Gergiev, el zar de la música rusa, estrena 'Semyon Kotko'

El director del Mariinski realiza una gira por 12 ciudades españolas

Se ha presentado en España con sus 250 músicos. Forman la orquesta y los coros de una compañía en la que están implicadas 2.000 personas: la del Teatro Mariinski de San Petersburgo. Valeri Gergiev es su director y tiene carácter y mano de hierro para gobernar ese monumental pedazo de empresa artística a la que también pertenece el ballet Kirov, uno de los mejores del mundo. A veces, en vez de grupo, o compañía, Gergiev denomina a los suyos "las fuerzas del Mariinski", dejando claro su lado marcial.

Algo de eso deben tener los músicos y cantantes rusos, mucha raza y aguante para llevar c...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Se ha presentado en España con sus 250 músicos. Forman la orquesta y los coros de una compañía en la que están implicadas 2.000 personas: la del Teatro Mariinski de San Petersburgo. Valeri Gergiev es su director y tiene carácter y mano de hierro para gobernar ese monumental pedazo de empresa artística a la que también pertenece el ballet Kirov, uno de los mejores del mundo. A veces, en vez de grupo, o compañía, Gergiev denomina a los suyos "las fuerzas del Mariinski", dejando claro su lado marcial.

Algo de eso deben tener los músicos y cantantes rusos, mucha raza y aguante para llevar con dignidad la macrogira que actualmente les pasea por 12 ciudades españolas. Ayer actuaron en el Teatro Real de Madrid, donde estrenaron la ópera de Prokófiev Semyon Kotko, en versión de concierto. Les queda por visitar Zaragoza (hoy), Valencia (día 11) y Barcelona (día 12). "Si tenemos la oportunidad de repetirlo lo haremos, pero con más tiempo libre", aseguraba el director que, recién llegado de Murcia ayer por la tarde, daba una rueda de prensa en el Real, se metía en un ensayo e inmediatamente después salía ante el público madrileño a las ocho de la tarde.

"Nos reunimos más con el ministro de Economía que con el de Cultura. Eso es bueno"

El estreno de ayer era especial, parte de ese comprometido apostolado de la música rusa que Gergiev va haciendo por todo el mundo. "En el Mariinski tenemos la obligación de dar a conocer la música rusa donde vamos. Lo mismo que hacen los intérpretes españoles con los compositores de su país. Además, tener la oportunidad de estrenar obras menos conocidas nos alegra mucho", asegura el director, con fama de duro, que desde 1988 gobierna en el mítico teatro ruso.

Tan poco conocida en España es esta ópera ambientada en un pueblo ruso en plena revolución, que nunca se había representado aquí. Fue un título difícil de asimilar por el compositor porque significó el inicio de sus problemas con el estalinismo, que le perjudicaron seriamente. Como le ocurrió a Shostakóvich con su Lady Macbeth de Mtsenks. Le acusaron de formalismo y de estar alejada del arte becerril que, según los totalitaristas, convenía al pueblo.

Gergiev recupera este título con ánimo de desagravio: "A Sviatoslav Richter le parecía una obra maestra y el público, cuando está metido a mitad de concierto, comprende la auténtica dimensión de esta obra", asegura el artista, que ayer regresaba con su enorme compañía al escenario donde hace cinco temporadas sorprendió con Guerra y paz, también de Prokófiev".

Con él y sus músicos se llega a comprender la grandiosidad y el tremendismo que inspiran los grandes títulos del repertorio ruso, de los cuales, la compañía que dirige Gergiev se ha convertido en referente mundial con versiones deslumbrantes de títulos de Mussorgski, Rimski Korsakov, Chaikovski y por supuesto Prokófiev y Shostakóvich. Pero no sólo se ha centrado en los compositores de su país para la gira española. También ha interpretado obras de Wagner o sinfonías de Mahler y Brahms.

Su teatro se ha convertido en una joya para las autoridades rusas, que le dan el oro y el moro. El poder de Gergiev en el mundo de la cultura de su país parece incontestable y él lo reconoce de sobra. "Últimamente nos reunimos más con el ministro de Economía que con el de Cultura y eso es bueno", afirma bien seguro de que pisa fuerte en los despachos del Kremlin.

Luego entra en los resultados de esas reuniones: "Tenemos una nueva sala de conciertos que inauguraremos el 29 de noviembre y ha costado 50 millones de dólares (39 millones de euros), estamos construyendo otro teatro de ópera, además de diversos proyectos educativos. Las cosas marchan bien en mi país", asegura Gergiev. Sin duda, en el Ministerio de Economía ruso deben saber de sobra que sus ruedas de prensa por todo el mundo son un escaparate la mar de rico para cantar las glorias de Putin.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Sobre la firma

Archivado En