Maestrías

Formidable concierto el del Nieuw Ensemble Amsterdam con Ed Sapnjaard a su cabeza. Con cinco compositores que no pueden ser más distintos entre sí y a quienes les une la libertad con la que cada uno se toma lo suyo. Una muestra de la vitalidad de la música de hoy, de su anhelo comunicativo y hasta, si se me permite, de lo divertida que puede llegar a ser. Eran, además, cinco estrenos en España, el más importante para nosotros el del Concierto nº 2 para oboe de David del Puerto. Extraordinaria música llena de vida y de cosas, que sabe aprovechar para su lenguaje la expresividad más tradi...

Formidable concierto el del Nieuw Ensemble Amsterdam con Ed Sapnjaard a su cabeza. Con cinco compositores que no pueden ser más distintos entre sí y a quienes les une la libertad con la que cada uno se toma lo suyo. Una muestra de la vitalidad de la música de hoy, de su anhelo comunicativo y hasta, si se me permite, de lo divertida que puede llegar a ser. Eran, además, cinco estrenos en España, el más importante para nosotros el del Concierto nº 2 para oboe de David del Puerto. Extraordinaria música llena de vida y de cosas, que sabe aprovechar para su lenguaje la expresividad más tradicional del instrumento solista, que se divide en partes que son guiños formales bajo los que se mueve un discurso límpido y afirmativo, como suele serlo siempre el del autor madrileño.

Antes habían sonado las admirables abstracciones de Elliott Carter en Mosaic, el laberinto mental -en el mejor sentido del término- que refleja Silent circle, de Misato Mochizuki; la facundia sonora de Lisbon de Gerald Barry, y una muestra más de lo listo que es Tan Dun, en ese Circle en el que el público también trabaja.