Barcos de guerra de EE UU y Rusia rodean a los piratas somalíes
Tres barcos de guerra se encuentran cerca del carguero ucranio Faina, secuestrado la semana pasada por piratas somalíes. Entre ellos está el destructor Howard, adscrito a la V Flota de EE UU, y un navío ruso. La carga del barco capturado en aguas internacionales frente a las costas de Somalia es la que le convierte en un caso especial: 32 carros de combate T-72, un número indeterminado de blindados y diversas armas.
El Ministerio de Exteriores de Ucrania sostiene que su destino era Kenia, y no el Gobierno del sur de Sudán como afirma EE UU.
Un experto keniano en seg...
Tres barcos de guerra se encuentran cerca del carguero ucranio Faina, secuestrado la semana pasada por piratas somalíes. Entre ellos está el destructor Howard, adscrito a la V Flota de EE UU, y un navío ruso. La carga del barco capturado en aguas internacionales frente a las costas de Somalia es la que le convierte en un caso especial: 32 carros de combate T-72, un número indeterminado de blindados y diversas armas.
El Ministerio de Exteriores de Ucrania sostiene que su destino era Kenia, y no el Gobierno del sur de Sudán como afirma EE UU.
Un experto keniano en seguridad marítima, Andrew Mwangura, advirtió de los riesgos de un asalto militar porque el Faina también transporta "productos químicos peligrosos".
Mwangura informó de que un helicóptero militar, probablemente procedente del Howard, sobrevoló ayer las lanchas con las que los piratas están introduciendo refuerzos en el barco secuestrado. "El objetivo de estos movimientos es asustar a los piratas. Demostrarles que se hallan baja vigilancia", aseguró el experto.
El portavoz de los secuestradores que se encuentran a bordo del carguero, y que se hace llamar Sugule Ali, dice que están tranquilos y que disponen de alimentos para aguantar el cerco. También dijo que uno de los 20 tripulantes falleció por causas naturales.
Este supuesto portavoz de los piratas aseguró por teléfono satélite a la agencia France Presse que su grupo no está interesado en las armas sino en el pago de una recompensa que cifró en 20 millones de dólares (unos 13,6 millones de euros), cifra ya considerablemente rebajada desde los 35 millones de dólares iniciales.