Reportaje:

Un salto con Red

Una empresa vasca participa en un proyecto internacional para acercar Internet a comunidades remotas de Latinoamérica

"Anteriormente no había ninguna conexión a Internet, así que para nuestro pueblo fue un gran acontecimiento, principalmente para la juventud, que se trasladaba a veces a 40 kilómetros a la ciudad más cercana donde había un cyber para conectarse". Quien así se expresa es un habitante de Tambores, una localidad uruguaya de algo menos de 1.500 habitantes situada a 430 kilómetros de la capital, Montevideo. Junto con otras 14 comunidades remotas de Latinoamérica, esta aldea ha dado los primeros pasos para superar la llamada brecha digital, gracias a un programa de cooperación internac...

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"Anteriormente no había ninguna conexión a Internet, así que para nuestro pueblo fue un gran acontecimiento, principalmente para la juventud, que se trasladaba a veces a 40 kilómetros a la ciudad más cercana donde había un cyber para conectarse". Quien así se expresa es un habitante de Tambores, una localidad uruguaya de algo menos de 1.500 habitantes situada a 430 kilómetros de la capital, Montevideo. Junto con otras 14 comunidades remotas de Latinoamérica, esta aldea ha dado los primeros pasos para superar la llamada brecha digital, gracias a un programa de cooperación internacional financiado por la UE y en el que participa la empresa vasca Ibermática, ubicada en el Parque Tecnológico de Zamudio (Vizcaya). La iniciativa permite ya contactar vía correo electrónico con los miembros de esas comunidades, algo impensable hasta hace muy poco tiempo.

"Llevamos la tecnología a sitios donde faltan servicios básicos como el agua"

Los objetivos del programa van más allá de proveer de acceso a la Red a estas comunidades aisladas: su verdadero motor es una plataforma virtual que, a partir del próximo mes de octubre, permitirá a sus habitantes mostrar a potenciales visitantes y clientes de todo el mundo sus manufacturas, patrimonio cultural e incluso su infraestructura turística, todo ello sin necesidad de intermediarios. "Es gente que, por ejemplo, posee un hotel de agroturismo, pero que no tiene ninguna manera de promocionarlo, tan sólo a través del boca a boca; o artesanos que sólo pueden vender en las ferias. Ahora van a poder tener un escaparate mundial", explica la bilbaína Iratxe Gallo, diseñadora gráfica de la plataforma y una de las integrantes del equipo técnico de Ibermática que trabaja en este proyecto.

La iniciativa ha sido bautizada como Red de Inserción de Comunidades Locales para América Latina, o bien Link-All, denominación derivada de sus siglas en inglés. En ella participan 18 empresas y asociaciones de seis países europeos (Alemania, Grecia, Luxemburgo, Holanda, Portugal y España) y otros tantos latinoamericanos (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica y Uruguay). Arrancó en octubre de 2003 y, aunque se encuentra en periodo de pruebas, sus efectos se han empezado a notar ya, pues sus promotores han instalado en las aldeas adheridas la infraestructura necesaria para acceder a Internet, incluyendo ordenadores y antenas parabólicas, y han instruido a los indígenas en el manejo de las nuevas tecnologías. "Esto es especialmente importante para los jóvenes, ya que hoy en día es imprescindible saber computación para cualquier trabajo", señala Alicia Rodríguez, representante de la cooperativa Manos del Uruguay, que agrupa a unas 400 tejedoras artesanas en aquel país.

Esta asociación, uno de los socios participantes en Link-All, ha participado activamente en el proyecto dando a conocer la iniciativa entre sus potenciales destinatarios. Para ello se ha valido de la experiencia adquirida en este ámbito desde su fundación, en 1968, prueba de la cual es que cuenta con su propio catálogo de prendas en Internet, disponible en la dirección www.manos.com.uy/.

El salto tecnológico dado en apenas dos años ha supuesto una pequeña revolución en estas comunidades, muy alejadas de los núcleos urbanos. "La [antena] parabólica para ellos es algo así como lo que para nosotros supuso el teléfono hace algunos años", explica la representante de Ibermática. "Además, hay que tener en cuenta que estamos llevando Internet a sitios donde se están desarrollando todavía otros servicios básicos como las conducciones de agua", añade.

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Las aldeas adscritas a esta iniciativa suman alrededor de 15.000 habitantes. Junto con Tambores, la lista de colectividades escogidas para tomar parte en el programa está integrada por la también uruguaya de La Paz, Manzano Amargo y Huinganco (Argentina), Melipeuco y Temuco (Chile), Santa Rosa de Lima, Tabuleiro y Torrao do Matapi (Brasil), El Tambo (Colombia) y Abangares (Costa Rica). Distantes incluso miles de kilómetros entre sí, la nueva plataforma virtual les servirá también para ponerse en contacto e intercambiar experiencias a través de la Red. "La gente que teje telas en Colombia va a poder hablar con los artesanos de Manzano Amargo para intercambiar buenas prácticas", enfatiza la diseñadora de la plataforma, que ha visitado algunas de esas comunidades junto con el resto de los técnicos de Link-All. En ese mismo sentido se pronuncia el internauta de Tambores. "Podremos conectarnos con otras organizaciones de artesanos y saber qué se está haciendo en el mundo en materia de artesanía y poder aprender nuevas técnicas. También nos servirá para enterarnos de las ferias, talleres, eventos y cursos internacionales. De hecho, lo que más nos animó fue estar en contacto permanente con la Central de Servicios de Manos del Uruguay".

Ibermática ha tomado parte en el diseño y desarrollo de la plataforma, así como en la administración, gestión y mantenimiento de las infraestructuras necesarias para su puesta en marcha. Entre los socios tecnológicos del proyecto figuran, además de varias empresas europeas, instituciones sudamericanas como el Departamento de Telemática de la Universidad del Cauca (Colombia) o el Instituto de Computación de la Universidad de la República (Uruguay). El objetivo de los responsables del proyecto es poner las nuevas tecnologías al servicio de una forma de desarrollo sostenible, para lo cual ha sido imprescindible la implicación de los agentes locales y su determinación de utilizar las nuevas técnicas en beneficio de sus comunidades. "Son mucho más conscientes que nosotros de lo que tienen que coger y lo que no, por eso seguramente les hará menos daño que a nosotros. Ellos tienen claro para qué van a utilizar Internet", explica Iratxe Gallo.

Desde Huinganco, en los andes argentinos, responden al unísono dos de los impulsores de la iniciativa en esa comunidad, Romeo Florindo y Liliana Iraira: "Gracias a este proyecto podremos acceder a ofertas que vayan surgiendo vía Internet, como cursos a distancia. Esta herramienta nos permite mostrarnos al mundo y darnos a conocer".

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