Reportaje:

La Justicia recicla sus diligencias

Los juzgados de Vitoria obtienen el certificado de buenas prácticas medioambientales y logran reducir su consumo de papel en una tonelada

El Palacio de Justicia de Vitoria ha sido el primero de Euskadi que ha logrado la certificación oficial de buenas prácticas medioambientales que audita Aenor y que concede el Ihobe. Entre enero y septiembre pasados, los funcionarios que allí trabajan han logrado ahorrar una tonelada de papel, el reciclaje ha aumentado un 35%, y el consumo de papel reciclado se asemeja ya casi al del normal, cuando hace tan sólo un año apenas se empleaba. "Las instituciones tenemos que dar ejemplo", asegura Carmen Camino, la responsable del programa que han impulsado a medias los departamentos de Justicia y Med...

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El Palacio de Justicia de Vitoria ha sido el primero de Euskadi que ha logrado la certificación oficial de buenas prácticas medioambientales que audita Aenor y que concede el Ihobe. Entre enero y septiembre pasados, los funcionarios que allí trabajan han logrado ahorrar una tonelada de papel, el reciclaje ha aumentado un 35%, y el consumo de papel reciclado se asemeja ya casi al del normal, cuando hace tan sólo un año apenas se empleaba. "Las instituciones tenemos que dar ejemplo", asegura Carmen Camino, la responsable del programa que han impulsado a medias los departamentos de Justicia y Medio Ambiente.

La cantidad de papel que se usa en la Administración judicial resulta inconmensurable. Las estanterías se desbordan de sumarios cargados de diligencias. Quienes apostaron por que el ordenador acabaría con el papel en las oficinas se equivocaron de principio a fin, y en el caso de la Administración de Justicia, doblemente. "Por ello el ahorro es más significativo" resalta Camino.

"Las instituciones tenemos que dar ejemplo" a la hora del reciclaje

De las 55,8 toneladas de papel que los juzgados de Vitoria consumieron entre enero y septiembre de 2006, en el mismo periodo de este año han reducido esa cifra a 54,8 toneladas. Tal ha sido el periodo auditado por Aenor. Ello supone que cada trabajador del Palacio de Justicia vitoriano ha consumido de media unos 40 folios diarios, diez menos que en el periodo precedente. Los casi 12.000 folios por persona y año ahorrados equivalen a un árbol anual por empleado. Sólo para compensar las emisiones de CO2 que suponen fabricar ese papel cada funcionario tendría que plantar dos árboles.

Todas y cada una de las actuaciones judiciales que se realizan con terceros han de figurar escritas. "Por lo menos ahorramos dinero público", dice una funcionaria de notificaciones y embargos que cada día maneja una carpeta con más de cien hojas recién impresas.

"Les hemos bombardeado con mensajes a los correos electrónicos para que no los impriman si no es estrictamente necesario y poco a poco ha calado. Es un primer paso, pero importante", destaca Camino.

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Una vez obtenido el certificado, el siguiente paso es modificar los pliegos de condiciones para los contratos públicos y valorar que las empresas dispongan de cualificación medioambiental. A mayor compromiso con el medio ambiente, la Administración de Justicia contará más con ellas para sus compras. En esa carrera por ir más allá de lo que marca la legislación en materia de reciclaje, los funcionarios se hallan en pleno cambio cultural. Ahora separan el papel, los envases de plástico y vidrio, el tóner de las impresoras y los cartuchos de tinta. Además, están fotocopiando a doble cara, y empiezan a rechazar los vasos desechables.

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