curso de electrónica y montaje de explosivos. Un día después nos trasladaron a la costa. Tardamos dos horas en llegar a una zona residencial. Nos quedamos allí y dos días después aparecieron Cubillas y El Bigotes con dos personas que parecían venezolanos [instructores] y que demostraron una gran habilidad [en el manejo de armas y explosivos]".

"Nos recogieron Cubillas y El Bigotes y viajamos unas 10 horas hasta un pueblo pequeño en un todoterreno con cuatro o cinco personas que parecían venezolanos, hicimos una gran compra de víveres y los llevamos a una casa en mitad de la selva, una barraca con hamacas. El Bigotes [Ayestarán] hizo pruebas para ver si se oían los disparos y dijo que no era adecuado. Al día siguiente viajamos tres horas y llegamos a una casa vieja. El Bigotes dio el visto bueno", relata Atristain. Cubillas, los etarras y sus instructores durmieron allí.

"Anduvimos una hora y comenzamos un curso de tiro de mira telescópica y arma corta. Lo recibieron también dos chilenos. El Bigotes se quejó de tener que compartir [con los chilenos] el poco material que tenía. Los chilenos llevaban más tiempo allí y se notaba que tenían destreza en el uso de las armas. Al terminar fuimos todos a un pueblo y desde allí regresamos en autobús a Caracas. Dormimos en un hotel cercano al centro comercial El Recreo. Juan Carlos [Besance] se fue a una agencia de turismo para quedarse allí un tiempo. Todos los gastos los pagaron Cubillas y El Bigotes. Yo no pagué nada".

Atristain regresó a Madrid, y su compañero se fue de turista al Salto del Ángel y Canaima.

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