Un oasis en Almería

La riqueza vitivinícola española se hace patente en casos como éste: un vino de calidad nacido en un paraje de arrebatadora belleza, a 750 metros de altitud, en plena sierra de Gádor (Almería). Estamos ante uno de esos pueblecitos blancos que miran fascinados el Mediterráneo. Enjalbegados de sol e historia, abrigados por almendros y olivos, aquí la viña, que fue cultivo señero durante siglos, ha desaparecido prácticamente.

Los de Bodegas Ánfora Enix han creado un oasis en tierras almerienses donde el tiempo parece haberse detenido. Las condiciones ambientales son propicias a la elabora...

La riqueza vitivinícola española se hace patente en casos como éste: un vino de calidad nacido en un paraje de arrebatadora belleza, a 750 metros de altitud, en plena sierra de Gádor (Almería). Estamos ante uno de esos pueblecitos blancos que miran fascinados el Mediterráneo. Enjalbegados de sol e historia, abrigados por almendros y olivos, aquí la viña, que fue cultivo señero durante siglos, ha desaparecido prácticamente.

Los de Bodegas Ánfora Enix han creado un oasis en tierras almerienses donde el tiempo parece haberse detenido. Las condiciones ambientales son propicias a la elaboración de vinos cálidos, frutosos, sensuales y amables. Sol, mar y montaña combinando sus influjos. Es tierra de variedades autóctonas ávidas de luz, que piden poca agua. Sin embargo, han preferido varietales foráneos como cabernet sauvignon, syrah y merlot. El vino consigue un notable alto, con una nariz ligeramente alcohólica, llena de frutillos silvestres ácidos, una equilibrada presencia de la madera y un paladar suave, con notas elegantes de reducción, y un final ligero y sabroso.