Análisis:gastronomía

¿Quién cata a un sumiller?

Hablemos de sumilleres, aquellos profesionales del servicio del vino que vemos en restaurantes, tiendas... y que nos aconsejan sobre el vino a beber o comprar. Y reivindiquemos a sus profesionales, hombres... y mujeres, que también las hay.

Ayer se celebró en Madrid Fusión el II Campeonato Nacional de Sumilleres Trofeo Custodio López Zamarra. Ejemplo de los muchos que se celebran a nivel nacional y que nacen para hacer justicia al sumiller. Los exámenes varían, pero siempre incluyen pruebas teóricas y prácticas (decantación, servicio, cata a ciegas, degüelle, maridaje...).

Hoy a...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Hablemos de sumilleres, aquellos profesionales del servicio del vino que vemos en restaurantes, tiendas... y que nos aconsejan sobre el vino a beber o comprar. Y reivindiquemos a sus profesionales, hombres... y mujeres, que también las hay.

Ayer se celebró en Madrid Fusión el II Campeonato Nacional de Sumilleres Trofeo Custodio López Zamarra. Ejemplo de los muchos que se celebran a nivel nacional y que nacen para hacer justicia al sumiller. Los exámenes varían, pero siempre incluyen pruebas teóricas y prácticas (decantación, servicio, cata a ciegas, degüelle, maridaje...).

Hoy a nadie le resulta extraño ver a mujeres sumilleres. Están en los restaurantes, catan en concursos (a los que por cierto, cada vez se presentan más). Este año en Madrid Fusión había dos jóvenes preseleccionadas, de un total de 12 concursantes. El que pasen o no a la final ya depende de la valía personal y profesional, nadie lo pone en duda.

Ahora bien, si estos certámenes nacen con la intención de elegir a un gran profesional, ¿quién juzga a un sumiller?, porque se producen paradojas. Si al sumiller se le exige profesionalidad, también la necesita el jurado. ¿Está capacitado alguien ajeno al sector para valorar el degüelle de una botella o el protocolo del servicio? Los jurados deberían profesionalizarse para otorgar veracidad a las pruebas y reflejar la realidad social del sector en la actualidad. Y aquí la segunda paradoja, ¿por qué no hay mujeres en los jurados? Porque profesionales sí que tenemos. Cuando he comentado esta circunstancia con hombres y mujeres asiduos a estos certámenes, las opiniones coinciden: "Debería haber más mujeres en el jurado", "no sé porque no las hay", "sí, tienes razón, para el próximo año".

Reivindicar el papel de la mujer en el mundo del vino es plasmar una realidad. Hacer visible a profesionales de reputada experiencia y con capacidad suficiente para formar parte del jurado y otros eventos similares. No hay que buscarlas, las tenemos.

Cristina Alcalá es socióloga y enóloga.

Archivado En