César Oliva destaca el auge del teatro frente a lo virtual

El Festival de Almagro homenajea la trayectoria del teórico de la escena

"El cansancio frente a las manifestaciones virtuales favorece al teatro, que vive un momento muy dulce". Así de rotundo se muestra el catedrático de Historia del Teatro, gestor cultural y director de escena César Oliva, que el próximo miércoles recibirá el homenaje del Festival de Almagro a toda su trayectoria. "Lo virtual se acaba en lo virtual, en el terminal de ordenador o en el teléfono móvil. Por el contrario, cuando asistes a una función con unos buenos actores y un magnífico texto estás ante algo inigualable, una experiencia que deja huella. Hay que subrayar también para explicar el aug...

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"El cansancio frente a las manifestaciones virtuales favorece al teatro, que vive un momento muy dulce". Así de rotundo se muestra el catedrático de Historia del Teatro, gestor cultural y director de escena César Oliva, que el próximo miércoles recibirá el homenaje del Festival de Almagro a toda su trayectoria. "Lo virtual se acaba en lo virtual, en el terminal de ordenador o en el teléfono móvil. Por el contrario, cuando asistes a una función con unos buenos actores y un magnífico texto estás ante algo inigualable, una experiencia que deja huella. Hay que subrayar también para explicar el auge teatral que la formación de los actores y de los técnicos ha mejorado de un modo sustancial en España".

Autor de libros básicos sobre la historia del teatro y ex director del Festival de Almagro, este profesor de la Universidad de Murcia no duda cuando apunta a la educación primaria y secundaria como la clave de la afición teatral. "Hemos avanzado", comenta Oliva, "pero seguimos envidiando a Inglaterra, Francia o Alemania, donde la escena ocupa una buena parte de las clases de literatura en los institutos". "Muchos escolares españoles de hoy", añade, "son incapaces de recitar una poesía o ignoran quiénes fueron Lope de Vega o Calderón de la Barca. Y los clásicos sólo pueden popularizarse desde las aulas". Está convencido de que el Festival de Teatro Clásico de Almagro ha servido para salvar un patrimonio teatral. Ahora bien, contempla un peligro en el crecimiento excesivo de este certamen, que reúne a decenas de compañías y a unos 80.000 espectadores durante el mes de julio. "Almagro", apostilla, "conviene que se mantenga como una joya pequeña, como un festival a escala humana sin por ello derivar en elitista". En su opinión, la mayor cita del teatro en España nunca debe convertirse en un parque temático. "Almagro es un símbolo del teatro clásico, que aglutina representaciones, debates y exposiciones y ese papel le ha permitido revitalizar nuestra inmensa riqueza teatral del Siglo de Oro", señala.

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