La ciudad natal de Franco retira al dictador todos sus títulos honoríficos

Pasados 33 años de su muerte y seis años después de ser descabalgado del caballo que presidía la entrada de su ciudad natal, Francisco Franco ha sido despojado de los títulos honoríficos que le otorgó durante la dictadura el Ayuntamiento de Ferrol. El pleno de la Corporación ferrolana ha aprobado la revocación de las distinciones de Alcalde Honorario, Hijo Predilecto y Medalla de Oro de la ciudad concedidas a Franco y a su familia, con el fin de "erradicar una simbología que nada hace en el presente".

PSOE e Izquierda Unida sumaron sus votos al BNG, que planteó la moción el jueves como ...

Pasados 33 años de su muerte y seis años después de ser descabalgado del caballo que presidía la entrada de su ciudad natal, Francisco Franco ha sido despojado de los títulos honoríficos que le otorgó durante la dictadura el Ayuntamiento de Ferrol. El pleno de la Corporación ferrolana ha aprobado la revocación de las distinciones de Alcalde Honorario, Hijo Predilecto y Medalla de Oro de la ciudad concedidas a Franco y a su familia, con el fin de "erradicar una simbología que nada hace en el presente".

PSOE e Izquierda Unida sumaron sus votos al BNG, que planteó la moción el jueves como un ejercicio de limpieza democrática porque Ferrol "no puede tener en su cuadro de honor a un dictador fascista". Carmen Polo y Carmen Franco Polo, esposa e hija del Generalísimo respectivamente, también figuraban hasta ahora como Hijas Adoptivas, un honor que ha "heredado" la familia Martínez-Bordiú Franco. "Sería cómico que Ferrol mantuviera esos títulos", añadió el portavoz nacionalista, Xoán Xosé Pita, "son una muestra del grado de sumisión a la omnipresente dictadura".

Los nacionalistas buscaron el respaldo unánime "de todos los grupos democráticos" para cancelar los honores institucionales otorgados en su día por el Ayuntamiento a la familia Franco, ya que suponen "la exaltación de un régimen opresor". El Partido Popular e Independientes por Ferrol (IF) se abstuvieron en la votación. Los populares argumentaron que las prioridades de la ciudad pasan por resolver los "problemas de los vivos y no de los muertos".

Tampoco obtuvo el apoyo del PP una moción introducida por los socialistas para borrar el rastro de la dictadura y ampliar los derechos de las víctimas y que derivó en un enfrentamiento entre la edil socialista Beatriz Sestayo y el portavoz popular, José Manuel Rey Varela a cuenta de sus respectivos abuelos. El popular adujo que el suyo le enseñó a "olvidar" lo ocurrido durante la Guerra Civil y Sestayo le replicó que otros "no conocieron" a sus abuelos, víctimas de la represión franquista, en alusión al suyo propio, que falleció en una cárcel.

Desde julio del 2007, el Gobierno socialista ha retirado dos emblemas franquistas que presidían la entrada al Ayuntamiento y a la biblioteca municipal: una vidriera preconstitucional y una talla en mármol blanco. En la ciudad natal del dictador todavía colean otros signos de la dictadura en forma de emblemas y placas. La controvertida estatua ecuestre de Franco continúa aparcada a la intemperie en una esquina del patio de poniente del Arsenal Militar y una cruz de los caídos, semioculta bajo un árbol, adorna la céntrica plaza de Amboage.

Al menos tres centros escolares públicos de Ferrol mantienen nomenclaturas que aluden al régimen dictatorial, como el Centro de Educación Carmen Polo, el colegio Ibáñez Martín o el instituto Marqués de Suances, que homenajean a dos ministros de Franco. El Consejo Escolar de estos dos últimos centros rehusó cambiar de nombre, según un edil del PP.

Tres localidades gallegas marcaron la biografía de Francisco Franco: Ferrol, donde nació; Sada y A Coruña, donde pasó sus veraneos de dictador con toda su familia. De estos ayuntamientos sólo el coruñés mantiene los títulos honoríficos que le otorgó al Generalísimo, todavía pendiente de la decisión de la Comisión de Honores y Distinciones de la Corporación.

En Ferrol el rechazo a los vestigios del franquismo logró poner de acuerdo a PSOE e IU sólo un mes después de romper el pacto local, en un pleno áspero y maratoniano que se prolongó más de ocho horas hasta bien entrada la madrugada del viernes. Con todo, las tensiones entre el alcalde, Vicente Irisarri, y sus antiguos socios de IU estallaron con frecuencia durante el debate.