Un blanco por todo lo alto

Una visita a los viñedos de Ossian, propiedad de Ismael Gozalo, resulta instructiva y emocionante. Cepas como gruesos troncos de árbol, con más de 150 años, emergiendo sobre una capa de fina arena, que hincan sus raíces directamente en el suelo buscando agua en la capa de arcilla de las tierras altas segovianas. Salvados de la desaparición por el empeño de Javier Zaccagnini, hombre de vino tinto enamorado del blanco. Con el apoyo de un profesional curtido en Borgoña, Pierre Millemann, que utiliza con habilidad y prudencia hasta cinco tipos de barricas de roble francés, con distintos tostados, ...

Una visita a los viñedos de Ossian, propiedad de Ismael Gozalo, resulta instructiva y emocionante. Cepas como gruesos troncos de árbol, con más de 150 años, emergiendo sobre una capa de fina arena, que hincan sus raíces directamente en el suelo buscando agua en la capa de arcilla de las tierras altas segovianas. Salvados de la desaparición por el empeño de Javier Zaccagnini, hombre de vino tinto enamorado del blanco. Con el apoyo de un profesional curtido en Borgoña, Pierre Millemann, que utiliza con habilidad y prudencia hasta cinco tipos de barricas de roble francés, con distintos tostados, para la fermentación y posterior crianza sobre lías de los mostos de esta gloriosa verdejo, nuestra variedad blanca con más personalidad y futuro. Elegante y profunda nariz donde la fruta carnosa y el fondo asilvestrado de la uva se funden con una auténtica sinfonía de maderas especiadas, donde las notas florales se adornan de destellos minerales, donde el recuerdo aromático de la hierba se refresca en la acidez. Y en la boca, el esplendor de la fruta madura, la golosina cítrica, la cremosidad ahumada, el paso suave y tranquilo que deja huella.

Uno de los grandes que el tiempo hará mayor aún.