Reportaje:

Gotas de solidaridad en el océano

España destina 800 millones a proyectos de desarrollo en América Latina. De la Vega ha viajado al subcontinente para ver resultados

Un muro de piedra separa la realidad y el sueño en Tegucigalpa, capital de Honduras. Se levanta en el barrio del Lolo -oficialmente llamado Colonia de las Buenas Nuevas-, territorio sin ley o amparado en una ley distinta: la de las maras, bandas juveniles criminales, paraguas de miles de adolescentes crecidos sin horizonte.

Varios de ellos están encaramados a un lado del muro, sentados a horcajadas sobre la piedra, con la mirada dura y fija en el visitante. Al otro lado, cercado, está el tesoro a preservar: un colegio. El oasis en el que los niños quieren ser "abogado" o "presidenta de ...

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Un muro de piedra separa la realidad y el sueño en Tegucigalpa, capital de Honduras. Se levanta en el barrio del Lolo -oficialmente llamado Colonia de las Buenas Nuevas-, territorio sin ley o amparado en una ley distinta: la de las maras, bandas juveniles criminales, paraguas de miles de adolescentes crecidos sin horizonte.

Varios de ellos están encaramados a un lado del muro, sentados a horcajadas sobre la piedra, con la mirada dura y fija en el visitante. Al otro lado, cercado, está el tesoro a preservar: un colegio. El oasis en el que los niños quieren ser "abogado" o "presidenta de Honduras", aprenden matemáticas y juegan. A este lado del muro los niños hondureños aún pueden salvarse. Al otro espera la condena de los que serán reclutados por las maras.

Dilemas como éste en el corazón de la miseria son los que ha visitado la vicepresidenta española, María Teresa Fernández de la Vega, durante su tercera gira por América Latina. Un periplo de 12 días y seis países: Guatemala, Honduras, Nicaragua, Ecuador, Chile y Argentina. De la pobreza asfixiante de Centroamérica al milagro económico (macroeconómico, al menos) de los dos países suramericanos. Y, como hilván de toda la gira, la cooperación española al desarrollo del continente hermano: España destina este año 800 millones a esos proyectos, una gota en el océano que De la Vega fue a conocer de primera mano.

- El barrio que se llevó el viento. "Fue de madrugada, estábamos todos dormidos. El fango entró de golpe por la ventana y a mí me sacó por el techo de la casa, así de fuerte era el viento. Mi esposa murió ahí, en la cocina". El hombre que lo cuenta, señalando el lugar donde estuvo su hogar, sobrevivió. "Doscientos más quedaron enterrados por el lodo y el pueblo se convirtió en cementerio", explica Claudia, funcionaria de la Administración guatemalteca, mientras camina por el suelo sin asfaltar de lo que fue Panabaj, en el municipio de Santiago de Atitlán. Un barrio que ya no existe. La tormenta tropical Stan lo arrasó el 5 de octubre de 2005.

Hoy, muchos de los 5.000 vecinos del pueblo que se salvaron siguen durmiendo en albergues. Pero cerca de allí, en Chukumuk, empieza a tomar forma el proyecto de reconstrucción del barrio volado. La ONG CESAL, con dinero de la Agencia Española de Cooperación al Desarrollo (AECI) y la Junta de Andalucía, levanta 900 viviendas para realojar a los afectados. En Guatemala, desangrada por una guerra civil de décadas, la mitad de la población vive con menos de dos dólares al día.

- Dinero para el tesoro maya. La ciudad de Tikal, fundada por los mayas hace 1.500 años y abandonada de forma enigmática -como otros enclaves de esa civilización- en el siglo X, es un tesoro con cerca de 3.000 edificaciones: templos, palacios, altares, terrazas. España ha aportado 1,2 millones desde 1992 al proyecto de rehabilitación de este parque arqueológico de Guatemala, que culminará en 2008. El pasado 31 de julio, bajo un sol de justicia, De la Vega se pasó por allí para contemplar la maravilla de los templos ya restaurados. "La cooperación al desarrollo no es sólo ayuda de emergencia, también es clave colaborar con la recuperación del patrimonio indígena", subraya Trinidad Jiménez, secretaria de Estado para Iberoamérica. Aunque, hasta hace bien poco, los indígenas no podían venerar a sus dioses en Tikal, reservado para turistas.

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- Los héroes de Tegucigalpa. Cuatrocientos niños de entre ocho y 16 años asisten a la escuela Daniel Casco, en la colonia Buenas Nuevas de Tegucigalpa. Ellos y sus profesores parecen héroes: estudiar o impartir clase es una heroicidad en un entorno de pobreza y delito. La comitiva española entró la semana pasada escoltada por el Ejército -los conductores locales se negaban a entrar de otra forma en unas calles gobernadas por la mara 18- para que la vicepresidenta viera el trabajo que realiza la ONG Save the Children España con ayuda de la AECI.

Una ayuda de 376.000 euros, no para mejorar los equipamientos de la escuela (bastante precarios) sino para promover, en éste y otros colegios del país, "los derechos de la niñez" a través de iniciativas como la de "gobiernos escolares": los niños eligen a su presidente y un consejo de ministros que colabora en la organización de actividades. Con ellos se entrevistó, de igual a igual, la vicepresidenta De la Vega. Y salió prometiendo lo que le pidieron: dinero para mejorar las aulas y el patio.

- Vida en el vertedero. Es una extensión del tamaño de 50 campos de fútbol, hasta más allá de donde alcanza la vista, cubierta por entero de basura. Botes de cosméticos usados, restos de comida, hierros, botellas, y un suelo formado por una pasta informe de desperdicios que lo unifica todo. Los ojos, irritados por el humo de pequeñas hogueras que surgen a cada paso, se abren como platos al distinguir al organizado grupo humano que recorre el lugar en silencio. En el vertedero de Managua, el mayor del mundo habitado por personas (según las ONG locales), trabajan a diario 2.500 nicaragüenses: la mitad, menores. Y 1.500 no se marchan cuando acaba la jornada: viven allí, en casas de chapa, sin agua. Trescientos son niños.

De la Vega caminó con sus zapatos blancos sobre la inmundicia, cruzó unas palabras con los habitantes del basurero, que la recibieron sonrientes y extrañados del estupor ajeno, y se fue encogida. Más tarde, su departamento de prensa anunció que se va a "estudiar" un proyecto de ayuda para "sellar el vertedero" y "dar una salida" a quienes viven de él. Cada familia gana dos dólares al día por trabajar, todos sus miembros, de sol a sol. Hay cierta especialización: unos lavan plásticos, otros recogen vidrios, algunos disputan la comida a los perros y las vacas que deambulan entre la basura. Sobre todos ellos vuelan bandadas de zopilotes, aves carroñeras.

- Pozos de petróleo, tortugas gigantes. Ecuador alberga dos joyas ecológicas: las Islas Galápagos -donde Darwin estudió el origen de las especies observando tortugas gigantes, aves e iguanas- y el parque nacional de Yasuní, en la Amazonía. En la conservación del primero colabora España, a través del proyecto Araucaria XXI, desde 1994. En el segundo, un paraje natural que esconde en el subsuelo importantes yacimientos de petróleo, el Gobierno de Rafael Correa ha lanzado una iniciativa insólita: renunciará a explotar los pozos a cambio de que la comunidad internacional indemnice a Ecuador con un fondo de 350 millones de dólares anuales; porque, al fin y al cabo, es la biosfera del planeta la que sería preservada.

De la Vega anunció durante su viaje un adelanto de cuatro millones para "estudios previos" en Yasuní, y aseguró que, si finalmente se constituye el fondo, "España será la primera en poner dinero".

María Teresa Fernández de la Vega, con alumnos de la escuela Daniel Casco, en Tegucigalpa (Honduras).AFP

Miniatura o récord

De toda la riqueza que produce España (el PIB), el Gobierno destina a cooperación al desarrollo un 0,42%: este año, 4.000 millones de euros. Una miniatura si se tiene en cuenta la envergadura del problema y las necesidades de los países pobres; un "récord", subraya el Ejecutivo, si se recuerda que hace tres años la ayuda no superaba el 0,23% del PIB. "El compromiso es llegar al 0,5% en esta legislatura y al 0,7% en la siguiente", explica Leire Pajín, secretaria de Estado de Cooperación.

De ese monto total, unos 800 millones van a financiar proyectos en América Latina, el 40% de la ayuda española bilateral (la que no es parte de donaciones internacionales). Y el destino preferente es el más necesitado: Centroamérica. Muchas veces la ayuda no es directa, sino a través de la fórmula "canje de deuda por educación": España perdona la deuda al país beneficiado y éste se compromete a invertir el dinero en educación pública.

Además de ver sobre el terreno los resultados de la cooperación, la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega tenía otra misión en su gira: promover políticas de igualdad de sexos en América Latina y, de paso, vender las leyes sociales del Gobierno del PSOE. "La pobreza tiene rostro de mujer": ésa es la denuncia que ha llevado a cada país en el que paró su comitiva.

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