Zapatero negocia con autonomías del PSOE y del PP a la espera de Cataluña

El de ERC no fue el único teléfono que marcó ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Además de intentar convencer a los republicanos para que se sumen al acuerdo de financiación autonómica, el propio Zapatero, también la vicepresidenta segunda, Elena Salgado, y el vicepresidnete de Política Territorial, Manuel Chaves, descolgaron ayer teléfonos. El presidente pidió a Salgado y Chaves que se pusieran en contacto con todos los presidentes autonómicos. Zapatero conversó por la tarde con el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, del PP, y con el de Castilla-La ...

El de ERC no fue el único teléfono que marcó ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Además de intentar convencer a los republicanos para que se sumen al acuerdo de financiación autonómica, el propio Zapatero, también la vicepresidenta segunda, Elena Salgado, y el vicepresidnete de Política Territorial, Manuel Chaves, descolgaron ayer teléfonos. El presidente pidió a Salgado y Chaves que se pusieran en contacto con todos los presidentes autonómicos. Zapatero conversó por la tarde con el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, del PP, y con el de Castilla-La Mancha, José María Barreda, del PSOE, a los que expresó su convencimiento de que el nuevo modelo beneficia a todas las comunidades.

Las reticencias de los presidentes socialistas se van diluyendo

Mientras, la también ministra de Economía y Hacienda ultima los flecos del futuro modelo de financiación autonómica para poder mostrarlo en las próximas horas. El objetivo se mantiene: convocar el Consejo de Política Fiscal y Financiera el próximo 15 o 16 de julio, el miércoles o jueves de la próxima semana.

La importancia de que Cataluña asuma el nuevo modelo bien vale que la presentación del acuerdo se posponga unas horas, aunque éste no ha sido un tiempo muerto. Algunas discrepencias con otras comunidades se abordaron ayer. Así ha sido en el caso de Baleares, gobernada por el socialista Francesc Antich pero sujeta a un Gobierno de coalición, que ha mejorado sus expectativas después de haber recibido una primera información con cifras por debajo de sus expectativas.

El presidente del Gobierno fue sensible al disgusto de Antich y desde la cumbre del G-8 en Italia reconoció la necesidad de que Baleares mejore notablemente su financiación.

También ha cambiado el tono, mucho más optimista ahora, el presidente de Asturias, el socialista Vicente Álvarez Areces, que ve "avances" y, por tanto, reconocimiento a las características de su región: población dispersa y, consecuentemente, necesidad de financiación muy alta para los servicios sociales. Todavía no ha alcanzado ese tono al presidente de Extremadura, Guillermo Fernández-Vara, que, como ha ocurrido con las autonomías que no han crecido en población, teme salir perjudicada. Salgado trató ayer de convencer a Fernández-Vara de que no será así.

Éste es el caso también de Castilla y León. Zapatero telefoneó ayer al presidente de esa comunidad, Juan Vicente Herrera, del PP, para tranquilizarlo. Galicia (PP) sigue inquieta, y Castilla-La Mancha (PSOE), casi nada. Así se puso ayer de manifiesto con las diferentes actitudes de los dos presidentes. Alberto Núñez Feijóo y José María Barreda, respectivamente. Ambos compartieron ayer en Salobre (Albacete), localidad natal del presidente del Congreso, José Bono, unas jornadas sobre desarrollo rural. Zapatero también telefoneó a Barreda. Éste se mostró "razonablemente satisfecho" porque a su comunidad le irá bien, toda vez que su población ha subido más que la media española, aunque él defiende la igualdad de los españoles.

Núñez Feijóo lamentó la falta de información de los últimos días, aunque a primera hora de la tarde recibió la llamada de la vicepresidenta Salgado.