XIII CICLO DE LIED

El 'pellizco' de los contratenores

Los contratenores están ganando terreno a pasos agigantados últimamente en España. Su grado de influencia no se limita al mundo de la ópera, sino que llega también al de los recitales. El Real inaugura su ciclo de grandes voces esta temporada con Andreas Scholl, y La Zarzuela comenzó anteayer su prestigioso Ciclo de Lied con Bejun Mehta, repitiendo la experiencia del año pasado con David Daniels. Han cambiado mucho los tiempos desde la época del gran Alfred Deller, y hasta en España han salido grandes cantantes en esta modalidad, desde Carlos Mena hasta Hernández Pastor.

El estadouniden...

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Los contratenores están ganando terreno a pasos agigantados últimamente en España. Su grado de influencia no se limita al mundo de la ópera, sino que llega también al de los recitales. El Real inaugura su ciclo de grandes voces esta temporada con Andreas Scholl, y La Zarzuela comenzó anteayer su prestigioso Ciclo de Lied con Bejun Mehta, repitiendo la experiencia del año pasado con David Daniels. Han cambiado mucho los tiempos desde la época del gran Alfred Deller, y hasta en España han salido grandes cantantes en esta modalidad, desde Carlos Mena hasta Hernández Pastor.

El estadounidense Bejun Mehta (Carolina del Norte, 1968) es un crack en el repertorio barroco, especialmente en Händel, pero en su actuación de anteayer se tomó al pie de la letra el territorio estilístico que pisaba enfrentándose, de entrada, a Mozart, Schubert y Wolf, para concluir con un ramillete de autores ingleses de corte posromántico. Valiente decisión. Se le esperaba en Schubert, claro, y no solamente no defraudó sino que supuso un sorpresón. Sin una pronunciación del alemán precisamente de libro y con un color vocal de incierta definición, Mehta cautivó por su musicalidad, por su deslumbrante dominio del canto, por su capacidad portentosa de comunicación. Mostró con la lúcida ligereza de su arte el otro lado del espejo y así el mundo del lied sonaba diferente aunque no exento de encanto.

Su versión, por ejemplo, de la Letanía en el Día de Difuntos, de Schubert, fue de las que cautivan irresistiblemente gracias a un melodismo seductor que alcanzó seguramente su punto óptimo en Claro es el sonido de las palabras, de Vaughan Williams. Al piano, Kevin Murphy acompañó siempre con precisión y sentido de la medida. Mehta actúa el próximo sábado en el Liceo de Barcelona. De Madrid se va con un triunfo importante. Ha abierto con brillantez un ciclo en el que están anunciados nada más y nada menos que Christine Schäfer, Magdalena Kozena, Joyce di Donato, Simon Keenlyside, Felicity Lott y Matthias Goerne, entre otros. En fin, se dice pronto.

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