Columna

Pantojismo

Todo puede ser un poco peor de lo que uno puede imaginar. Si hasta la fecha el PP ha utilizado el terrorismo con fines partidistas, ahora ha llegado el turno de la salsa rosa. La detención de la Pantoja ha provocado una sorprendente catarata de declaraciones de los dirigentes del Partido Popular contra el Gobierno. Por insólito que pueda parecer, la imagen que proyecta el PP es de apoyo a la tonadillera, en libertad bajo fianza con una imputación por blanqueo de dinero. Aun así, como vale todo, los dirigentes del PP han ido subiendo el tono de sus declaraciones. Primero hablaron de casualidad ...

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Todo puede ser un poco peor de lo que uno puede imaginar. Si hasta la fecha el PP ha utilizado el terrorismo con fines partidistas, ahora ha llegado el turno de la salsa rosa. La detención de la Pantoja ha provocado una sorprendente catarata de declaraciones de los dirigentes del Partido Popular contra el Gobierno. Por insólito que pueda parecer, la imagen que proyecta el PP es de apoyo a la tonadillera, en libertad bajo fianza con una imputación por blanqueo de dinero. Aun así, como vale todo, los dirigentes del PP han ido subiendo el tono de sus declaraciones. Primero hablaron de casualidad por la visita de Zapatero a Marbella el día que fue detenida, luego han insinuado que el juez y la policía informaron previamente al presidente. Incluso los hay que interpretan las palabras de Zapatero en el mitin de Marbella, cuando dijo que se daba el mismo tratamiento a todo el mundo, por famoso que fuera: para los avezados escrutadores de la derecha se pretendía anticipar la detención de la tonadillera. La visita a la comisaría ha dado mucho juego a los analistas de los medios afines, que han visto en ello una manera del presidente de dar instrucciones a fiscales, jueces y policías. Incluso han obligado al juez Torres, que jamás había hablado con los medios de comunicación, a ofrecer una entrevista a este periódico para dar explicaciones del proceso de detención de Isabel Pantoja. Lo que para la derecha ha sido un trato inhumano al proceder a su arresto por la noche, para el juez era una manera de preservar su intimidad de los periodistas (¿hasta dónde está llegando esta profesión?). El juez Torres se ha visto obligado a expresar que no ha recibido consignas y que es independiente, cosa que había sido puesta en duda por los dirigentes populares y el coro de los grillos que cantan a la luna en prensa, radio y televisión.

El proceso de detención de una persona por un delito económico, por famosa que sea, se ha convertido en un momento de descacharrante debate político. El delirio ha alcanzado unos extremos inauditos. La comparación con De Juana Chaos ha sido el momento culminante, y aunque se ha repetido hasta la saciedad, la autoría intelectual corresponde al ex ministro de Agricultura y portavoz económico del PP, Miguel Arias. Ya saben eso de "De Juana se pasea por la calle y la Pantoja en la cárcel". Da igual cuál sea la verdad. No importa que De Juana no se haya paseado por la calle o que la Pantoja ya esté en ella tras haber depositado la preceptiva fianza. La verdad es una minucia carente de interés comparada con una campaña. Rajoy, que parecía que se había moderado al acercarse las elecciones, ha dicho que el presidente anunció la detención (sic) y que ha utilizado las instituciones. Para Astarloa es la "teoría de las casualidades" (no se sabe qué matemático la ha formulado, aparte de la ciencia infusa de este prócer nacional). El candidato del PP al Ayuntamiento de Bilbao dijo que la Pantoja podía ir en una lista de ANV para librarse de la cárcel: qué gran alcalde se va a perder Bilbao. Pero como siempre hay alguien que puede dar un giro más disparatado al asunto, intervino el inefable Julián Álvarez para pedir a Isabel Pantoja que tire de la manta dada su "íntima amistad" con Gaspar Zarrías. Era raro que no saliera a relucir el consejero de la Presidencia, que gusta tanto a la derecha, sea un político en turno de guardia o algún periodista de gran finura y altura intelectual que ilumina con su fina prosa a la grey.

El broche lo puso la gente en la puerta del juzgado. Algunos para decirle a la Pantoja guapa como si por el hecho de cantar bien estuviera exenta de cumplir la ley, al estilo de Farruquito. Otros para gritarle ladrona, no se sabe si porque tenían alguna deuda pendiente con ella o porque a la gente le agrada salir en la tele. Ya se sabe que hay mucho ocioso suelto por ahí que no tiene nada que hacer salvo ir a la puerta de los juzgados o las comisarías por si aparece una cámara. El callejón de los juzgados de Marbella es uno de los lugares más retratados de España, candidato a octava maravilla del mundo.

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