Reportaje:

Recuperar el orgullo marinero

La Xunta prepara un plan para que la pesca no se quede sin mano de obra

La edad media de un marinero de la flota gallega de bajura es de 45 años. El Instituto Nacional de Empleo (INEM) acaba de hacer públicos unos datos que revelan que los empresarios gallegos empiezan a tener problemas para suplir las bajas en las plantillas de los barcos: en Vigo hubo ofertas de 17 puestos distintos en barcos que no fue posible cubrir. Ahora que la marinería se ha convertido en una profesión de difícil cobertura, la Consellería de Pesca ha puesto en marcha un proyecto llamado Serea que intentará en dos años revertir la situación de crisis.

La falta de vocaciones no sólo p...

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La edad media de un marinero de la flota gallega de bajura es de 45 años. El Instituto Nacional de Empleo (INEM) acaba de hacer públicos unos datos que revelan que los empresarios gallegos empiezan a tener problemas para suplir las bajas en las plantillas de los barcos: en Vigo hubo ofertas de 17 puestos distintos en barcos que no fue posible cubrir. Ahora que la marinería se ha convertido en una profesión de difícil cobertura, la Consellería de Pesca ha puesto en marcha un proyecto llamado Serea que intentará en dos años revertir la situación de crisis.

La falta de vocaciones no sólo preocupa a la Iglesia. El sector pesquero gallego hace tiempo que trasladó sus temores a la Administración. Y ésta ha puesto en marcha un proyecto con el obejtivo de "recuperar el orgullo de ser pescador", explica Lucía Fraga, responsable del área de Formación del Cetmar (Centro Tecnológico del Mar) de Vigo y coordinadora del proyecto. Pero en segunda instancia se buscarán modos prácticos para garantizar la pervivencia de una de las profesiones más antiguas de Galicia.

Para enseñar cosas nuevas vendrán pescadores de Cerdeña y Bretaña. Los primeros van a ser toda una sorpresa: son pioneros en lo que los italianos llaman Iti Turismo y aquí se denominará Pesca Turismo. Como turismo rural, pero cambiando el campo por el mar. Los turistas de Cerdeña pueden dormir en casas de pescadores, madrugar con ellos para salir a la mar y aprender sus trucos para cocinar el pescado. Este método de compaginar la pesca con actividades complementarias es la clave del protecyo Serea. El plan está cofinanciado por el Fondo Social Europeo y la Consellería de Pesca, y se coordina en el Cetmar.

Lucía Fraga explica que lo van a desarrollar en tres fases.La primera, "de observatorio", se centrará en el análisis de la situación del sector de la bajura y el marisqueo. Después, Serea pondrá en marcha la fase de intercambio con Cerdeña y Bretaña. Una vez culminadas estas dos etapas, en 2008, el proyecto entrará en la recta final creando un servicio de asesoramiento que, según Fraga, "intentará guiar a los pescadores en el proceso de cambio".

Para evitar problemas, estos asesores procederán del propio sector, y la formación que impartirán será tanto en reeducación en actividades complementarias como en informática e idiomas. "Con Serea buscamos un nuevo modelo de pesca de bajura y marisqueo, porque con el actual las expectativas no son buenas", explica Fraga. "Están implicadas las tres universidades gallegas, el sector pesquero, la Federación Galega de Confrarías de Pescadores y las cofradías de Cambados, Cedeira y Lira. Queremos que la actividad de la pesca y el marisqueo no se pierda, pero para ello tiene que ser sostenible en el tiempo y se debe complementar con otras actividades, como el turismo".

El proyecto aún no ha arrancado de modo oficial, pero ya se celebró un primer encuentro el pasado mes de noviembre en Vigo, en el que además de todas las partes implicadas asistieron representantes de los pescadores franceses. El proyecto se ultimará en febrero. Y en los dos años siguientes sus promotores esperan cambiar el curso de la pesca gallega.

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