El podio de la alta costura queda vacante

Saint Laurent viste París de luto

Francia llora la pérdida del rey de la moda como parte de su patrimonio nacional

Murió como vivió: rodeado de los suyos. A las 23.10 de la noche del domingo, un tumor cerebral apagó definitivamente una de las voces más personales y originales de la historia de la moda: la del mejor modista de la segunda mitad del siglo XX. Junto a él, Pierre Bergé, compañero sentimental y también profesional, y Betty Catroux, eterna musa. La actriz Catherine Deneuve, a la que vistió en pantalla y fuera de ella, no tardó en llegar. Bergé, de 77 años, destacó uno de sus tópicos predilectos sobre la trayectoria de su socio: "Si Coco Chanel dio la libertad a las mujeres, Yves Saint Laurent les...

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Murió como vivió: rodeado de los suyos. A las 23.10 de la noche del domingo, un tumor cerebral apagó definitivamente una de las voces más personales y originales de la historia de la moda: la del mejor modista de la segunda mitad del siglo XX. Junto a él, Pierre Bergé, compañero sentimental y también profesional, y Betty Catroux, eterna musa. La actriz Catherine Deneuve, a la que vistió en pantalla y fuera de ella, no tardó en llegar. Bergé, de 77 años, destacó uno de sus tópicos predilectos sobre la trayectoria de su socio: "Si Coco Chanel dio la libertad a las mujeres, Yves Saint Laurent les dio el poder. Abandonó el terreno de la estética para adentrarse en el territorio social".

"Desde que se retiró, fue infeliz", dijo Pierre Bergé, ex socio y ex pareja
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YSL se había retirado en 2002 de la alta costura. "Y desde entonces no había vuelto a coger un lápiz. La verdad es que, tras separarse de la moda, fue infeliz y no logró rehacer su vida alrededor de otra pasión", explica Bergé. Nacido en Orán (Argelia, aunque entonces era una colonia francesa) en 1936, llegó a París en 1954. Un año después, con 18, ya era el diseñador de confianza de Christian Dior. A la muerte de éste se convirtió en el modisto de la firma hasta que, en 1960, tuvo que incorporarse a filas. Cuando regresó, había sido reemplazado por Marc Bohan, una traición que no perdonó, pero que le permitió, con la indemnización y la ayuda de Bergé, crear su propia casa.

La responsabilidad asumida tan temprano y un ritmo de trabajo agotador -sus colecciones tenían casi siempre más de 200 modelos- le empujaron a apoyarse en el alcohol y las drogas no sólo para satisfacer un nivel de exigencia que él mismo se había fijado sino también para poder superar su timidez enfermiza y afrontar el mundo. Su biógrafa, Laurence Benaïm, subraya: "Su fuerza radicó en haber sabido heredar de Dior, del pasado, y proyectarse hacia el futuro comprendiendo como nadie los cambios del presente".

Bergé subrayaba la dimensión innovadora de YSL: "Fue el primero que puso pantalones a las mujeres, el primero en vestirlas con un esmoquin, el primero en haberles adaptado la panoplia vestimentaria masculina y el primero en hacer desfilar modelos negras". También fue pionero en buscar inspiración en los museos y en ser acogido por éstos sin prejuicios. Fue el primer modisto vivo al que se le abrieron las puertas del Metropolitan de nueva York, en 1983. Más tarde, sus modelos se han expuesto en museos de Pekín, París, Moscú, San Petersburgo, Sidney o Tokio.

Florence Moller, directora del Instituto Francés de la Moda, contextualiza algunos de sus hitos más célebres: "Se inspiró en Marlene Dietrich, que se hacía hacer esmoquin a medida en sastres de hombres". YSL lo había explicado en una película: "Busqué mi estilo en el guardarropa masculino porque había observado que los hombres tenían mucha más confianza en su ropa que las mujeres". Una de las mujeres a las que revistió de sensualidad y seguridad, Catherine Deneuve, lo explicó de otra forma: "Yves nos ofreció ropa de día para ir por todas partes sin llamar la atención. Su aspecto un poco masculino nos evita conflictos. Luego, por la noche, nos hacía seductoras. Es ropa para mujeres con una doble vida".

El bordador François Lessage piensa que "hoy todos los creadores buscan la inspiración en las colecciones de YSL". El que él instauró fue un estilo andrógino, cómodo y moderno. Fue el primer grande de la costura en apuntarse al carro del prêt-à-porter en 1966 con la colección Rive Gauche.

El próximo jueves se celebrarán en París los funerales del modista, a los que se espera que acuda el presidente francés, Nicolas Sarkozy. Luego sus cenizas serán esparcidas en los jardines Marjorelle, en Marraquech, junto a la casa que allí tenía. Reposará iluminado por el calor que, según él, le hizo tomar conciencia del color.

Yves Saint Laurent.AP
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