La sección de Júnior

Lo que más rabia le da es que se lo pidieron ellos. Ellos le buscaron, ellos le hicieron la pelota, ellos le explicaron que era imprescindible para aquel proyecto. Y él, que podría estar tan a gusto en su casa los fines de semana, fue tan vanidoso, tan imbécil, como para creérselo. Mientras sube por la escalera, arrastrando a la vez los pies y la esperanza, recuerda la reunión que acaba de terminar y le dan ganas de ir a la próxima con un martillo escondido en la cazadora para liarse a martillazos con todo, las mesas, las sillas, los ordenadores, sus cabezas. ¿No queríais cultura?, les diría, ...

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Lo que más rabia le da es que se lo pidieron ellos. Ellos le buscaron, ellos le hicieron la pelota, ellos le explicaron que era imprescindible para aquel proyecto. Y él, que podría estar tan a gusto en su casa los fines de semana, fue tan vanidoso, tan imbécil, como para creérselo. Mientras sube por la escalera, arrastrando a la vez los pies y la esperanza, recuerda la reunión que acaba de terminar y le dan ganas de ir a la próxima con un martillo escondido en la cazadora para liarse a martillazos con todo, las mesas, las sillas, los ordenadores, sus cabezas. ¿No queríais cultura?, les diría, ¡pues tomad cultura! Violencia gratuita, toda una performance, y encima gratis. ¿Qué os parece?

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-Bueno, yo para este mes había pensado en proponer… -porque era tan tonto que todavía proponía-. Podemos hacer dos cosas. Publicar algo sobre cine español, porque en septiembre hubo varios estrenos importantes, que han ido a festivales y eso, o hacer algo de libros, no sé, lo que sea, porque, total, nunca he conseguido colaros nada, así que…

-¡Ay, Júnior! -el director de la revista, alto, rubio, lateral izquierdo del equipo de fútbol del instituto, se le quedó mirando con una expresión de alarma mal fingida-. Es que este mes… No va a poder ser, ¿sabes?, porque como las chicas del equipo de jockey sobre patines de bachiller lo hicieron tan bien el año pasado, pues hemos decidido hacerles una especie de homenaje. Es lo justo, ¿no?

-Sí, pero eso… -y no se quiere acordar de que en el número de septiembre, en vez de un artículo sobre la exposición de Picasso, le encargaron el decálogo de los mejores cuidados de las plantas de interior- ¿qué tiene que ver conmigo?

-¡Pues todo! Si es hasta el mismo ministerio, Cultura y Deporte, ya sabes… Lo bueno que tienes tú, Júnior, es que, como eres tan culto, sabes de todo, todo lo haces bien, ésa es la verdad.

-Ya, pero el jockey sobre patines no…

-¡El lado humano, Júnior! Piénsalo, el lado humano. Todas esas chicas, un deporte tan duro, la combatividad, el éxito, ponerse minifalda y tacones después de cada partido, yo qué sé… Lo vas a bordar, tío, estoy seguro.

Lo que más rabia le da es que fueron a buscarle ellos. Porque en el consejo de redacción de la revista del instituto faltaba alguien como él. Porque todos los profesores, y hasta el director, se habían extrañado de que no lo hubieran reclutado ya. Porque era el alumno que más leía y mejor escribía de su curso, el que más veces iba al cine en un mes y el único que veía teatro de vez en cuando. Te necesitamos, Júnior, le habían dicho. Y además, como hasta ahora no tenemos a nadie que se encargue de estas cosas, vas a poder hacer lo que quieras, y hacerlo como quieras… Y él era tan imbécil que se lo había creído, y hasta se había preparado una lista de temas y de formatos para su debut, en el mes de marzo del año pasado.

-Podemos mezclar críticas y artículos, y hasta publicar alguna entrevista, para que sea variado y la gente no se canse al leerlo. Yo no sé tanto como vosotros creéis, la verdad, pero puedo buscar a otra gente, organizarme, no sé… Desde luego, para el mes que viene habrá de hablar de libros, porque el 23 de abril…

-¡Ah, qué rabia! -y la novia del rubio fue la primera que le desanimó-. No nos habíamos dado cuenta, porque el 23… Es ese día que los libreros ponen puestos en la calle, ¿no?, y claro… Pero es que la profe de biología se jubila, y le haría tanta ilusión que le hiciéramos una entrevista… Colecciona bonsáis, ¿sabes?, tiene casi cien. Con un par de fotos buenas quedaría muy chulo…

Así que lo primero fueron los bonsáis de la profe de biología. Lo segundo, un reportaje sobre el concurso de redacción de los alumnos de la ESO, que no estuvo mal, pero no le preparó para el tercer número, dedicado a la Fiesta de la Bicicleta del distrito.

-¿Es que eso no es cultura alternativa? La ecología, los transportes no contaminantes…

-Ya, pero es que mira… Yo no soy periodista. Ni siquiera quiero estudiar periodismo. Yo lo que quiero es escribir sobre cine y teatro, sobre libros, y…

-Ya, ya, pero la actualidad es lo que manda, ¿o no?

Y así desde el mes de marzo. Ni el disco nuevo de Bob Dylan había colocado, oye, ni eso. Y la sensación de ser el más listo y el más tonto a la vez. Y la irritación de saber que a él no se le había perdido nada en la dichosa revista. Y el cansancio de representar la eterna coartada del lateral izquierdo frente a las aspiraciones culturales del director.

-Ahora que a la próxima voy con un martillo… -masculla al entrar en su casa.

-¿Qué dices, hijo? -le pregunta su madre.

-Nada -él se acerca a ella, la besa-. Tonterías…

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