Lombrices transformadoras

Tiene nombre de artilugio: "Vermicompostador", pero es una sencilla estructura de plástico reciclado que se puede colocar en casa y donde es posible convertir los restos orgánicos de comida en fertilizante, gracias a la acción devoradora de las lombrices rojas de California. La asociación ecologista Eguzki solicita a las instituciones guipuzcoanas que promocionen el vermicompostaje entre los ciudadanos como "una solución" más para tratar las problemáticas basuras.

¿Cómo funciona este aparato? Es una especie de cubo de basura de tamaño mediano con tres bandejas acoplables. El proceso com...

Tiene nombre de artilugio: "Vermicompostador", pero es una sencilla estructura de plástico reciclado que se puede colocar en casa y donde es posible convertir los restos orgánicos de comida en fertilizante, gracias a la acción devoradora de las lombrices rojas de California. La asociación ecologista Eguzki solicita a las instituciones guipuzcoanas que promocionen el vermicompostaje entre los ciudadanos como "una solución" más para tratar las problemáticas basuras.

¿Cómo funciona este aparato? Es una especie de cubo de basura de tamaño mediano con tres bandejas acoplables. El proceso comienza colocando los restos orgánicos y un puñado de lombrices (unas 150) en la bandeja más baja. A medida que los gusanos van digiriendo la basura, se añade más en las bandejas superiores. Las lombrices van entonces ascendiendo en busca de más comida, que con su aparato digestivo transforman en "humus y líquido fertilizante para mejorar la tierra de tiestos, jardines y huertas", explica el portavoz de Eguzki, Juan Mari Beldarrain.

Y lo hace con conocimiento de causa. La asociación ha tenido el vermicompostador en su sede dos años. En este tiempo ha tratado 160 kilos de restos que han quedado convertidos en 50 kilos de compost y "bastantes" litros de líquido fertilizante.

Beldarrain detalla que el vermicompostador admite la mayoría de los restos orgánicos: verduras, hortalizas, frutas, cáscaras de huevo... Sin embargo, los desechos de carne y pescado no son adecuados, ya que al tardar mucho en pudrirse, que es cuando las basuras gustan a las lombrices, y provocan malos olores. En el resto de los casos, asegura, no se producen olores desagradables.

Es un sistema "barato, eficaz y ecológico", subraya Eguzki, que se ha fijado en experiencias realizadas en Australia y Nueva Zelanda. La estructura, con lombrices incluidas, cuesta 150 euros y se puede instalar en balcones, garajes, trasteros... El procedimiento al principio es lento, pero, pasado un mes, las lombrices empiezan a reproducirse. En un año pueden multiplicarse por 16. Cada gusano produce alrededor de 0,3 gramos de materia fertilizante al día, de manera que, si la colonia alcanza las mil unidades, puede digerir 300 gramos diarios de restos orgánicos, cantidad aproximada a la que produce una familia de cuatro miembros, señala Beldarrain. La reproducción de las lombrices se regula con la comida, por lo que llega un momento en que cesa. Y los bichitos no se escapan, porque padecen fobia a la luz.

Eguzki pide a la Diputación, las mancomunidades y los ayuntamientos que distribuyan gratis mil aparatos en Guipúzcoa, que permitirían reciclar 110 toneladas de restos orgánicos al año. O, en su defecto, que a los ciudadanos que participen en la experiencia les hagan un descuento del 25% en la tarifa anual de basuras.

La asociación es consciente de que su propuesta no es "la solución" para el problema de las basuras en Guipúzcoa, pero sí cree que podría cumplir "una función" a medio plazo y reducir el volumen que se vierte en los basureros. Sobre todo cuando, según sostiene, "la difusión de los compostadores de jardín ha sido escasa, todavía no se ha iniciado la construcción de plantas de compostaje industrial, las experiencias de recogida de la fracción orgánica se están implantando con exasperante lentitud y la Diputación sigue empeñada en quemarlo todo".