Reportaje:APUNTES

Capital humano con billete de vuelta

Bancaixa forma en Valencia a 15 recién licenciados de El Salvador y Nicaragua

Su nombre es el resultado tuneado de un baile de letras que su padre, Nelson, realizó cuando el varón que esperaba resultó ser una niña. Sonnel Márquez estudió Económicas en El Salvador, donde también daba apoyo a estudiantes de cursos inferiores o con problemas puntuales de aprendizaje. Desde hace un mes realiza prácticas en el área de responsabilidad social de Bancaixa y por la tarde estudia un máster de economía social. Sonnel explica que en El Salvador se trató de impulsar el cooperativismo agrario pero el movimiento se desdibujó y adquirió "mala fama" al acabar siendo controlado desde el ...

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Su nombre es el resultado tuneado de un baile de letras que su padre, Nelson, realizó cuando el varón que esperaba resultó ser una niña. Sonnel Márquez estudió Económicas en El Salvador, donde también daba apoyo a estudiantes de cursos inferiores o con problemas puntuales de aprendizaje. Desde hace un mes realiza prácticas en el área de responsabilidad social de Bancaixa y por la tarde estudia un máster de economía social. Sonnel explica que en El Salvador se trató de impulsar el cooperativismo agrario pero el movimiento se desdibujó y adquirió "mala fama" al acabar siendo controlado desde el poder. "Aquí hay cooperativas con mucho éxito", contrasta. Y parece decidida a entender bien la experiencia y a tratar de aplicarla en su país. "Falta mucho por hacer en El Salvador". La joven subraya la brecha que existe en su país entre las zonas urbanas y las rurales.

A sus días les faltan horas; hacen prácticas por la mañana y luego cursan un máster

Sonnel observa, atenta, igual que Nancy Zelaya y a Wilbert Scott Lacayo, todo lo que ocurre a su alrededor. Acarician, si acaso, los 25 años y son tres de los 15 universitarios recién licenciados procedentes de Nicaragua y Salvador que desde hace unas semanas y hasta julio han sido becados por Bancaixa. El perfil no es casual. La caja de ahorros incluyó por primera vez en 1994 en su plan estratégico la cooperación internacional a través de formación. La pretensión es que los jóvenes pongan en práctica en sus países "lo que están aprendiendo", explica la entidad. Se trata, en último extremo, de "influir en el crecimiento de esos países", añade Miguel Ángel Utrillas, gerente de la Fundación Bancaixa, impulsora del proyecto. Por ello, se ha optado por El Salvador y Nicaragua, "poblaciones reducidas" donde una iniciativa de este tipo puede tener "un impacto mayor".

Para desarrollar la iniciativa, Bancaixa firmó dos acuerdos con universidades de cada país y desde el inicio el programa de becas ha sido aprovechado ya por un centenar de jóvenes de El Salvador y por 35 nicaragüenses. Recién licenciados que completaron su formación en Valencia y que con los años se han convertido en profesores universitarios o en abogados de las firmas más prestigiosas, por citar algunos casos. La experiencia también se ha ramificado. Los ex becarios han montado seis colegios mayores para estudiantes sin recursos en Ecuador, Colombia, El Salvador, Nicaragua y México.

Las especialidades en las que se forman los estudiantes son aquellas en las que Bancaixa puede aportar experiencia. Sonnel trabaja en el área de responsabilidad social, Nancy en el gabinete de comunicación mientras que Wilbert se forma en el área de hipotecas. Al joven nicaragüense le llaman especialmente la atención la subrogación (cambiar la forma de la hipoteca), los microcréditos y los préstamos solidarios. Explica que estos últimos en su país están en mantillas y que tienen "intereses muy elevados". Todos ellos, además, completan la jornada estudiando un máster en la Universitat de València. La experiencia les obliga a comparar realidades, a revisar enseñanzas. "El déficit de capital humano en estos países es importante", explica Utrillas.

El programa pone en contacto realidades muy distintas. El cambio parece más abrupto para los becarios. "De entrada lo que uno siente es que la actitud de la gente es diferente", menciona Nancy, licenciada en Periodismo en la Universidad del Salvador y que hasta llegar a Valencia tenía alguna experiencia "en marketing y comunicación aplicados al área social". A sus días les faltan horas. Repasan con entusiasmo unas jornadas que empiezan a las seis de la mañana. Pese a todo han decidido aproximarse a colegios y asociaciones de inmigrantes para trabajar por la integración.

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