Verismo del siglo XXI
Sicilia, Calabria: son los lugares en que se ambienta este programa lírico, con una llamada evidente a las raíces, a la fuerza de la tierra y los sentimientos primitivos. Los dramas cotidianos se apoderaron de la ópera con el movimiento verista. El dúo Cavalleria rusticana-I pagliacci, piedra fundacional de esta atracción por las realidades más sórdidas, genera problemas puntuales desde una concepción actual precisamente por la desmesura. López Cobos no renunció a su proverbial sentido de organización, pero puso más fuego de lo que en él es habitual y los resultados artísticos se dejaro...
Sicilia, Calabria: son los lugares en que se ambienta este programa lírico, con una llamada evidente a las raíces, a la fuerza de la tierra y los sentimientos primitivos. Los dramas cotidianos se apoderaron de la ópera con el movimiento verista. El dúo Cavalleria rusticana-I pagliacci, piedra fundacional de esta atracción por las realidades más sórdidas, genera problemas puntuales desde una concepción actual precisamente por la desmesura. López Cobos no renunció a su proverbial sentido de organización, pero puso más fuego de lo que en él es habitual y los resultados artísticos se dejaron notar favorablemente. Acompañó con mimo a los cantantes y consiguió una atmósfera impregnada de sutileza musical en el teatro dentro del teatro de Leoncavallo. Acertó de pleno. La orquesta respondió. Y el coro: con brío, con clase, tanto teatral como musicalmente. El espectáculo estaba doblemente armado por la parte de los cuerpos estables. Del Monaco prescinde de la especificidad siciliana en Cavalleria, y vuelca el drama en un simbolismo abstracto, en blancos y negros, que remite a una mezcla de tragedia griega y recreación lorquiana. Lo que parece importar es la ceremonia teatral, la sublimación universal de los ecos de esta historia de celos, religión y venganza. Aunque seguramente es lo que se busca, es inevitable una sensación de distancia. No tengo claro que sea la mejor solución. En I pagliacci todo funciona con una mayor naturalidad, tal vez porque la dimensión intelectual es más compleja. La evocación cinematográfica, la continuidad entre el teatro y la vida, la supervivencia del espíritu ambulante, la búsqueda desesperada de un hueco para cualquier brizna de amor se van entrelazando gracias a un dominio teatral apabullante de la escena y a una riqueza de pensamiento.
Cavalleria rusticana / I pagliacci
De P. Mascagni y R. Leoncavallo, respectivamente. Con Violeta Urmana, Vincenzo la Scola, María Bayo y Vladimir Galouzine. Coro y Orquesta Sinfónica de Madrid. Director musical: Jesús López Cobos. Director de escena: Giancarlo del Monaco. Teatro Real, hasta el 8 de marzo.
Se integran mejor las mujeres en la concepción del espectáculo, tanto Violeta Urmana (Santuzza), como una arrebatada e imponente María Bayo (Nedda), que se deja la piel en cada instante para desarrollar un papel muy diferente de los habituales suyos. Los tenores cumplen, pero no enamoran.