Elizabeth Murray exhibe su cambiante y musical imaginación en 50 pinturas

La artista estadounidense presenta en el IVAM su reciente antológica del MOMA

Elizabeth Murray (Chicago, 1940) goza de una reconocida trayectoria en EE UU, como prueba la reciente antológica del MOMA. Pero en Europa, su imaginativa e innovadora obra pictórica, que bebe del surrealismo y el cubismo y ha transitado por el minimalismo o el neoexpresionismo, no se ha exhibido en una exposición completa. Desde ayer, el IVAM expone 50 pinturas de la artista procedentes de la muestra del museo neoyorquino, que permiten apreciar su imaginación cambiante, su "sentido del humor" y su gusto por el color y la música, apuntó Murray.

El medio centenar de piezas está datado ent...

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Elizabeth Murray (Chicago, 1940) goza de una reconocida trayectoria en EE UU, como prueba la reciente antológica del MOMA. Pero en Europa, su imaginativa e innovadora obra pictórica, que bebe del surrealismo y el cubismo y ha transitado por el minimalismo o el neoexpresionismo, no se ha exhibido en una exposición completa. Desde ayer, el IVAM expone 50 pinturas de la artista procedentes de la muestra del museo neoyorquino, que permiten apreciar su imaginación cambiante, su "sentido del humor" y su gusto por el color y la música, apuntó Murray.

El medio centenar de piezas está datado entre 1963 y 2003 e ilustra las diferentes etapas creativas de una artista que confía en que "la gente sea capaz de reírse delante de algunas obras y sentir el humor y la emoción", comentó la pintora.

Sus lienzos parecen surgir de las paredes, rompen con las dos dimensiones, adoptan formas variopintas, se dividen en capas superpuestas y poseen un intenso y variado colorido. Remiten al objeto escultórico, pero son pinturas. "Creo que algunas cosas están mejor aquí que en el MOMA porque hay espacios más abiertos", comentó Elizabeth Murray, satisfecha por su primera antológica en Europa, que se exhibirá en el museo valenciano hasta el 3 de septiembre.

Juan Gris y, sobre todo, las formas orgánicas de Dalí o Miró constituyen claras influencias en la producción de la artista, a juicio del comisario y conservador del MOMA, Robert Storr. Fue la creadora "más innovadora de su generación por cómo utilizó y aprovechó esa tradición" para cambiar "el lenguaje de la pintura y otros lenguajes artísticos, dándoles la vuelta", en los años sesenta y setenta del pasado siglo, añadió el comisario y también director artístico de la próxima Bienal de Venecia.

Storr explicó que la escasa difusión de Murray en Europa obedece, quizá, a una razón tan simple como la dificultad que entraña para "las mujeres centrar la atención que obtienen de forma natural los hombres".

Otra clave constante en su trayectoria es la música, implícita en la concepción de sus lienzos. Lo comentó ayer la crítica de arte Barbara Rose, apostada entre los periodistas. Murray asintió e indicó que siempre escucha música mientras pinta. Música clásica, ópera, Wagner, jazz, y también "música potente" como la de Donna Summer, apostilló Murray, que no dejó de sonreír a pesar de su delicada salud.

La directora del IVAM, Consuelo Ciscar, destacó la constante investigación de la artista. "Muchas veces me he preguntado a mí misma por los cambios de mi arte y no sé la respuesta. Soy de esa clase de personas que se aburre siempre haciendo lo mismo y por tanto tiene que cambiar", indicó Murray.

La exposición, patrocinada por Bancaixa y la Fundación Astroc, se completa con un catálogo que incluye la reproducción de las obras, y una entrevista de Storr a la artista, entre otros textos. Las obras de la exposición proceden de varios museos, como el MOMA, el Whitney de Nueva York o el Museo de Arte Contemporáneo de Tokio.

Elizabeth Murray, ayer, ante su obra Toda la verdad.CARLES FRANCESC
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