Azpeitia produce el primer 'compost' a partir de alimentos en Euskadi

La planta de compostaje de Lapatx, en Azpeitia, está en plena fase de elaboración del primer compost orgánico de Euskadi, logrado únicamente a partir de los restos de alimentos no cocinados. En marcha desde junio pasado, se espera conseguir la primera hornada a finales de noviembre. No existe en la comunidad autónoma otra experiencia de este tipo, asegura Javier Ansorena, jefe del servicio de Medio Ambiente de la Diputación guipuzcoana. 3.380 familias participan en este programa de reciclaje que pretende recoger el año que viene 29.000 toneladas de materia orgánica para compost....

La planta de compostaje de Lapatx, en Azpeitia, está en plena fase de elaboración del primer compost orgánico de Euskadi, logrado únicamente a partir de los restos de alimentos no cocinados. En marcha desde junio pasado, se espera conseguir la primera hornada a finales de noviembre. No existe en la comunidad autónoma otra experiencia de este tipo, asegura Javier Ansorena, jefe del servicio de Medio Ambiente de la Diputación guipuzcoana. 3.380 familias participan en este programa de reciclaje que pretende recoger el año que viene 29.000 toneladas de materia orgánica para compost.

El mercado central y el Hospital Donostia participan en la experiencia

Para hacer un buen compost, primero se prepara un gran guiso durante una semana y después, como el vino, hay que dejarlo madurar durante tres o cuatro meses. Sólo son necesarios tres ingredientes: la misma cantidad de desecho orgánico y de ramas y restos forestales, y aire. Esta mezcla se cocina en unos grandes tambores a una temperatura de 70 grados y, finalmente, se apila al aire libre hasta que el calor cae hasta los 20 grados, explica Ansorena.

El compost que se procesa en Azpeitia se surte de la materia orgánica que aportan familias de este municipio, Azkotia, Aretxabaleta, Zarautz, Zumaia y el barrio donostiarra de Amara. También se reciben desechos del mercado central Merkabugati y del Hospital Donostia. En breve se unirán los grandes centros comerciales de Eroski en San Sebastián y Usurbil, así como la residencia de ancianos Matía. La recogida selectiva se extenderá gradualmente a otras poblaciones a partir de 2009.

Hasta ahora, sólo están separando la fracción vegetal no cocinada (peladuras, verduras y frutas, sacos de té, cáscaras de huevo, pan...), además de residuos de jardín, lo que supone el 28% de la bolsa de la basura. A partir de enero se añadirán los desechos de carne y pescado y otros alimentos cocinados. Las familias han recibido un curso de formación, un cubo aireado para estos desperdicios y bolsas compostables (de almidón de maíz) de 10 litros. Las depositan en contenedores marrones "personalizados", a los que acceden mediante una llave.

Ansorena asegura que "el nivel de pureza de la materia orgánica separada es del 99%". Las principales impurezas se observan en bolsas de plástico, alguna lata de refresco o recipientes de leche, una "cantidad insignificante" que el proceso de descomposición biológica no logra eliminar. Este "éxito" garantiza un "compost de excelente calidad" que se devolverá a los ayuntamientos para su uso en jardines.

Además del compost obtenido de la recogida selectiva, otras 5.000 familias que habitan en viviendas unifamiliares practican el autocompostaje desde 2005. Y desde 1999 se produce compost con las 5.000 toneladas de residuos verdes de poda y jardinería recogidas anualmente.

Guipúzcoa tiene previsto abrir otras tres plantas de estas características en Mondragón, Goierri y el Bidasoa, de forma que en 2016 se puedan tratar 59.000 toneladas de materia orgánica. El compost resultante se queda en la quinta parte (12.000 toneladas).