El forense critica el trato al paciente muerto en Basurto

Se obviaron "actos exploratorios y diagnósticos"

El forense que realizó el informe sobre la asistencia médica a un paciente que murió en 2005 de apendicitis en Basurto se mostró ayer concluyente en la segunda jornada del juicio contra seis médicos de dicho hospital bilbaíno por un delito de homicidio imprudente: "Se dejaron de hacer actos médicos, exploratorios y diagnósticos que hubieran facilitado el diagnóstico final".

El forense, Pablo Tejedor, sostuvo que el fallecido -Javier Cantero, un vecino de Bilbao de 39 años- tenía que haber sido sometido a más pruebas, especialmente tras ingresar en Urgencias por segunda vez con dolores e...

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El forense que realizó el informe sobre la asistencia médica a un paciente que murió en 2005 de apendicitis en Basurto se mostró ayer concluyente en la segunda jornada del juicio contra seis médicos de dicho hospital bilbaíno por un delito de homicidio imprudente: "Se dejaron de hacer actos médicos, exploratorios y diagnósticos que hubieran facilitado el diagnóstico final".

La medicación del paciente pudo enmascarar los síntomas

El forense, Pablo Tejedor, sostuvo que el fallecido -Javier Cantero, un vecino de Bilbao de 39 años- tenía que haber sido sometido a más pruebas, especialmente tras ingresar en Urgencias por segunda vez con dolores en el abdomen. El hombre fue operado el 20 de junio de 2005, casi 20 horas después del segundo ingreso y murió cuatro días después de un choque séptico (infección genealizada).

Tejedor se ratificó en la vista en el informe que presentó al juzgado en diciembre de 2005. En él ya concluía que los análisis realizados al paciente en su primera visita a Basurto, el 19 de junio de 2005, ya mostraban datos anómalos que apuntaban a un "proceso inflamatorio-infeccioso" y que la ecografía hecha tras su segundo ingreso, el día siguiente, "no informa correctamente".

El estudio del forense señala que al paciente, que era esquizofrénico, se le recetó una medicación que podía enmascarar los síntomas, no se realizaron cuatro pruebas que podrían haber aportado más datos y destaca que el TAC (el escáner que certificó la existencia de un apendicitis aguda, 34 horas después del primer ingreso) tenía que haberse practicado antes. "Nos hubiera dado información más precisa. Hubiese despejado las dudas", destacó.

El forense contradijo lo afirmado por médicos y jefes de servicio de Basurto de que el caso fue muy atípico al estar escondido el apéndice detrás del hígado. "Uno de cada tres pacientes de apendicitis es atípico y en un 65% tiene el apéndice oculto", precisó.

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Añadió que la ecografía realizada sobre las nueve de la mañana del día 20 -12 horas antes del TAC- no aportó ningún dato sobre la zona del apéndice. "Hay una omisión supongo que involuntaria. No habla ni para bien ni para mal", defendió.

"En Urgencias mi hijo estuvo abandonado"

Santos Cantero siguió ayer casi toda la sesión del juicio por el fallecimiento de su hijo, primero como testigo y luego menzcaldo entre el público de la sala. Hubo momentos en los que no pudo reprimir sus lágrimas.

Uno de los aspectos que han insistido los médicos inculpados es que Javier Cantero no padeció grandes dolores y que incluso su estado mejoró durante su estancia en Urgencias de Basurto. "Tenía dolores continuos [desde el primer ingreso a las 10.16 de aquel 19 de junio]", declaró en la vista.

Añadió que, en su segundo ingreso, a las 4.26 del día 20, su estado era peor. "No pudo ni vestirse para ir a Urgencias". Su estancia allí durante todo ese día no fue agradable. "Mi hijo estuvo abandonado" y seguía "con dolores. Estuvo todo el día así", relató en su testimonio. Una de las acusadas declaró el martes que el paciente incluso se durmió esa tarde, una muestra de que "su estado no era malo, porque si no, no te duermes".

Santos Cantero apenas pudo contener las lágrimas al recordar lo que pasó tras la operación. "La doctora me dijo que salía 'mayormente muerto', porque no podía coserle las tripas". Esa doctora era la cirujana María Teresa Gutiérrez, quien declaró también en la sesión de ayer, pero no ofreció la misma versión: "Les puse, como suelo hacerlo, en la peor de las situaciones, que había riesgo. Le dije que puede morirse".

- "Mentirosa", clamó Santos Cantero, desde los asientos del público.

- "Tiene que permanecer en silencio", intervino la presidenta de la Sala.

Ayer declararon además tres facultativas que trabajaron esos días en Urgencias, quienes mostraron sus dudas sobre si la afección del fallecido era renal o digestiva. "Nada hacía presagiar que tuviera apendicitis", dijo la médico María Ángeles San Martin.

Mikel Martínez, jefe de Urgencias de Basurto, reconoció que "no es una buena práctica" la falta de informes escritos de los cirujanos -durante todo el día que precedió a la operación-, pero defendió su "actuación correcta", al igual que el responsable de Cirugía Jaime Jesús Méndez.

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