El incidente de la Cumbre Iberoamericana

Moratinos critica "la persistencia declarativa" del presidente venezolano

Miguel Ángel Moratinos acusó ayer la tensión creciente derivada de la escalada verbal de Hugo Chávez, al señalar que "la persistencia declarativa [del líder venezolano] no ayuda a salir del desencuentro de Santiago de Chile. Sobre todo, por sus referencias a las empresas", prosiguió el ministro de Asuntos Exteriores. "Pero España sigue repitiendo la palabra respeto, respeto, respeto. Respeto a las instituciones españolas, respeto a las empresas españolas. Porque nosotros respetamos a las instituciones y a las empresas venezolanas. Haremos todos los esfuerzos para consolidar las buenas relacion...

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Miguel Ángel Moratinos acusó ayer la tensión creciente derivada de la escalada verbal de Hugo Chávez, al señalar que "la persistencia declarativa [del líder venezolano] no ayuda a salir del desencuentro de Santiago de Chile. Sobre todo, por sus referencias a las empresas", prosiguió el ministro de Asuntos Exteriores. "Pero España sigue repitiendo la palabra respeto, respeto, respeto. Respeto a las instituciones españolas, respeto a las empresas españolas. Porque nosotros respetamos a las instituciones y a las empresas venezolanas. Haremos todos los esfuerzos para consolidar las buenas relaciones".

Minutos antes de esta intervención, en la que no admitió preguntas, los colaboradores del ministro insistían en su decisión de no responder a cada andanada, para no caer en un ciclo de provocaciones y reacciones. También previeron que Moratinos se atendría a lo declarado el martes en el Senado y de nuevo ayer por la mañana: que España y Venezuela tienen voluntad de "defender una relación histórica muy importante" y que las cosas están en vías de arreglo.

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Pero es evidentemente difícil quedarse en esa posición cuando la otra parte proclama, como hizo ayer Chávez, que Venezuela no necesita a las empresas españolas y que los españoles que protesten en su país habrán de andarse con cuidado. De ahí que Moratinos cambiara el paso, aunque con el lenguaje suave y alambicado de un minué. No le acompañó el PP, que sigue caldeando el ambiente con acusaciones de tibieza e indecisión al Gobierno.

Exteriores trata de evitar a toda costa una ruptura que implicaría mayores riesgos para los intereses que hay que defender. Con ese objeto, desde el palacio de Santa Cruz se ha animado a más de un Gobierno latinoamericano a que recomiende a Chávez que se contenga por el bien de todos.

Según fuentes diplomáticas, el embajador venezolano en Madrid, Alfredo Toro, quitó hierro ayer a las declaraciones de su líder, explicando que habían sido hechas a una pequeña emisora local y que hay que tener en cuenta que Chávez está en plena campaña para el referéndum constitucional del 2 de diciembre.

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El temor que crece entre los observadores es que todo el incidente responda a una provocación premeditada y destinada a llegar hasta el final para aprovechar las tensiones en el plebiscito.

Moratinos reitera, por su parte, que ha hablado ya dos veces con su colega venezolano, Nicolás Maduro, y que éste le asegura que la voluntad de su país es volver a la normalidad.

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