JOSÉ ANTONIO ORTIZ | Investigador Cajal en la Universidad Miguel Hernández

"Es kafkiano, tocas una puerta y nadie responde"

José Antonio Ortiz, ex cajal de la Universidad Miguel Hernández, lleva dos días oficialmente en el paro, haciéndose a la idea de que probablemente tendrá que renunciar a un proyecto de investigación (sobre regulación de la expresión génica, en el área de biología molecular y celular) que le ha concedido el MEC -un proyecto financiado con 90.000 euros que incluyen un becario de investigación-. No puede llevar adelante el trabajo si no es dentro de una institución. Es uno de los casos para los que el MEC ofrece un contrato de un año, pero ayer por la tarde Ortiz no tenía noticia de ello....

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José Antonio Ortiz, ex cajal de la Universidad Miguel Hernández, lleva dos días oficialmente en el paro, haciéndose a la idea de que probablemente tendrá que renunciar a un proyecto de investigación (sobre regulación de la expresión génica, en el área de biología molecular y celular) que le ha concedido el MEC -un proyecto financiado con 90.000 euros que incluyen un becario de investigación-. No puede llevar adelante el trabajo si no es dentro de una institución. Es uno de los casos para los que el MEC ofrece un contrato de un año, pero ayer por la tarde Ortiz no tenía noticia de ello.

Estaba "desorientado, sin saber muy bien qué hacer. Llevo un mes y medio buscando en universidades, pero el ver que ni siquiera responden es descorazonador. Es kafkiano, tocas una puerta y nadie responde. Es normal, bastante difícil les está resultando estabilizar a los propios cajales como para coger uno nuevo". En su universidad no entró en ningún departamento -una queja muy repetida entre los cajales es la dificultad de ser aceptados en sus centros como investigadores independientes-.

Una de las posibilidades es dejar la ciencia por completo. Cambiar de vida a los 35 años, con hijos, una hipoteca y una carrera investigadora que incluye tres años de estancia en Francia en el grupo de un investigador de gran prestigio, Pierre Chambon, en Estrasburgo. "El problema viene de muy lejos. En su día se quiso hacer un remiendo con el programa Cajal, pero lo llenaron de vaguedades".

Para Mar Bastero, gran parte del daño "ya está hecho, aunque se acaben solucionando los casos. Así no se puede rendir, nuestra productividad sin duda se ha resentido". En su opinión, es más inquietante lo que pasará con los cajales de las siguientes convocatorias. "Los departamentos de las universidades se irán llenando y será cada vez más difícil", dice Alejandro Mira. En el MEC, en cambio, aseguran que gracias al I3 y otras herramientas en preparación esto no será así: "No habrá atasco de investigadores, todo lo contrario".

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