Entrevista:Kenneth Branagh | Actor y director de cine

"No me importa ser un poco predicador"

El actor y director británico Kenneth Branagh abrió el pasado viernes Sevilla Festival de Cine con su película The magic flute (La flauta mágica). La película, que ha pasado por la Mostra de Venecia, supone la primera incursión del cineasta en el género operístico. La flauta mágica, cuya adaptación firma Branagh junto al actor Stephen Fry, traslada la acción de la obra mozartiana a la I Guerra Mundial. En su guión de La flauta mágica, se mueven el soldado Tamino, que vaga como alma en pena por las trincheras; la Reina de la Noche, que le insta a rescatar a su hija Pamina, ...

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El actor y director británico Kenneth Branagh abrió el pasado viernes Sevilla Festival de Cine con su película The magic flute (La flauta mágica). La película, que ha pasado por la Mostra de Venecia, supone la primera incursión del cineasta en el género operístico. La flauta mágica, cuya adaptación firma Branagh junto al actor Stephen Fry, traslada la acción de la obra mozartiana a la I Guerra Mundial. En su guión de La flauta mágica, se mueven el soldado Tamino, que vaga como alma en pena por las trincheras; la Reina de la Noche, que le insta a rescatar a su hija Pamina, y el palacio del sabio Sarastro, que es un hormiguero de refugiados. Branagh ha elegido como protagonistas del filme a cantantes de ópera en lugar de actores. Lyubov Petrova, René Pape, Joseph Kaiser y Amy Carson encabezan el reparto de la película, que se estrenará en España en marzo.

"Frente al odio hay una llamada al amor, al entendimiento, a la compasión, al perdón..."
"Sevilla es la ciudad de Mozart. Sevilla está impregnada de Mozart por todas partes"
"Yo era nuevo en la ópera, y los cantantes eran nuevos en el cine. Una buena simbiosis"
"Quería que el público viera esa escalada de violencia que se produce en la I Guerra Mundial"

Pregunta. Estrena su película en Sevilla, una ciudad que aparece en varias óperas.

Respuesta. Sí. Cuando estaba en Venecia me comentaron que debía ser maravilloso que la película se estrenase en Venecia. Y yo dije que también sería maravilloso que la película se proyectase en Sevilla. Porque Sevilla es la ciudad de Mozart. Ha sido maravilloso pasear hoy (por el viernes) por Sevilla y ver las calles. Sevilla está impregnada de Mozart por todas partes.

P. ¿Por qué traslada la acción de la ópera a la I Guerra Mundial?

R. La música de la ópera muestra que hay una especie de batalla entre la luz y la oscuridad, que entre Sarastro y la Reina de la Noche se crea un conflicto tan intenso y personal que alcanza la mayor magnitud. Quería que el público viera esa escalada de violencia que se produce en la I Guerra Mundial, cómo ese odio irracional e incontrolado tiene unas consecuencias determinadas. Junto al drama está también la compasión y la humanidad. La flauta mágica es también una película épica y de aventuras. Con ello intento reflejar la complejidad de la música en el escenario de la I Guerra Mundial, un momento enormemente dramático de la historia.

P. La I Guerra Mundial supone el final de una época. Una generación de jóvenes que se había educado en el respeto al honor y la honestidad ven cómo ese sistema de valores concluye con una horrible matanza. Robert Graves lo contó muy bien en Adiós a todo eso.

R. La I Guerra Mundial es un momento crucial para la historia. Desde un punto de vista tecnológico, la I Guerra Mundial va acompañada de la automatización de las técnicas bélicas. Al mismo tiempo, va desapareciendo la caballería, mientras se imponen los tanques en el campo de batalla. En la I Guerra Mundial se produce también la muerte de una generación de jóvenes que tenía algunas de las cualidades que usted ha destacado. Algunos de ellos fueron poetas y soldados. Era una generación de jóvenes que combinaba una formación académica clásica con una gran fortaleza física y una enorme disposición para el deporte. Es el caso de George Mallory, que muere en 1924 cuando intenta llegar a la cumbre del Everest. Mallory era profesor, practicaba muchos deportes y comparaba las montañas con sinfonías. A partir de la I Guerra Mundial se produce una escisión entre lo físico y lo poético. Al preparar la película, leí Adiós a todo eso. Y también leí poemas de autores que lucharon en la Gran Guerra como Siegfried Sassoon o Wilfred Owen, y otras obras sobre la contienda. Visité el Somme, un lugar donde se puede ver el campo de batalla. En el último día de estancia, subí a una colina y le pregunté a la persona que iba conmigo dónde estábamos. Y esta persona me dijo que a ese lugar llegó el Ejército británico tras recorrer 26 millas. En esa ofensiva murieron medio millón de soldados. ¡Y la muerte de tantísimos hombres no sirvió de nada porque al cabo de tres meses los alemanes recuperaban la posición!

P. Las matanzas se repiten muchos años después de la I Guerra Mundial: Irak, Sudán, Líbano...

R. Hay verdades simples y verdades profundas que están en La flauta mágica, como la necesidad de compasión y de tolerancia, así como el impacto negativo de las emociones irracionales. El odio de la Reina de la Noche hacia Sarastro es un ejemplo de este impacto negativo de lo irracional. Frente al odio hay una llamada al amor, al entendimiento, a la compasión, al perdón... A veces, la gente me tacha de ser un poco predicador, pero no intento serlo. Y si lo soy, no me importa.

P. Seguimos matándonos como en los dramas de Shakespeare.

R. Esa necesidad de matar es una rica y fascinante parte del drama. La flauta mágica ofrece la pieza musical más extraordinaria: la segunda aria. En ella la madre insta a su hija a matar a Sarastro. Es un mandato difícil de llevar a cabo. Éste es el asunto principal de muchos dramas como Hamlet o Macbeth... Cuando la guerra deja de contemplarse como números, vemos las cosas de otra manera. Las estadísticas de la guerra son largas series de nombres de personas muertas. Y, sin embargo, tras estos números, hay una persona, una viuda, unos hijos, una familia...

P. Los protagonistas de la película son cantantes de ópera. ¿Por qué?

R. Quería que el componente musical fuese lo mejor posible. Quería que la historia la hiciera un reparto joven, con el ímpetu que eso da a la obra. Quería también que los espectadores miraran a la fuente real de esas voces, que las personas que actuaran fuesen las mismas que producían esa voz, que su canto tuviera alma... Esto da autenticidad a la película. Los cantantes estaban muy ilusionados y aportaban nuevas formas de actuar. Yo era nuevo en la ópera, y ellos eran nuevos en el cine. Una buena simbiosis.

UNA ÓPERA EN LA GRAN GUERRA

-Branagh ha elegido como protagonistas del filme a figuras de la ópera en lugar de actores

-Lyubov Petrova, René Pape, Joseph Kaiser y Amy Carson encabezan el reparto de la película, que se estrenará en España en marzo

-Al preparar la película, Branagh leyó Adiós a todo eso, de Robert Graves. Y también poemas de autores que lucharon en la Gran Guerra, como Siegfried Sassoon o Wilfred Owen

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