Reportaje:

Tres hectáreas contra el eucalipto

La comunidad de montes de Vincios pone en marcha con la Universidad de Vigo un proyecto para plantar maderas nobles

Sus abuelos salieron adelante llenando de eucaliptos las casi 700 hectáreas que conforman los montes vecinales de la parroquia pontevedresa de Vincios (Gondomar). Ahora, sus nietos intentan deshacerse de ellos. Esta especie invasora de acelerado crecimiento se ha convertido, según los expertos, en una plaga. Para combatirla, la batalla comienza por devolver al monte sus especies autóctonas.

Tres hectáreas de la comunidad de montes de Vincios se han convertido en un oasis en la Serra do Galiñeiro. Rozando la cima, protegidas por la ladera, en estas tres hectáreas se han plantado, de form...

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Sus abuelos salieron adelante llenando de eucaliptos las casi 700 hectáreas que conforman los montes vecinales de la parroquia pontevedresa de Vincios (Gondomar). Ahora, sus nietos intentan deshacerse de ellos. Esta especie invasora de acelerado crecimiento se ha convertido, según los expertos, en una plaga. Para combatirla, la batalla comienza por devolver al monte sus especies autóctonas.

Tres hectáreas de la comunidad de montes de Vincios se han convertido en un oasis en la Serra do Galiñeiro. Rozando la cima, protegidas por la ladera, en estas tres hectáreas se han plantado, de forma experimental, miles de caducifolias.

Hay robles, castaños, nogales, madroños, cerezos y hasta acebo. Cada brote está protegido por un manto de helechos y restos de eucalipto. Javier Montalvo, profesor de la Universidad de Vigo, es el responsable de este proyecto, denominado Refogal, en el que participan además la empresa andaluza Maderas Nobles de la Sierra de Segura y la Comunidade de Montes en Man Común de Vincios. La Xunta de Galicia apoya este proyecto experimental, que si funciona podría imitarse en muchos otros montes gallegos.

"Es una posibilidad única de restaurar el paisaje forestal de este país"

Montalvo se entusiasma mientras pisa con cuidado las protegidísimas hectáreas (valladas para evitar los rebaños de cabras), explicando los diferentes métodos que han seguido para deshacerse de los eucaliptos que hace pocos meses campaban a sus anchas en la zona: "Algunos los hemos talado de modo tradicional, por la base, otros más arriba, tratando de debilitarlos. A algunos les hemos inyectado un compuesto químico que no contamina el hábitat y los tocones los hemos triturado mecánicamente".

También en el exterminio del eucalipto la experimentación es importante, ya que los expertos tienen clara su relación directa con los incendios forestales. "Las 20 especies por las que hemos sustituido al eucalipto", apunta Montalvo, "tienen cuarenta veces menos posibilidades de quemarse". En términos económicos también ganan en la comparación. Alberto Covelo, presidente de la comunidad de montes de Vincios, aporta las cifras: "Una tonelada de madera de eucalipto se está pagando a 18 euros. Una tonelada de la que hemos plantado aquí, a 1.200 euros".

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La rentabilidad económica y ecológica de las especies que intentan recuperarse en esta zona de Galicia es evidente. Por eso choca que este proyecto sea único en toda España. Montalvo está deseando que les "copien", porque cree que iniciativas como ésta permitirán que el monte gallego recupere su esplendor.

El director general de Montes e Industrias Forestais, Alberte Blanco, advierte con rapidez que "este proyecto no busca exterminar el eucalipto de los montes gallegos", sino restaurar un sistema productivo obligando a esta especie a compartir su espacio con otras autóctonas, pero también con variedades de caducifolias más beneficiosas, como el madroño, o el valioso nogal, no habituales en Galicia.

En las tres hectáreas de Vincios se han plantado 75 nogales, "para ver cómo se dan en Galicia", explica Montalvo, y también 150 cerezos y 160 madroños, especies de madera muy valiosa.

Desde la empresa andaluza Maderas Nobles se ha dado el empujón a este proyecto de I+D buscando nuevos horizontes. Aunque en esta fase experimental apenas obtendrán rentabilidad económica, su objetivo es que Galicia se convierta en una excelente suministradora de maderas nobles. El precio al que se venden estas maderas beneficiará sin duda a los propietarios de los montes, y sobre todo al propio hábitat, que se regenerará de modo natural.

Montalvo y su equipo han trabajado duro los últimos meses para preparar esta zona experimental. Sólo de castaños se han plantado diez variedades diferentes, para comprobar su crecimiento. No hay fertilizantes, sólo micorización, es decir, se relaciona al árbol con hongos beneficiosos para su crecimiento. A finales de este mismo año tendrán ya suficientes datos como para valorar la plantación: "Esto permitirá seleccionar las especies que más rápido crecen en Galicia". Algo esencial, teniendo en cuenta que un eucalipto está listo en unos 15 años y estas especies necesitan entre 30 y 40.

"Esto es un cambio a largo plazo, un proyecto absolutamente innovador, no hay en Galicia gestión sostenible en montes vecinales de este calibre. Es una posibilidad única de restaurar el paisaje forestal de este país", sentencia Javier Montalvo.

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